En los últimos tiempos, las mujeres que no cumplen con los cánones de belleza que dictan delgadez y blanquitud han comenzado a ser protagonistas de su propio movimiento y han logrado nombrar la violencia estética que han vivido toda su vida, es así como nace el término gordofobia.

Tanto en México como en América Latina existe una red de activistas gordas que están luchando por visibilizar la diversidad de cuerpos y las violencias que cada una vive por no cumplir con los requisitos de lo que se considera “bello”. Un ejemplo de ello es Rayane Souza, influencer brasileña y una de las fundadoras de Gorda na Lei (Gordos en la ley), un grupo activista que crea conciencia sobre el tema y empareja a abogados y víctimas de prejuicios que quieren buscar una reparación legal.

Debido a que Brasil tiene el estereotipo de cuerpos "bronceados y listos para la playa", muchas activistas están luchando por crear leyes para hacer que las ciudades sean más accesibles para todas las formas del cuerpo que van desde el transporte público hasta el contacto con abogados que llevan casos de discriminación laboral a los tribunales del país.

Si bien la gordofobia no es un delito en el país, existen formas de abrir un proceso legal, como llevar a una persona a los tribunales por difamación, calumnia o incluso acoso moral, explica Rayane. Y es evidente que su lucha no ha sido en vano ya que uno de los lugares de Brasil donde se ha hecho un cambio de política es la ciudad de Recife.

El año pasado se aprobaron dos proyectos de ley contra la gordofobia: uno estableció un día para crear conciencia y otro hizo obligatorio que las escuelas compraran pupitres más grandes para los alumnos, al menos uno por aula.

Estereotipos gordofóbicos

En opinión de Rayane, las iniciativas para hacer que la ciudad sea más inclusiva para personas de todos los tamaños son tan importantes como las que luchan contra la obesidad y promueven la alimentación saludable o el ejercicio ya que estas contribuyen a que existan estereotipos en torno a las personas gordas, lo que limita sus oportunidades laborales.

Ella afirma que las personas más grandes a menudo son estereotipadas como perezosas, lo que las frena en el entorno laboral, y se las considera individualmente responsables de su situación, y debido a las largas jornadas laborales y los ingresos tan bajos tener dinero para comer frutas y verduras y encontrar tiempo para hacer ejercicio se convierte en un privilegio.

Por otra parte, Rayane afirma que uno de los conceptos erróneos más grandes que tiene la gente sobre los grupos antigordofobia es la idea de que los activistas abogan por un estilo de vida poco saludable, pero la realidad es que lo que quieren, es hacer las ciudades más accesibles, que los médicos traten a sus pacientes con dignidad y que las personas tengan oportunidades justas en el mercado laboral, afirma.

La gordofobia

La gordofobia es uno de los actos de discriminación y violencia que viven las personas con corporalidades distintas y no cumplen con los cánones de belleza que son considerados “saludables”. Las personas gordofóbicas tienen un sesgo que les hace desarrollar una serie de prejuicios hacia las personas con sobrepeso, llegando a insultarlas por su peso.

De acuerdo con El País, los expertos que han analizado el fenómeno señalan que la sociedad actual enseña que lo valioso y saludable es lo ágil, lo rápido, lo dinámico, por lo tanto, todo lo que se asocia a lento, pesado y voluminoso es percibido como inferior y eso explica el acoso social que sufren las personas con exceso de peso, que dinamitan el ideal de delgadez que estimula la sociedad contemporánea.