Desde hace mucho tiempo se considera al maguey como una planta femenina, ya que desde la época prehispánica ha estado relacionada con entidades sagradas como Mayáhuel, Tlazoltéotl y la luna, las cuales aluden ciclos agrícolas y a la fertilidad, hasta hoy en día lxs tlachiquerxs dicen que para realizar el ritual de capar y raspar al maguey se le habla “como si fuera una mujer”. Una práctica que sin duda trasciende hasta hoy y que tuvo origen en la cosmovisión mesoamericana es la tradición de lxs tlachiquerxs, lxs cuales llevan a cabo la extracción del necutli (aguamiel). Como sabemos dicho método es muy complejo y se lleva a cabo haciendo uso de instrumentos prehispánicos, sin embargo, en esta tradición hay poca participación femenina, ya que dicho conocimiento comúnmente se hereda de generación en generación y la mayor parte de veces es transmitido entre hombres.

Es importante señalar que las mujeres participamos de manera activa en la cultura del maguey, sin embargo, generalmente hemos sido desplazadas, también de las investigaciones y en la construcción de la historia oficial, de manera que es necesario posicionarnos desde una perspectiva feminista para analizar dicho acontecimiento y preguntarnos por qué hemos sido borradas.

En este contexto, el pasado 24 de noviembre se llevó a cabo el 2° Encuentro Nacional de Tlaxiqueros 2022 en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), en el cual, a pesar de que no se utilizó el lenguaje inclusivo en el título oficial del evento, tuvo la participación activa de mujeres en diversos aspectos; la organización; la danza prehispánica; en la mercadita promoviendo una diversidad de productos, por ejemplo, comida, artesanías de ixtle, medicina y cosmética a base de la planta de agave.

Fotografía por Mishel Dávila.

Además de eso, tomamos la palabra en la mesa Mujeres y  Diálogos con el Maguey la cual, después de algunos percances, moderé en el Auditorio Piña Chan de la ENAH, también participaron las tlachiqueras Carmelita Ramos del Tinacal los Tuzos, Rita Fernández del Jardín de Mayáhuel, Lore Padilla Muñoz de San Miguel Allende Hidalgo y Patricia Palacios, artesana y vendedora de productos derivados del árbol de las maravillas.

En esta rica charla se hicieron diferentes reflexiones acerca de cómo las mujeres aprenden dicho conocimiento de manera voluntaria y autodidacta, con mucho entusiasmo e interés principalmente en los beneficios tanto saludables como medicinales del maguey, la aguamiel y el pulque, lo anterior, es una perspectiva trascendente que abarca muchos más aspectos de los que comúnmente se centran los raspadores.

Fotografía por Mishel Dávila.

 Además de eso, se hablo el tema de la crianza tlachiquera, las participantes nos compartieron su experiencia formando a las futuras generaciones desde dicha perspectiva, trabajando la tierra, conociendo y aprovechando la riqueza del maguey, también, nos platicaron de las dificultades del campo y su precarización, la que como sabemos, está en crisis desde principios del siglo XX, finalmente, invitaron a la comunidad pulquera a visitarlas en sus comunidades y ranchos para que conozcan el trabajo del campo que debería de ser más valorado por lxs consumidorxs.

 Por último, hago un llamado a todas las mujeres de la comunidad pulquera para posicionarnos desde una perspectiva feminista, reescribir la historia y reinventar la tradición para visibilizarnos, apoyarnos y crear nuestros propios espacios para compartir nuestros conocimientos ancestrales.

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