Tener éxito en las plataformas de contenidos como OnlyFans o Fansly requiere de tiempo y esfuerzo, dijo Lety, creadora, en la mesa de El Heraldo.

"Mediáticamente se nos presentan estas plataformas como el gran negocio, no es así, hay varios focos rojos”, alertó.

Las creadoras de contenidos no se vuelven millonarias de la noche a la mañana, de acuerdo con el testimonio de Lety. “Hay que hacer estudios de mercado, hacer una estrategia de redes e ir ganando seguidores poco a poco”, señaló.

“El gancho para atraer cierto tipo de suscriptores, si quiere fotos, videos, va más allá de materiales eróticos, que distan de lo sexual, te piden fotografías de tus pies, rodillas, lunar”, contó.

Lety se inscribió a estas plataformas desde una posición de privilegio, no por necesidad económica.

“Me movió la curiosidad al terminar mis estudios de doctorado, la abrí y comencé a crear estos contenidos, lo vi como una forma de empoderamiento”.

Las creadoras de contenido no tienen un ingreso fijo, además, la plataforma se queda el 20% de la paga.

Además hay algunos focos rojos, “hay gente muy agresiva que se mete para insultarte, hay robo de contenido, a veces aparece tu contenido en otras plataformas”, declaró.

¿UNA FORMA DE LIBERACIÓN?

Tan sólo en 2021, una de las plataformas de suscripción de contenidos aumentó sus ingresos en un 553%, según el medio británico Financial Times, y el número de suscriptores sigue en aumento.

“Siempre que una plataforma nos vende un discurso liberador hay que cuestionarnos lo que hay detrás”, compartió Alejandra Collado, maestra en estudios de género y doctora en comunicación, autora del libro “Las porno-identidades ciborgs”.

Además, el aumento de creadoras y suscriptores de contenidos está relacionado con una coyuntura de precarización. “Se creería que en estas plataformas se encuentra un bienestar económico. Además, su infraestructura permite una conexión entre al creadora y el fan”, agregó Daniela Villegas, estudiante de posdoctorado del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

Sin embargo, las invitadas señalaron que hay una postura moral sobre la venta de contenido erótico, ya que hay una explotación de la plusvalía, por lo que debemos preguntarnos: “¿por qué los cuerpos las mujeres son los que más se venden?”.

La plataforma permite -hasta cierto punto- un trabajo autónomo, pero se pueden pasar los límites de la interacción lo que puede poner en riesgo a las mujeres.

Lo que sucede en este espacio digital, la venta de contenido erótico, la violencia, y la vulnerabilidad de las mujeres es un reflejo de lo que pasa en el mundo físico.