En los últimos años la lucha feminista en México ha tomado muchísima fuerza, lo que ha creado un gran frente de mujeres que, unidas, buscan luchar en contra de las opresiones sistémicas que existen; con este levantamiento del feminismo han llegado también términos para referirse al sistema de opresión en el que se vive, es así como el concepto de sistema patriarcal o patriarcado ha inundado las consignas y la lucha feminista por su derrocamiento.

Es una realidad que nombrar las opresiones las hace visibles, pero ¿realmente sabemos lo que es el sistema patriarcal? El conocer los conceptos también es una forma de participar activamente en la lucha, por lo que aquí te explicamos qué es el patriarcado y cuáles son algunas de sus características más notables, para así entender también las exigencias de la lucha feminista y por qué el machismo se encuentra inmerso en las estructuras sociales.

De manera literal, la palabra patriarcado significa “gobierno de los padres”, por lo que el sistema patriarcal es una organización social en la que el hombre y lo masculino tienen la supremacía porque se identifican como “superiores”, es así como la mujer queda relegada a un segundo plano y comienzan los roles de género en donde el hombre se convierte en el proveedor y “cabeza” de la familia (y sociedad) mientras la mujer sólo es usada para la reproducción, crianza y cuidados de los hijos y la casa. De acuerdo con expertas, estos dos roles, el de poder y dominación del hombre y el de servicio y sumisión de la mujer, se sostienen y perpetúan gracias al soporte del conjunto de la sociedad: el Estado, la Justicia, las leyes y normas, las costumbres, las creencias, etc.

Características del patriarcado

El patriarcado es un sistema complejo que se ha extendido a todos los ámbitos, pero tiene algunas características principales tales como:

  • Está constituido por costumbres, tradiciones, actitudes, normas familiares y hábitos suya enseñanza y aprendizaje aseguran su transmisión de generación en generación.
  • Da una definición de los roles y los estereotipos sexuales por medio de su ideología y los hace parecer como naturales y generales.
  • Se ha presentado a lo largo del tiempo en diferentes lugares y épocas.
  • Las mujeres, tanto adultas como niñas, están en todo momento expuestas a diferentes tipos de opresión patriarcal.
  • En el interior de la sociedad patriarcal, nacen las religiones monoteístas masculinas, por ejemplo, el judaísmo e islamismo, las cuales sostienen estructuras discriminatorias en contra de la mujer.
  • El patriarcado da soporte ideológico al hombre machista y a sus costumbres discriminatorias.
  • Es jerárquicamente discriminatoria con la mujer.
  • Es el soporte ideas para los pensamientos envueltos en sociedades machistas.
  • Para los patriarcas, la mujer no tiene personalidad jurídica ni alma. Debe ser una mujer sometida para ser considerada una buena mujer. Debe de obedecer a su esposo o padre quien es el que toma las decisiones por ella y vive bajo su tutela.
  • Cuando la mujer no cumple todos estos requisitos, pasa a ser considerada como insumisa o pecadora y es sometida entonces a la exclusión y la humillación, en algunos lugares del mundo, incluso al asesinato.

Consecuencias del sistema patriarcal

De acuerdo con María de Jesús Rosado Millán, Presidenta de la Fundación iS+D para la Investigación Social Avanzada, el patriarcado ha traído consigo tres grandes consecuencias que, al día de hoy, continúan reproduciéndose:

  • División funcional entre los sexos: Los hombres se quedaron con el mundo exterior y sus funciones estuvieron asociadas a la defensa del grupo, mientras que las mujeres se quedaron dentro de las ciudades, al cuidado de la infancia y de los hombres que no podían valerse por sí mismos, fue ahí cuando comenzó la asociación de la maternidad con la feminidad, al mismo tiempo que entre hombres también había una pelea por las jerarquías más altas, por lo que la dominación de los hombres se vio reflejada así: sobre las mujeres, en la familia y entre los propios hombres.
  • La violencia como sustento de la dominación: La guerra fue la primera forma de violencia que se proyectó de diferente manera sobre los hombres y las mujeres. En los pueblos vencidos ellos eran todos exterminados y ellas reclutadas como esclavas para la reproducción y fue precisamente la esclavitud femenina el origen de la violencia contra las mujeres.

Poco a poco esta violencia ejercida inicialmente contra los pueblos enemigos se fue proyectando sobre los miembros del propio clan, siguiendo la nueva estructura social: los hombres se enfrentaron entre sí jerárquicamente por cuestiones de poder, y las mujeres fueron forzadas física y psicológicamente bajo la dominación masculina al privárseles de la capacidad de obrar y ser objeto de todo tipo de agresiones, sobre todo sexuales, fenómeno que sigue estando de plena actualidad en todo el mundo.

  • Nacimiento de la desigualdad social: La dominación masculina dio paso a nueva forma de concebir a los miembros de una sociedad: el "androcentrismo", que haría de los hombres el punto central de la evolución humana y el modelo ejemplar de ser persona. Desde ese momento la normalidad vendría determinada por el varón, que se erigiría en el representante de la especie, si bien es cierto que no todos los hombres gozaban de los privilegios que tenían los de los peldaños más elevados de la pirámide social, el varón, por el mero hecho de serlo, tenía la posibilidad de ocupar cualquiera de esos ámbitos de poder, a diferencia de las mujeres, cuya ocupación tenía siempre un carácter de excepcionalidad que generalmente venía dado por la ausencia de varón que lo pudiese ocupar.