El documental de Netflix retrata la historia de Donald Cline, un médico que inseminó a múltiples mujeres sin su permiso, creando en un radio de 40 kilómetros un rastro de más de 80 hermanastros.

El descubrimiento comenzó después de que varias mujeres comenzaron a comprobar sus ADN en sitios webs como MyHeritage o Ancestry, lo que las llevó a conocer la verdad sobre su origen.

Una historia real

En el año 1979, el religioso y médico Donald Cline abrió su clínica de fertilidad en Indianápolis, Estados Unidos, con el objetivo de ayudar a las parejas que no podían concebir.

En ese entonces no había bancos de esperma y los donantes eran escasos. Como respuesta, Cline decidió masturbarse en su clínica para utilizar su semen en las mujeres que iban a su clínica, engendrando casi 100 hijos, según el último recuento.

Por día, inseminaba hasta cinco mujeres en su consultorio, que era popular por usar esperma fresco y no congelado, que él recomendaba como lo mejor.

Al pasar el tiempo, se jubiló y fue hasta 2014, cuando Jacoba Ballard, sabiendo que había sido concebida por inseminación artificial, buscó su origen y encontró una mujer muy parecida a ella: era su hermanastra.

Al momento de que el caso se hizo más grande, Donald aceptó a la primera su delito y preguntó a sus hijos sobre sus vidas, para después comenzar a recitar versos de la Biblia. Como castigo solo fue multado con 500 dólares, un año de libertad condicional y perdió su licencia médica ya retirado.

APVB