Pedro Lemebel fue un escritor y artista visual chileno que con maquillaje y zapatos de tacón irrumpió en la realidad chilena para hablar, de manera contestataria sobre temas como la pobreza, la marginalidad, el VIH, el trabajo sexual, la homosexualidad y la dictadura.

Su escritura está cargada de una prosa poética y un estilo literario barroco, la combinación de ambos le permitió embellecer la dura realidad chilena, mostrando un claro rechazo al status quo, la derecha política y la burguesía chilena. Así mismo, la manera en la que retrataba a las personas homosexuales y personas trans está enfocada en el resentimiento y logró reapropiarse de términos que se usaban para insultarles y sobajarles, esta reapropiación fue una forma de denuncia política y social en donde palabras insultantes se resignificaron para continuar la lucha en pro de ellos.

Varias de sus historias se remontan a la época de la dictadura de Pinochet, en donde se persiguió y se atacó sistemáticamente a personas LGBTIQ+, sobre todo a las personas trans. Su vida en la pobreza y en barrios donde ésta era su cotidianidad, añadiendo su militancia de izquierda, le permitieron conocer y acercarse a varios grupos de personas trans y personas disidentes, a quienes retrató en sus escritos y sus actos performáticos, que llevó a cabo hasta su muerte.

Su realidad

Pedro Mardones Lemebel, hijo de Pedro y Violeta, nació en 1952, literalmente en la orilla del Zanjón de La Aguada. Vivió en medio del barro hasta que, a mediados de los 60, su familia se mudó a un conjunto de viviendas sociales en avenida Departamental. En ese medio, en el cual los niños tenían limitado acceso a la educación, ingresó a un liceo industrial donde se enseñaba forja de metal y mueblería y, posteriormente, cursó estudios en la Universidad de Chile, de donde egresó con un título de profesor de Artes Plásticas.

Toda su vida estuvo rodeado de indígenas mapuche, trabajadoras sexuales y hombres homosexuales, lo que marcó profundamente su visión de la vida y se encuentra reflejado en sus textos, donde escribe de estas personas y de sí mismo, desde un carácter reivindicativo y de lucha antisitémica.

En 1986, Pedro no era un autor tan conocido y mientras Chile seguía gobernado por Pinochet, él se abrió espacio ante la izquierda chilena cuando subió con tacones y maquillaje del símbolo comunista a la tarima de la reunión política de izquierda en la Estación Mapocho. Allí leyó su manifiesto “Hablo por mi diferencia”.

A pesar del rechazo político que sufrió, no tartamudeó ni un momento al recitar lo que se convertiría en uno de los discursos más importantes y con una gran carga simbólica para el sector, pues no solo se manifestaba en contra de la dictadura y del capitalismo, sino también del machismo, la homofobia y la marginación.

Libros contra el sistema

Cada uno de sus libros retrata la realidad chilena de las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y, de acuerdo con el portal Every: “allí radica la grandiosidad de Lemebel, su forma de escribir atrapa y conecta, nos hace sentir representades, aunque nuestra realidad sea distante. Su escritura es esperanzadora, porque habla de temas que no todes les autores disidentes se atreven a tocar. No quería quedar bien con nadie, quería expresar sus emociones y contar historias que presenció o que le inspiraron”.

En algún momento indeterminado de aquellos años revueltos, la vida artística de Pedro Lemebel tomó un giro sorprendente. Pasó del anonimato literario a la performance artística, al formar junto al poeta Francisco Casas el dúo "Las Yeguas del Apocalipsis", que se caracterizó por irrumpir de manera sorpresiva y provocadora en lanzamientos de libros y exposiciones de arte, transformándose a poco andar en un mito de la contracultura. 

En 1995 Lemebel publicó su primera colección de crónicas, La esquina es mi corazón y al año siguiente creó un programa en Radio Tierra, llamado "Cancionero", donde leía crónicas ambientadas con sonidos y música incidental. A partir de entonces comenzó a convertirse en un cronista urbano que husmeaba por los pliegues más oscuros de la vida cotidiana chilena. En los años siguientes publicó Loco afán y De Perlas y Cicatrices, nuevas recopilaciones de crónicas en las que se fue afianzando su singular voz literaria, que mezclaba lo barroco y lo marginal en un tono de provocación y resentimiento.

Hacia fines de la década de los noventa, Lemebel se consolidó como figura literaria en el ambiente local y emprendió su proyección internacional. En el año 2001 incursionó en la novela con Tengo miedo torero, volumen que permaneció durante más de un año entre los libros más vendidos en el país, además de ser traducido a diversos idiomas. Posteriormente, continuó desarrollando su labor de cronista publicando títulos de crónicas como Zanjón de la Aguada y Adiós mariquita linda.

Murió el 23 de enero de 2015, a los 62 de años de edad, aquejado de un cáncer a la laringe. Solo un par de semanas antes, había recibido un homenaje por parte de actores, artistas y escritores nacionales, al que asistió pese a encontrarse hospitalizado.

APVB