La conmemoración del Día de los Padres no es un festejo a la paternidad tradicional, es una oportunidad de reflexionar sobre el impacto de la masculinidad de los varones, que al ser padres asumen (o no) sus responsabilidades en la crianza y el impacto que tiene en la vida de las madres, así como en sus hijas e hijos.

Culturalmente, las tareas de crianza han recaído completamente en las madres y, a pesar de que muchos padres cumplen perfectamente el rol de proveedores, el abandono emocional de ellos también se considera como una violencia que vulnera a las niñas, niños y adolescentes.

Paola Cruz García, acompañante en procesos psicológicos, y Óscar Godínez, colaborador en la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, explican por qué la paternidad no sólo es “no ejercer violencia” o cumplir con su rol de proveedor. Proponen alternativas para ejercer una paternidad responsable hacia con la madre, hijas e hijos, sin replicar los estereotipos de género.

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¿Cómo impacta el padre ausente en la madre, hijas e hijos?

 Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2015, en México el 47% de los hogares carecen de figura paterna, estamos hablando de que actualmente la mitad de los núcleos familiares son llevados por una jefa de familia sin apoyo alguno del hombre con el que engendró a sus hijos. Este abandono trae consigo problemas emocionales en las niñas, niños y adolescentes, así como en las madres que los crían.

Paola Cruz García, quien da acompañamiento psicológico, explica que dentro de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, es importante llevar una crianza positiva y respetuosa ya que de esto dependerá su desarrollo. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SNPINNA), 63% de los menores de 14 años, sufren agresiones físicas y psicológicas como parte de su formación.

Cuando la crianza recae en sólo en la madre, ella no sólo se enfrenta a la formación de un ser humano, sino que también carga con las tareas domésticas no remuneradas e incluso a extensas jornadas laborales, debido a este desgaste ellas son mucho más susceptibles a entrar en crisis de estrés que terminarán en alguna violencia en contra de sus hijas o hijos.

Así mismo, otra de las consecuencias más evidentes es el abandono emocional según Paola, es la falta de regulación de emociones; cuando una madre cría sola a su hija o hijo, normalmente se deja de lado la parte emocional y al no proporcionarles herramientas para poder distinguir y lidiar con sus emociones, la niña o niño se convertirá en un adolescente que no sabe manejar lo que siente y, en este momento de vulnerabilidad, será más propenso a caer en consumos problemáticos de cualquier sustancia.

Por ello es fundamental que los padres tomen un rol activo dentro de la crianza y se hagan cargo de la formación de sus hijas e hijos y, del mismo modo, deconstruyan su masculinidad para criar de una manera sana y sin violencia.

Paternidad responsable sin mandatos de género

Hoy en día, la noción de paternidad responsable aún se asocia con el rol de proveedor, reforzando la idea de que padre es aquel que “apoya” económicamente, mientras la madre es la que cría y cuida a las infancias. Por ejemplo, según estas concepciones,  un buen padre es aquel que entrega a tiempo “el gasto” o que “apoya” a la madre con limpiar la casa.

Desde la masculinidad alternativa se apuesta “por construir o redefinir las prácticas de lo que implica la paternidad”, de acuerdo con Óscar Godínez, padre, cofundador del proyecto Hombres Corresponsables MX y colaborador en la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM.

{"quote":"No solamente se redefine al padre como el proveedor, sino también como el proveedor de este acompañamiento afectivo y emocional que puede tener con las infancias. Es decir, que no solo se le vea al padre como una figura de castigo o maltrato, sino que también sea una persona amorosa, que pueda compartir sus emociones y su sentir con sus hijas e hijos, comparte Godínez."}

La paternidad responsable surge como una forma de masculinidad alternativa a la tradicional, la cual se construye desde otras nociones sobre lo que implica ser varón y ser padre. Por lo que, retoma que para erradicar los mandatos de género, es fundamental la renuncia del poder y la dominación masculina, según Óscar Godínez.

