Cuando pensamos en el pulque se nos viene a la mente  -por lo regular- la imagen de un hombre tomándolo o de un grupo de amigos, más no un grupo de señoras produciéndolo y cotorreando.

La historia del pulque está relacionada con la feminidad. La diosa Mayahuel está relacionada con su creación, fue ella quien supo cómo perforar las hojas del maguey para extraer el aguamiel.

“Era mujer la que comenzó y supo primero agujerar los magueyes, para sacar la miel de que se hace el vino, y llamábase Mayahuel”, escribió Fray Bernardino de Sahagún en Historia General de las cosas de la Nueva España.

El pulque es considerado una bebida fundamental y sagrado en las culturas del Altiplano Central, que comprende la región central del país que contempla Morelos, Puebla, Tlaxcala, la Ciudad de México y el Valle de Toluca, señala en su texto, Mishel Nayeli Dávila Vargas en el artículo “Historia de las mujeres y el pulque”.

La ingesta de pulque está relacionada con mitos cosmogónicos, relación con diferentes deidades, rituales e incluso donde se integran mujeres, niños y ancianos.

Incluso hay un gran hallazgo en murales que revela la presencia de las mujeres en la producción de pulque, el Mural de los bebedores de Cholula.

El mural fue realizado entre el 200 y el 250 d.C. en el que se puede observar la imagen de cuatro ancianas que se distinguen por sus arrugas y vestimentas, lo que nos deja ver es que las mujeres tenían un papel fundamental.

LAS MUJERES DETRÁS DE LA PRODUCCIÓN DEL PULQUE

La producción del pulque está relacionada con las mujeres, en la época de la Colonia se expidieron una serie de regulaciones que sólo permitía tener a las mujeres licencias para producir y distribuir el pulque, las licencias fueron para ancianas, indígenas en condiciones de pobreza.

“Hasta el día de hoy muchas tlachiqueras (mujeres dedicadas a raspar el maguey) siguen preservando dicho saber, ya sea al vender y producir pulque, ya sea para alimentar a su familia y proveerlos de nutrientes energéticos para el trabajo de la milpa”, describe Mishel Nayeli Dávila Vargas en el artículo Las hijas de Mayahuel, historia de las mujeres y el pulque.

Sin embargo, la importancia de las mujeres pulqueras cae en 1923 con la campaña prohibicionista de Estados Unidos, durante la presidencia de Emilio Portes Gil, donde hace un mandato oficial, en el que se ordena prohibir la entrada a pulquerias a niños, soldados, policías y mujeres.

Es así como surge el departamento de damas, el espacio que encontraron las mujeres para reunirse y consumir pulque, de acuerdo con la investigación de Mishel Nayeli Dávila.

El pulque también tiene una baja con la industria cercecera, después de los años 1950, se encargó de desacreditar el pulque esparciendo rumores sobre los ingredientes de su elaboración, ya que supuestamente incluían excremento como parte del proceso del pulque, para desprestigiarlo y monopolizar las ventas del alcohol, según un artículo Katherin Campos Mendoza “¡Prohibida la entrada! Mujeres en las pulcatas de la Ciudad de México”.

El pulque además de ser una bebida de tradición también es cultura, si vista un lugar donde se vede puede ver cómo aún se preserva la tradición e historia, incluso es un espacio donde se desdibujan las barreras de las clases sociales, las diferencia sociales y la propiedad o apariencia.

Si te interesa saber más sobre el tema y tienes ganas de echarte un pulquito, asiste al curso organizado por Mishel Nayeli Dávila Vargas.