María Elena Ríos, saxofonista oaxaqueña, fue sacada por policías de una función de la Guelaguetza luego de que mostró desde las gradas una manta con la leyenda “Oaxaca Feminicida”, por las 78 mujeres que han sido asesinadas en la entidad durante 2022.

Elena, con ayuda de su hermana, sacaron la manta, con el fin de “nombrar a todas las mujeres que han sido víctimas de feminicidio y sobrevivientes y que todos los días buscan justicia en un estado lleno de corrupción que no me permitieron hacer uso de mi libre expresión”, explicó en entrevista.

En los vídeos publicados en redes sociales, se puede ver como María Elena y su hermana levantan la manta e inmediatamente varios elementos de seguridad les arrebataron la tela y después las escoltaron hasta la salida. La activista declaró que fueron más de 100 policías quienes las sacaron del recinto.

La saxofonista también compartió vídeos que ella grabó cuando iba bajando las escaleras del auditorio hasta llegar a la carretera, en los que en todo momento hubo policías escoltándola.

Los vídeos publicados en redes sociales causaron indignación en muchas usuarias que piensan que el uso del cuerpo policiaco debería estar dirigido a los feminicidas, así mismo opinan que las mujeres presentes debieron acuerpar a Elena y su hermana en lugar de violentarlas.

Esa noticia, me causó coraje, enojo y tristeza, ella estaba pidiendo porque la quemaron con ácido y cómo es posible que en la Guelaguetza que es un evento internacional en lugar de que la defendieran con el cartel que llevaba, las mujeres de ahí le gritaban que se bajara y el policía la estaba golpeando. Sentí tanto coraje e impotencia y dije ‘¿por qué no estuve ahí?’, comenta una mujer que vio el vídeo en redes sociales.

Por su parte, Elena denunció en Twitter que durante el evento de la Guelaguetza el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, ovacionó al Exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos, mientras que ella fue reprimida por policías por la manta que llevó.

Elena como un símbolo de lucha

María Elena Ríos sufrió en septiembre de 2019, a sus 26 años, un intento de feminicidio con ácido en su natal Huajuapan de León. Desde el inició señaló a su expareja, Juan Vera Carrizal, un empresario y exdiputado del PRI en Oaxaca, como el responsable de haber ordenado el ataque.

El químico que le fue arrojado entonces penetró en sus mejillas, boca, cuello, brazos y piernas, y las quemaduras provocadas fueron de tal magnitud que permaneció más de tres meses hospitalizada. Su agresor fue dejado en libertad.

Desde ese momento, Elena se convirtió en activista y defensora de los Derechos Humanos y de las mujeres.

APVB