El tráfico o la trata de personas es uno de los grandes retos en cuanto a la seguridad humana en el mundo. En líneas generales podemos entender la trata o el tráfico como el comercio ilegal de seres humanos con la finalidad de explotarles de distinta forma y contra su voluntad.
La colectiva Brujas del Mar señala que la trata también es conocida como la esclavitud moderna que consta de la captura, traslado o acogida de personas a través de la amenaza, violencia o coacción para someterles con fines de explotación.
Los propósitos de la trata pueden presentarse como explotación sexual, venta de infantes, casamiento forzado, niños soldados, trabajo forzado o venta de órganos.
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Sin clientes no hay trata
Dentro de la complejidad de la trata de personas, existen algunos patrones que se pueden identificar fácilmente. El primero de ellos es la dirección de los flujos: parten de países en vías de desarrollo o que sufren importantes conflictos armados y se orientan hacia economías avanzadas.
México es considerado como un país de origen y tránsito, donde la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) identificó que del total de las víctimas registradas el 93% tienen nacionalidad mexicana y el 7% tienen otro lugar de origen.
El segundo son las actividades para las que las víctimas son coaccionadas: la explotación sexual o los trabajos forzados en situación de esclavitud o semiesclavitud son los principales fines por el que los grupos criminales captan a sus víctimas. Una vez conocemos esto se entiende el perfil de las personas que lo sufren.
No hay forma ética de consumir prostitución porque las mujeres no son un producto por el que pagar y el sexo no es un bien de mercado con el que comerciar.— (@cxlturx) May 10, 2022
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La trata con fines de explotación sexual es la más común en Latinoamérica, siendo las principales víctimas (95%), niñas y mujeres. A nivel global el 75% de las víctimas de trata son mujeres.
Al hablar de la prostitución, la gran mayoría de los prejuicios y estigmas se centran en las prostitutas, mientras que los clientes se mantienen en un segundo plano.
Esto no solo pasa en las conversaciones cotidianas; también se aplica en las legislaciones de la mayoría de los países que prohíben la prostitución. Así, en Egipto se condena a las prostitutas a ir a la cárcel —incluidas las menores de edad—, pero al cliente no se le imputa ningún delito; contrario a lo que debería ser, generalmente es uno de los testigos principales en el juicio posterior.
Sin embargo, nada de esto cambia el hecho de que sin clientes no funcionaría el mal llamado “oficio más viejo del mundo”, “trabajo sexual” o “trata de blancas”; un oficio deja de serlo cuando, en países como España, el 90% de las prostitutas son en realidad víctimas de trata y tráfico de personas. Además, muchas de estas víctimas son prostituidas cuando todavía son menores de edad; la ONU calcula que el 62% de las prostitutas fueron forzadas a prostituirse siendo menores.
“Ni es trabajo sexual ni son mujeres que han optado por este camino; es explotación sexual y esclavitud”, señalan feministas.
pic.twitter.com/feTdlxmmW4— (@cxlturx) May 10, 2022
¿De dónde surge el término?
El término “trata de blancas” surge en el siglo XIX para aludir a mujeres blancas que eran víctimas de concubinato forzado o explotación sexual, diferenciando estas prácticas que con mujeres racializadas eran usuales debido a la legalidad de la esclavitud en la época.
Por esto, la denominación “trata de blancas” es un concepto erróneo, en desuso, revictimizante y sobre todo profundamente racista, pues todas las personas pueden ser víctimas de esta forma de explotación, afirman las Brujas del Mar.
“Debemos eliminarlo del vocabulario y corregir a cualquiera que aún haga uso de ese término. Lo correcto es decir trata de personas”
Cada año existen 2,5 millones de víctimas de trata en el mundo, aunque se calcula que solo se identifica a 1 de cada 20 personas. Son 142 países, que representan el 94% de la población mundial, que están afectados por la trata ya sea como país de origen, tránsito o destino, según información de organizaciones internacionales.
¿Por qué no debemos llamar como “trata de blancas” a la trata de personas?
De verdad, urge borrarlo de todos los vocabularios.
Abrimos hilo.— Las brujas del mar (@brujasdelmar) May 12, 2022
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