La lucha por la despenalización y legalización del aborto aún se ve frenada por los prejuicios religiosos y morales de personas que no están de acuerdo con ello y aunque cada vez se habla más sobre el tema, son justamente los medios quienes revictimizan a las mujeres y personas gestantes que deciden abortar; debido a ello, las mujeres y personas gestantes que abortan guardan su experiencia y sentires por miedo a ser juzgadas, e incluso son violentadas por decidir sobre sus cuerpas.

Este fue el caso de la influencer Yeri Mua, quien fue presionada por su ex pareja, Brian Villegas, para hablar públicamente sobre el aborto que decidió realizarse. El hombre la amenazó con revelar la decisión que Yeri había tomado, por lo que ella decidió terminar con las amenazas al hablar con sus seguidores sobre la interrupción de su embarazo.

Fue por medio de Twitter que Yeri Mua informó que “contaría la verdad antes de que alguien más lo hiciera” adjuntando la fotografía de un ultrasonido y por medio de una transmisión en vivo en su página de Facebook contó que un mes antes de formalizar la relación con Brian Villegas quedó embarazada y él le dijo que no quería tener al bebé, por ello Yeri Mua tomó la decisión de interrumpir el embarazo.

En la transmisión, Yeri Mua afirmó que ella deseaba tener al bebé ya que al verlo en el ultrasonido se sintió muy feliz, pero debido a la falta de apoyo de su entonces pareja y sabiendo que no estaba lista para ser madre tomó la decisión de abortar, pero Brian la amenazó con hacerlo público.

La revictimización

Distintos medios han abordado la decisión de Yeri Mua desde la revictimización y el morbo, centrando el tema en la vida sexual de la influencer en lugar de cuestionar la violencia que Brian Villegas ejercía sobre ella y las amenazas que usó para evitar que ella terminara la relación.

A pesar de que Yeri Mua afirmó contar su historia para inspirar a más mujeres y “dejar el pasado atrás”, no se debe minimizar el hecho de que fue presionada y amenazada para hablar sobre la interrupción de su embarazo; las reacciones misóginas y machistas que tuvieron distintas personas al escuchar su testimonio y la manera en la que ha sido tratada la noticia por distintos medios sólo reafirma que las mujeres y personas gestantes que deciden abortar se ven silenciadas por miedo y vergüenza ya que la sociedad aún continúa juzgándolas por decidir sobre su cuerpo.

De acuerdo con el portal E.ESEN, existen muchos estigmas y prejuicios alrededor del aborto y estos tienen un impacto negativo en la forma en que una determinada sociedad percibe la interrupción voluntaria del embarazo y a aquellas mujeres que lo han tenido o lo buscan. También aquellas personas que trabajan en servicios de aborto y/o apoyan activamente el derecho al aborto son socialmente vistas, debido a estos estigmas, como "monstruos" que acaban con las vidas de los pequeños embriones en el útero de las mujeres.

Los estereotipos de género y los grandes mandatos que se nos atribuyen a las mujeres están muy relacionados con esta estigmatización del aborto. En particular, aquel estereotipo que relaciona a las mujeres con la maternidad y que otorga como papel más importante de la vida de cualquier mujer el llegar a ser madre y el cuidado y crianza de sus hijos o hijas, debiendo darles prioridad sobre cualquier otra función que podamos realizar o elegir, afirma E.ESEN.

Así, la sexualidad femenina no tiene como fin el disfrute y el placer, como sí lo tiene la sexualidad masculina, sino la procreación. Surgen así ideas dañinas y estereotipos falsos como que las mujeres no tenemos (ni debemos querer) una vida sexual sino es con el objetivo de perpetuar la especie, o que no somos “mujeres reales” hasta que somos madres, y todas y cada una de nosotras debemos tener ese objetivo como fin último en todo momento de nuestras vidas, finaliza el portal.