{"quote":"A los hombres se nos ha enseñado más a perseguir el poder y la competencia desde la violencia, como una forma de sostener la masculinidad o la virilidad, señala."}

Con la paternidad responsable se propicia la corresponsabilidad del cuidado, la vinculación en la crianza y la distribución equitativa de las tareas de cuidado de los padres y madres, no solo propicia un buen desarrollo biológico y psicosocial de sus hijas/os, sino también impacta en el acceso a oportunidades de desarrollo de todo el hogar.

Cuando las responsabilidades son compartidas, se abren posibilidades para realizar otras acciones que aumenten el bienestar: desarrollo de capacidades, actividades remuneradas y de recreación, tanto para el hombre como para la mujer. Esto es a lo que se refiere la equidad de género, que es un tema que compete a todos los hombres y todas las mujeres.

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Los temas de género se habían considerado como un tema que era único y exclusivo de las mujeres. Por esa razón, los hombres están distanciados de estas temáticas; hay una resistencia cultural, la cual sostiene que a los hombres no les interesan estos temas porque “no les compete, no nos toca y es un asunto que deberían de arreglarlo las mujeres, pero no es así”, señala Óscar Godínez.

Aunque aún existen retos para que los varones reconozcan su responsabilidad ante el sistema patriarcal, es posible comenzar a cuestionar la masculinidad y su rol como padres, específicamente cuestionarse entre los propios varones.

{"quote":"Es una chamba que nos toca como varones y nos toca interpelarnos entre los propios hombres. Involucrarse en el tema de cuidados y crianza, nos va a permitir humanizarnos, sensibilizarnos e incluso, cambiar esta noción de lo que implica la masculinidad, expresa Óscar Godínez. "}

Así mismo, Paola Cruz García señala que es importante dejar que los padres construyan estas nuevas paternidades desde el amor y la comprensión ya que este trabajo sólo les corresponde a ellos y, el hecho de buscar “enseñarles” cómo ejercer su paternidad, sería llegar a maternarlos y esto se convierte en una tarea imposible y sumamente agotadora.

{"quote":"No los puedes criar, o sea, dicen ‘tengo que criarlo’ pero no, no los puedes criar porque ya vienen con toda la parte de lo moral, con toda la parte de lo que creen que deben hacer, entonces modificar esto es cansado, comenta Paola Cruz García, acompañante en procesos psicológicos."}

Es por ello que son los hombres quienes deben darse a la tarea de deconstruir lo que se les ha enseñado que es la paternidad y, así mismo, su masculinidad.

La crianza respetuosa

Dentro de la crianza tradicional, muchas de las acciones que se llevan a cabo para “educar” son violencias y a pesar de que se encuentran señaladas en el violentómetro, son usadas como una manera de mantener el control. Los golpes, la “ley del hielo”, los gritos y las humillaciones son violencias que se han normalizado en la crianza y esto también afecta a las niñas y niños, es por ello que recientemente se está hablando tanto de la crianza respetuosa.

Según Cruz García, psicóloga feminista, la crianza respetuosa es un modelo que se utiliza para criar a las niñas, niños y adolescentes con amor y respeto. La madre y el padre deben contar con la paciencia necesaria para ayudar a su hija o hijo a conocer sus emociones y gestionarlas; es por ello que antes de la llegada de un bebé, es importante que, en este caso, el padre comience a  deconstruir la paternidad ausente que ha sido inculcada por el sistema patriarcal, así mismo, es importante reconocer y eliminar la niñofobia y el adultocentrismo que se tiene arraigado y, del mismo modo, saber que las niñas y niños son personas con derechos, humanos que están aprendiendo del mundo y que deben ser guiados para conocerse y conocer su entorno.

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Es así como se sigue cuestionando la paternidad y, como se ha mencionado, esto le corresponde completamente a los hombres aunque su plan sea no tener hijas e hijos ya que esto también ayudará a deconstruir la masculinidad que se les ha inculcado.