Por medio de un vientre de alquiler, Khloé Kardashian está en la espera de recibir a su segundo bebé junto a Tristan Thompson y a pesar de que ella afirma estar agradecida por la llegada de un nuevo bebé, tenía la creencia de que esta decisión iba a salvar su relación.

Respecto a la maternidad subrogada, hay una corriente del feminismo que ha señalado esta práctica como una forma de esclavitud de las mujeres, al respecto Eleane Harin Proo Méndez, especialista en el tema, ha dicho:

“La maternidad subrogada se ha convertido en una industria que provee de niñas y niños a parejas y personas de países desarrollados utilizando los cuerpos de mujeres en países en desarrollo; que enriquece a sus intermediarios”.

¿Un bebé salva la relación de pareja?

El pensamiento de que una hija o hijo salvará una relación de pareja que se encuentra dañada surge de la construcción social sobre la familia tradicional y es en las mujeres en quienes recae este rol, señala la psicóloga Bárbara Sánchez.

Bárbara señala que, históricamente, la maternidad y la vida en familia se ha romantizado y las exigencias sociales indican que la mujer debe aprender a sobrellevar ciertas violencias como sacrificio a la familia tradicional que la sociedad le pide.

"Creo que históricamente se han romantizado los matrimonios y la maternidad; antes nuestras abuelas tenían que soportar ciertos niveles de violencia y los hombres debían cumplir con el rol tanto de proveedor como de jefe de familia. Entonces si nos vamos como a esta parte de la ‘familia tradicional’ y lo que nos enseñaron que significa tiene sentido pensar que teniendo un hijo se va a arreglar la situación porque entonces ya vamos a ser, ahora sí, una familia y cada uno tiene que cumplir con esta obligación", comenta Bárbara Sánchez en entrevista para La Cadera de Eva.

Si bien esta creencia se encuentra muy arraigada y son las mujeres quienes tienden a pensar más en ella, Bárbara explica que es sumamente irresponsable usar a un bebé como mecanismo para salvar una relación de pareja que se encuentra dañada, debido a que para criar a un ser humano es necesario pasar por otro proceso de madurez tanto en pareja como individualmente.

"Cuando se formaliza una relación de pareja, las aspiraciones van cambiando con el tiempo, entonces vas adquiriendo nuevos roles en función de una unidad familiar, pero cuando se habla de que un hijo va a reparar la relación, estamos asumiendo que esos roles van a madurar también, aunque no se haya hablado de eso", afirma Bárbara Sánchez.

Así mismo, cuando la pareja no es capaz de separar su relación de la responsabilidad de criar a una niña o niño, es fácil caer en el entendido de que el hombre o la mujer se convertirá también en cuidador del otro y todas las responsabilidades recaerán en el cuidador.

Por otra parte, gracias a los roles de género, se piensa que la mujer es la cuidadora natural por lo que el bebé pasa más tiempo con ella y es así como termina recayendo la responsabilidad en ella y debido a la casi nula red de apoyo los niveles de estrés crecen y esto sólo ocasionará más peleas en la pareja.

Un bebé es para toda la vida

La decisión de tener un bebé implica cambiar completamente la vida en pareja y antes de usarlo como lazo para mejorar la relación dañada, se debe tener en cuenta todo lo que conlleva, tanto a corto como a largo plazo.

Una de las consecuencias más inmediatas es el rechazo del padre ya que nunca se llegó a un acuerdo, así mismo, los cambios hormonales y físicos por los que pasará la mujer son muchos y se debe tener una preparación previa para aprender a aceptarlos y sobrellevarlos, señala la psicóloga Bárbara Sánchez.

Así mismo, si una pareja no se encuentra emocionalmente estable y con una relación sana, es probable que haya violencias dentro de la crianza:

Un hijo es para toda la vida y requiere que sus padres regulen también sus emociones, entonces si ya se tiene un antecedente de que la decisión fue apresurada, puede existir violencia dentro del hogar, declara Bárbara Sánchez."}

Y aunque se haya tomado la decisión de buscar un bebé para solucionar los problemas de pareja, esto tampoco garantiza que el matrimonio vaya a ser exitoso debido a que no se está arreglando el problema de raíz.

"Sea cual sea la razón por la que hayan peleado, si no están dispuestos solucionar esas diferencias individuales para tener un proyecto de vida entre ambos, entonces la consecuencia a largo plazo no es solamente un matrimonio con violencia de género y violencia familiar sino también se daña al niño. –Bárbara Sánchez."}

Es muy importante trabajar en todo lo que se requiere antes de pensar si quiera en tener un hijo, incluso si las parejas se perciben como una pareja saludable.

Hay que platicar de lo que implica tener una hija o un hijo, ya que ser papás no implica solamente tener el hijo y cubrir sus necesidades fisiológicas básicas, sino también un estilo de crianza y que el estilo de crianza va de la mano con los acuerdos previos que los padres tengan, recalca Bárbara.