La forma en que las mujeres hondureñas se viven muestran lo difícil que es desarrollarse y vivir literalmente en un contexto de corrupción, inseguridad ciudadana, muertes violentas, violencias diversas que provocan la emigración para “la sobrevivencia”, alcoholismo, delincuencia, la falta de empleos, el crimen organizado y la pobreza extrema, entre otros, lo cual se acentúo después de dos años de pandemia por covid-19.

Dolosamente Honduras es el país más violento del mundo desde el 2011. “La violencia se da hace mucho tiempo, no es de ahorita, una quiere crecer pero por ser mujer es difícil… la violencia sexual y sus diferentes modalidades las hemos vivido las mujeres de mi país, mi abuela, yo, mis amigas y compañeras de trabajo…Ser mujer es un gran reto, poco a poco hemos tenido derechos y leyes pero al ejecutarlas avanzamos poco”, dice una mujer hondureña, profesional de 40 años.

“Ser mujer en un país donde impera el  patriarcado en el gobierno significa un reto, hemos vivido por muchos años gobernadas por personas del sexo opuesto, que limitan recursos, que promueven la desigualdad y que si una mujer se levanta en función de hacer un cambio, son silenciadas”, comporte potra mujer hondureña profesional de 35 años.

HONDURAS TENDRÁ UNA MUJER COMO PRESIDENTA

Ahora desde el 27 de enero de 2022, Honduras eligió a una mujer como su presidenta, Xiomara Castro Sarmiento, quien asume la responsabilidad de un país en crisis, saqueado por Juan Orlando Ramírez, presidente que gobernó de 2014 a 2022, quien recientemente fue detenido bajo una orden de extradición por parte del gobierno de Estados Unidos por lavado de dinero y narcotráfico. Nada fácil fue asumir el cargo, ni por las condiciones socio políticas, ni por los estereotipos desde donde se le cuestiona el hecho de ser mujer, su nivel educativo, poniendo en duda su capacidad para poder sacar adelante al país.

Más allá de los dimes y diretes, de inconformidades y de expectativas, habrá de reconocerse que la presidenta no la tiene fácil, que no es una improvisada y que tiene una trayectoria activista y de compromiso, así como una agenda y grandes retos por resolver. Más allá de todo esto el impacto visual, social y cultural de tener a una mujer como presidenta, pone un precedente más para los países, ya que se convierte en la treceava mujer presidenta de América Latina y el Caribe, las expresiones al respecto:

{"quote":"“Una presidenta mujer en Honduras es un gran orgullo, algo histórico, nunca había pensado que una mujer hondureña llegaría a la presidencia, siempre se pone en duda que una mujer puede gobernar, tomar decisiones y liderar un proceso, se le exige mucho solo por ser mujer…rompió toda la historia de ausencia de las mujeres en estos cargos”, dice un mujer hondureña, profesional de 40 años."}

{"quote":"“La presidenta tiene un gran reto, la despenalización del aborto y la implementación de las pastillas anticonceptivas de emergencia…yo como mujer creo que es una gran necesidad, debido a que tenemos el derecho a decidir y por lo que le comenté de los eventos de violencia sexual que ocurren a diario”, dice la mujer hondureña, profesional de 40 años."}

“Una mujer presidenta abre una brecha y motiva a otras mujeres al cambio, promueve esa libertad de soñar, de pensar y creer que podemos llegar a ejercer otras formas de liderazgo…Crea una conciencia colectiva en nosotras las mujeres promoviendo la resiliencia y el afrontamiento positivo para crear nuevas estrategias, quita el estigma de que la mujer solo es ama de casa, promueve que la mujer pueda estar en otro espacio de relevancia y hacer grandes cambios, esperamos que esto quite la brecha de la ausencia de mujeres en la toma de decisiones y promuevan cambios para la nación”, dice la mujer hondureña profesional de 35 años.

CONTEXTO

Honduras se ubica en el centro del istmo centroamericano, está conformada de diez y ocho departamentos, que su vez se distribuyen en 298 municipios, con un total de población de 9, 582, 835 habitantes, de los cuales 4, 662,718 son hombres y 4, 920,117 son mujeres, según el Instituto Nacional de Estadística Honduras del 2022. Del total de la población un 48,3% vive bajo el umbral de la pobreza, un 22,9% en condiciones de pobreza extrema, concentrándose ésta en la población rural. Dentro de sus actividades económicas principales están las agropecuarias, el comercio, la manufactura y los servicios.

Las ciudades más relevantes son: San Pedro Sula, Choloma, Danlí, La Ceiba, El Progreso, Villanueva, Comayagua, Choluteca, Juticalpa y Puerto Cortés. Su lengua oficial es el español en un 99% de la población, sin embargo se considera un país multiétnico, algunos de sus pueblos indígenas son misquitos, pech, lenca, tolupanes, tawahka, garífuna y pueblos negros de habla inglesa. Con referencia al índice de desigualdad de género entre mujeres y hombres este es de 0,423, el cual sitúa a Honduras en el lugar 132 de 189 países según el Informe de Desarrollo Humano 2020 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES

La participación de la mujer en Honduras ha tenido muchas aristas, no es hasta 1955 cuando logran su derecho al voto y lo ejercieron en 1957 por primera vez. Lo cual se convierte en el antecedente y “la posibilidad” de poder salir del espacio doméstico al espacio público, y poder ocupar cargos públicos, lo cual no ha sido un camino fácil debido a la falta de políticas públicas con perspectiva de género y derechos. Los rezagos de la población y en especial de las mujeres hondureñas no son tan diferentes al resto de los países centro y latinoamericanos en los temas de salud, política, educación, economía y servicios, lo cual ha dificultado su desarrollo.

Dentro de los registros desde el 2012, la Academia Parlamentaria ha tenido avances como el programa de créditos para la mujer rural, la prohibición del matrimonio infantil, la creación de una unidad de atención a los casos de feminicidio, la creación de una Ley de maternidad y paternidad responsable, la atención de la violencia y el acoso político, la educación sexual, así como un reglamento de paridad y alternancia de la participación política y la creación de la Comisión de Equidad de Género del Congreso Nacional, entre otros.

Finalmente como dirían las entrevistadas, apenas está en sus 100 días de mandato y es difícil mirar si hay cambios, pero en un año tal vez sea posible comenzar a hacer una evaluación de su mandato en beneficio del país.

Norma G. Escamilla Barrientos es licenciada en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM y tiene maestría en psicoterapia psicoanalítica por el Centro Eleia, A.C.

@EscamillaBarr