A 12 años del asesinato de la activista social Marisela Escobedo, el Estado de Chihuahua reveló una placa dorada con su nombre, ubicada dentro de una sala del Congreso; más que una celebración honorífica, la placa es un recordatorio de la impunidad e injusticia

Diputadxs de diferentes bancadas acudieron al homenaje solemne, por su parte, la directora del instituto Chihuahuense de las Mujeres, Neyra Regalado, señaló que después de más de una década, la lucha de Marisela Escobedo Ortíz, es un símbolo de sexismo, violencia e impunidad por parte del estado. 

En el acto, se tomaron un minuto de silencio para recordar a todas las mujeres víctimas de feminicidio de la entidad, al termino, algunas diputadas corearon, ¡Marisela vive y su lucha sigue!

Marisela Escobedo Ortíz, mujer persistente, activista, determinante y voz clave en la lucha contra los feminicidios en México, todos esos son los adjetivos que se le pueden dar; una madre con un carácter inquebrantable”, se lee en el dictamen de la LXVII legislatura que aprobó la placa. 

16 de diciembre, 2010 

Marisela Escobedo Ortiz, asesinada frente a las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua cuando exigía al gobierno en turno soluciones por el feminicidio de su hija en 2008, Rubí Marisol Frayre Escobedo de 16 años de edad.

Sergio Barraza, feminicida de Rubí llegó a los tribunales de justicia gracias a un trabajo de investigación realizado por la misma Marisela, sin embargo, el proceso judicial terminó en absolución, espacio que le permitiría a Barraza huir de la justicia.

Este acto de injusticia, ha quedado en la memoria colectiva de millones de mexicanos como símbolo de impunidad y corrupción. Los actos de protesta de Marisela, demandaban la aprehensión inmediata del feminicida de Rubí y a través de diferentes esfuerzos y protestas, los medios comenzaron a hacer un seguimiento de su activismo. 

El 16 de diciembre, durante uno de sus actos de protesta sería asesinada y después del crimen, su familia huiría del país por múltiples amenazas del crimen organizado al que pertenecía el feminicida Sergio Barraza. 

La dificultad de acceder a la justicia

No hay verdad oculta en señalar que la violación de derechos contra la mujer, es una herramienta de sometimiento, humillación, tortura y una destrucción a la autonomía de las mujeres, un sistema misógino dificulta el acceso a la justicia, señala el documento Acceso a la Justicia para las Mujeres: el Laberinto Androcéntrico del Derecho, escrito por Roxana Arroyo Vargas.

Los gobiernos van y vienen, y no entran en el problema. Por eso, las cifras de feminicidios van en aumento, porque las políticas son folletos y campañas, no políticas integrales. El tema de las mujeres nunca ha sido una prioridad real para el gobierno, denuncia María Luz Estrada, Coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OFCN)

Las deficiencias del estado mexicano, orilla a las familias a involucrarse en investigaciones de sus casos ante autoridades negligentes, esta situación las pone en riesgo recibiendo múltiples amenazas, y de acuerdo a información de El País, dos de cuatro familias que han hecho trabajos de búsqueda e investigación, han abandonado sus hogares por cuestiones de seguridad, a la par, las familias no sólo lidian con intimidaciones de los feminicidas o grupos criminales, sino también, de las autoridades. 

“Las autoridades amenazan y acosan a las familias para que no llamen la atención a sus superiores ante su falta de actuación.

A diario, atestiguamos la forma como las autoridades exhiben sus errores al investigar muertes violentas, estigmatizando y re victimizando”, señala el medio. 

El documento, Acceso a la Justicia para las Mujeres: El Laberinto Androcéntrico del Derecho, apunta a que las fallas más grandes del estado mexicano, es la falta de inmediatez, la ausencia de personal capacitado para trabajar con perspectiva de género, ausencia de protocolos de intervención, la creencia de que la palabra/ testimonios de mujeres no son creíbles, normas que no son neutrales con sesgo sexista presentes en el derecho penal, procedimental y sustantiva, son factores que perpetúan la impunidad y representan una falla total en el acceso a la justicia para las mujeres

A.D