Las mujeres y los hombres se sitúan de manera diferente y desigual en la vida cotidiana. Al situar esta diferencia nos permite reflexionar sobre cómo cuidamos las mujeres y cómo cuidan los hombres.

Las mujeres cuidan de forma directa a través de acciones sobre todo para las demás personas, para las y los otros. Frecuentemente sin considerarse ellas. Una de las múltiples formas de cuidar a las personas con las que se vive o convive es la limpieza. Sí, ya que son quienes asean los diferentes espacios de los hogares y por ello, es relevante que se reflexione sobre los productos que usamos las mujeres para la limpieza, ya que poco se habla de este tema.

Los productos de limpieza, como los detergentes en polvo o líquidos para la ropa, los ambientadores, los detergentes para el suelo con o sin perfumes, pasando por los productos de limpieza de vidrios, cristales, ceras, y lo muy común la lejía (hipoclorito de sodio, a diferentes concentraciones), que puede estar o no en la composición de los demás, dañan la salud de las personas, y más de las mujeres, pues son quienes hacen generalmente la limpieza de los hogares.

EL IMPACTO DE LOS DETERGENTES EN LA SALUD

Estos productos suelen tener en su composición los tensioactivos aniónicos o no, conservantes múltiples, y pueden tener o no perfumes. En sus paquetes existen símbolos de precaución para su uso, en las indicaciones mencionan que pueden tener reacciones alérgicas a nivel pulmonar, dermatológicas u otras.

Ahora bien, las sustancias químicas de los productos de limpieza pueden provocar diversos signos y síntomas, de forma aguda, como irritaciones oculares, de la nariz y faringe, aftas o llagas en la boca/labios y/o irritación de la piel en contacto, como suelen ser las manos y los brazos, pero también pueden llevar a sintomatología crónica. Es relevante mencionar que cuando los perfumes u otras substancias químicas tienen contacto con las terminaciones nerviosas de la nariz, llegan al bulbo olfativo, ya en el cerebro, en donde esa información se procesa; puede que este tipo de sustancias generen alteraciones en la información “normal” del cerebro y que, como consecuencia, se den estados de irritabilidad, nerviosismo, malestar general, dolores de cabeza, cansancio y alteraciones del sueño.

Con el tiempo estas alteraciones se pueden convertir en patologías crónicas e incapacitantes como son el síndrome de sensibilidad química múltiple, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, el síndrome del edificio enfermo o incluso detonante del síndrome de hipersensibilidad electromagnética. Se ha demostrado que las mujeres son las más afectadas, entre un 55% a 90% con estos síndromes[1]. Así que cuando las mujeres cuidamos, haciendo la limpieza de nuestros hogares, también tenemos probabilidades muy altas de enfermarnos por los productos que usamos. Por lo que, las opciones pueden ser productos de limpieza ecológica o incluso optar por productos que se usan en el del día a día, como por ejemplo el vinagre para limpiar vidrios, o el uso de equipamiento individual de protección, suelen ser un camino de equilibrio entre los cuidados de limpieza y la promoción de la salud.

Realizar la limpieza es muy relevante en la vida cotidiana y para que haya reducción de riesgos sobre la salud de las mujeres es necesario una mayor cooperación y consciencia del tema entre diversos sectores como el Estado, en las medidas legislativas, las empresas y salud laboral, e incluso las propias trabajadoras del sector/ no formales.

Luz Galindo

Actualmente, docente de la UNAM. Realizó su estancia postdoctoral en el CEDUA-COLMEX. Sus líneas de investigación son la perspectiva de género, políticas públicas, usos del tiempo, corresponsabilidad social, vida cotidiana y trabajo de cuidados, diversidad familiar y diversidad sexual, nuevas experiencias de ser hombres (masculinidades).

@Luzapelusita

Noémia Loio

Licenciada en medicina y cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Maestría en salud laboral en la Universidad de Coimbra y especialista en medicina del trabajo en el centro hospitalar y universitario de Porto.

Miembra investigadora en el grupo del Instituto Ciencias "Abel Salazar" de la Universidad de Porto.

@NoemiaLoio

*Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten.

[1] Nogué S, Duenas A, Ferrer A, Fernández J. Sensibilidad química múltiple. Med Clin (Barc). 2011;136(15):683-7.