Hillary de 17 años de edad denunció a través de redes sociales el abuso sexual que vivió el pasado 31 de octubre en una estación de Transmilenio de la capital colombiana; el tres de noviembre, las calles fueron tomadas por colectivas que demandaban una respuesta de las autoridades. ¡Rompan lo que se les dé la gana para las personas que les duele más un bus que nuestra seguridad!

Al respecto, la Personería de Bogotá (Ministerio Público) se pronunció señalando que el derecho a la protesta debe tener unos límites claros, pues se habían destruido bienes de la ciudad. Y finalizó con que un grupo de expertos comenzaría a trabajar en la investigación para identificar y dar captura al presunto responsable. Claudia López Hernández, alcaldesa de Bogotá, también se pronunció al respecto. 

Cuando la situación no podía estar mas tensa, tras estas declaraciones de una autoridad que criminaliza, es revictimizante y que puso en duda la palabra de la denunciante (de acuerdo al colectivo feminista de acero), esa misma mañana del tres de noviembre, previo a la manifestación, otra joven de 18 años fue agredida sexualmente cuando se dirigía a la Universidad EAN.

“Mi hija tomó el bus del Transmilenio en la estación del Museo Nacional. En el bus, un sujeto la abordó con un cuchillo y la obligó a practicarle sexo oral, después, trató de obligarla a bajarse con él, pero al parecer, había mucha gente en las calles y se fue. Le dijo a mi hija que si gritaba, la mataba”, narró la madre de la joven. 

Cuando la joven llegó a su destino, pidió ayuda a sus compañeros quienes la acompañaron al CAI (Comando de Atención Inmediata) más cercano, ahí, un patrullero les informó que no podían hacer nada sin evidencias ni captura. 

Ambas jóvenes de 17 y 18 años respectivamente, fueron ignoradas por las autoridades cuando pidieron ser auxiliadas; una bajo un proceso entorpecido por ser menor de edad, “no se le puede dar seguimiento, pues la institución es exclusiva para menores de 18 años y como su abusador es mayor… pues no procede”, señala Infobae y la segunda joven, por no contar con pruebas suficientes. 

"El asunto de transmilenio es una cuestión estructural, los abusos en el bus suceden todo el tiempo. A mí me pasó una situación muy fea hace algunos años y nadie hizo nada. Las mujeres sabemos que no estamos seguras cuando tomamos el transporte público en Bogotá. Además, las autoridades siempre se pronuncian de una manera muy vehemente, señalando los daños públicos y los grandes medios recriminan el asunto, pero si estas manifestaciones no se hubieran dado así, este hecho se hubiera pasado por alto", señala Laura Santamaría, periodista bogotana. 

De acuerdo a un estudio elaborado por la Fundación Thomson Reuters, en colaboración con la encuestadora YouGov y difundido por el Foro Económico Mundial, Bogotá es la ciudad que registra mayor casos de violencia y acoso a nivel mundial contra mujeres en el transporte público; la Ciudad de México ocupa la segunda posición. 

A.D