Si las empresas ya no son leales a nosotros ¿por qué debemos serlo? Este es el planteamiento que se hizo tendencia en TikTok con el término "quiet quitting" o renuncia silenciosa que tuvo más de 20 millones de visitas y cuestiona la cultura de ponerse la camiseta, cuando los empleadores ni si quiera piensan en sus trabajadores. Este término incluso estuvo considerado por el Diccionario Oxford como una de las palabras del año.

México es el país con mayor estrés laboral, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, es el segundo, de acuerdo con la OCDE en tener más horas de trabajo, después de Colombia. Lo que provoca daños gastrointestinales, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, miedos, reacciones conductuales y acoso laboral, de acuerdo con la psicóloga Erika Villavicencio Ayub, por lo que el término quiet quitting pone sobre la mesa la necesidad de políticas empresariales que cuiden el bienestar del personal, una de ellas fue la aprobación de la Ley Federal del Trabajo de pasar de 6 a 12 días de vacaciones por año.

¿Qué es tener una renuncia silenciosa?

Una renuncia silenciosa o quiet quitting es una actitud frente a la sobre carga de trabajo que tiene diversas críticas, las cuales se abordan más adelante, sin embargo, aquí te describimos tres acciones que pueden desprender de este fenómeno,

  • Los trabajadores dejan de hacer más de lo que se les pide
  • Dejan de completar tareas y proyectos en los que no hay compensación
  • Dejan de participar excesivamente en la “cultura del ajetreo laboral”

¿Por qué la renuncia silenciosa o ‘quiet quitting’ no resuelve la explotación laboral?

El término ‘quiet quitting’ o renuncia silenciosa no se refiere a que los empleados vayan a renunciar sino que van a trabajar sólo lo necesario, priorizando su tiempo y cuidados. Algunos especialistas dicen que esta actitud no es del todo negativa sino una forma de poner límites en el trabajo. Aunque para otros, por ejemplo en The New York Times, Grabrielle Judge, una empleada para una empresa de tecnología de 25 años, describe este tipo de actitud como un retiro pasivo-agresivo que no beneficia a todos. “No siempre se trata de ti. Estás en un equipo, en un departamento”.

Por su parte, Mar Joanpere escribe para el Diario Feminista que este término que se puso de moda “puede ser una buena vía para las personas que no quieran trabajar de más o entregarse al trabajo pero no soluciona en ningún caso situaciones de explotación laboral, discriminación y menos casos de acoso sexual en el trabajo”.

Las dinámicas tóxicas dentro del trabajó, tienen una carga de género: El 42% de las mujeres experimentan discriminación de género, el 38% acoso sexual y el 31% agresiones en el lugar de trabajo. Y estos porcentajes son significativamente mayores para las mujeres de color, las mujeres LGBTQ+ y las mujeres con discapacidad, de acuerdo con Mar Joanpere. Además, las mujeres se sienten menos imposibilitadas en tener este tipo de prácticas por temor a perder su empleo. Fobes apunta que las mujeres ganan 17% menos que la media de los hombres, tienen 45% menos de ahorros financieros y mayores costes de cuidado, el 80% de los progenitores son madres proveedoras.

Lara McLeod , directora de DEI en FullStory, compartió que cuando una persona se encuentra en un ambiente tóxico de trabajo, su rendimiento puede causarle estrés, esto aumenta cuando se quiere aplicar la denominada renuncia en silencio. ¿Será que también afecta el síndrome de la impostora? Se refiere cuando las mujeres no se sienten los suficientemente buenas en el trabajo.

Cuando las mujeres tienen un 14% menos de probabilidades de ser promovidas que los hombres, bajar o descuidar su rendimiento las estresa más. Si a esto le agregamos cuestiones interseccionales como el caso de las mujeres negras, la exigencia aumenta, ya que se espera que sean lo doble de buenas y cumplan los estándares más altos de desempeño.

Así que la renuncia silenciosa no nos lleva a otro lugar a que los empleadores pongan medida de exigencia, sin concientizar sobre el ambiente de trabajo que están generado, por lo que si hay una renuncia ruidosa, donde se exhiben las sobre cargas laborales y la falta de incentivos, se puede fomentar una mejor cultura organizacional que cuide el bienestar del personal.