Lisa LaFlamme, periodista y presentadora de un programa televisivo canadiense, cansada de teñir su cabello y del desgastante proceso de químicos mensuales, decidió dejar de hacerlo, pues a sus 58 años, señala, era momento de dejar su cabello en total naturalidad como parte de un proceso de liberación, sin embargo, poco después se anunciaría su retiro del noticiario. 

Fue a través de un vídeo, que la presentadora dio a conocer que sería despedida del canal y que la situación, la había dejado profundamente triste y sorprendida.

“A pesar de mi edad, todavía creo que tengo mucho tiempo por delante para contar más historias que impactan en nuestra vida diaria”, comentó. 

Lisa, se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la televisión canadiense, pues desde hacia 35 años había trabajado para la cadena y la noticia de su destitución, molestó a los televidentes y usuarios en las redes, quienes señalaron que no veían motivo real para despedirla. 

Por otra parte, la empresa propietaria del canal CTV, lanzó un comunicado donde explicaba que la decisión se tomó porque existía una necesidad de "dar un giro renovado al noticiario que se adaptara a los hábitos del nuevo espectador." 

En respuesta, internautas comenzaron a señalar que se trataba de un acto de discriminación justificar su despido de esa manera, especialmente, porque se trataba de un tema relacionado a su edad y aspecto

Lisa LaFlamme, recibió este 2022 el premio a mejor presentadora en los Canadian Screen Awards, igualmente, obtuvo el galardón en 2016.

Sobre el envejecimiento femenino y la discriminación

Los medios masivos de comunicación contribuyen enormemente a la homogeneización de comportamientos, relaciones sociales cuerpos y estereotipos, a través de los mensajes que nos brindan; los medios, no sólo conforman una parte de entretención, sino también modifican e instauran construcciones en los imaginarios colectivos, señala el artículo Representaciones mediáticas: Tres notas sobre los procesos semióticos en los medios masivos. 

Cuando pensamos, por ejemplo, en hombres con canas trasladados al cine, nos podemos encontrar con un Brad Pitt, un Tom Cruise, Richard Gere o George Clooney interpretando papeles de soldados, pilotos, abogados astutos o publicistas famosos; nadie les obligó a cubrir las canas, pues representaba un atributo positivo que sentaba bien con el personaje. 

De acuerdo al Instituto Médico Dermatológico, 6 de cada diez mujeres se tiñen el cabello, mientras que sólo 1 de cada diez hombres lo hace. Si bien, existen actrices que han optado por utilizar tintes platinados sobre sus canas, la realidad, es que cuando encontramos en los medios participaciones de mujeres con algunas canas, tiene ciertas connotaciones que dictan que es desaliñada o bien, una mujer solitaria con mal carácter. 

“En el cine, las mujeres que llevan canas son personajes que viven molestas, son solteras (…). Una bibliotecaria cansada, una profesora aburrida… no hay mujeres con canas que sean soldados ni que interpreten algo de acción, ¿por qué las canas en los medios están cargadas de valores negativos?”, cuestiona el portal. 

Los valores que implica ser una mujer con canas, no aplica de manera equitativa con el hombre, quien es considerado atractivo o símbolo de virilidad cuando muestra su cabello blanco, Asimismo, considerar que una mujer por su edad es incapaz de adaptarse o comprender las circunstancias propias de las generaciones más jóvenes, es caer en el edadísmo práctica que discrimina y excluye a las personas por su edad. 

“Considerar que a cierta edad, las personas mayores no poseen las mismas nociones que nosotros por su entorno de desarrollo, es una práctica discriminatoria directa, donde se considera que son incapaces de modificar, aprender, reflexionar y escuchar”, señala el artículo La Dignificación de la Vejez: Un desafío al nuevo principio de solidaridad."