Sam Paige, es una joven estadounidense que decidiría pasar momentos agradables en el parque temático de Disney World, sin embargo, después de postear sus fotografías en redes, los usuarios comenzarían a señalar que su peso no iba en concordancia con la falda y escote que utilizaba, la hacían ver inapropiada. 

Los comentarios apuntaban a aquel discurso de que las mujeres gordas debían buscar ropa que les favoreciera y no expusiera sus cuerpos; esa ropa holgada que debería ocultar partes del cuerpo que podrían resultar incómodas para terceros, por ejemplo, sus piernas, senos y brazos. 

Los patrones de las tallas grandes tienen características propias; vestidos de un largo mínimo, manga larga, vestidos que oculten las caderas y brazos, cintura holgada, sin estampados ni nada que podría delatar kilos extras. Aunque se hable de una libertad para vestir en nuestra sociedad, la realidad es que seguimos respondiendo a una obligación moral de mostrarnos "correctamente"  en espacios públicos para no incomodar a aquellos que le molestan los cuerpos no hegemónicos y el caso de Sam Paige, es la prueba contundente de una sociedad gordofóbica.

“¿Por qué les molestaría tanto mi cuerpo?, las personas delgadas utilizan shorts o faldas todo el tiempo, ¿por qué yo no?, estoy recibiendo odio sólo porque les incómoda ver un cuerpo diferente”, señaló Peige en sus redes sociales.

Asimismo, los usuarios respondieron que se trataba de un tema de salud, pues su sobrepeso era evidente y necesitaba ver a un doctor con urgencia, sin embargo, estas críticas no sólo son estigmatizantes, sino que la gordofobia y discriminación se oculta bajo argumentos de presunta preocupación por su estado de salud. 

La gordofobia disfrazada de críticas por la salud

La discriminación hacia cuerpos no hegemónicos es un comportamiento arraigado en nuestra sociedad, violenta, patologiza, excluye, vulnera y obstaculiza una vida libre de violencias para las personas que poseen cuerpos que son considerados “fuera de la norma”.

La gordofobia, es un proceso de discriminación naturalizada y que está ligada al pesoncetrismo, de acuerdo a la revista del Gobierno de Argentina, el pesocentrista tiene un enfoque reduccionista que concibe al peso como un indicador para dividir a las personas; las personas gordas no son sanas ni hegemónicas. Es una mirada estigmatizante que considera la gordura no como un factor de riesgo, como el tabaquismo, o drogas, sino como una enfermedad en sí misma que convierte a la sociedad en verdugos para señalar cuerpos ajenos. 

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación, en nuestro país, 20,2% de la población mayor de edad declaró haber sido discriminada. ¿La causa principal?, el peso. La diversidad de los cuerpos, siempre será un tema que se vuelve incómodo para una sociedad estigmatizante que perpetúa el estereotipo de ideal en la piel blanca, el cuerpo delgado y rasgos afilados. 

La doctora Chapa Romero, comenta para la Gaceta de la UNAM, que las personas con sobrepeso viven bajo connotaciones negativas; son consideras personas flojas, sin autocontrol e inseguras. Estos prejuicios se trasladan a todos los sectores de la sociedad, incluyendo el médico. 

La sociedad actual se muestra profundamente preocupada por el peso de los cuerpos ajenos, por lo que existen diferentes formas de explicar el estigma que viven las personas con sobrepeso; no se trata solamente de señalarlos por su talla o dimensión corporal, sino que este proceso de gordofobia, conlleva profundas implicaciones que tienen que ver con construcciones sociales que necesitan ser erradicadas para asegurar espacios libres de violencia para la diversidad de los cuerpos, finalizó la especialista.

A.D