El acoso laboral o mobbing es una forma de estrés laboral en donde a la víctima se le empiezan a atribuir tareas para que realice mal su trabajo, así mismo, existe una sobrecarga de tareas que son inútiles y repetitivas. Todo esto origina un estrés que puede culminar en la aparición de conflictos y un tipo de maltrato psicológico.

Los jefes autoritarios, aquellos que buscan optimizar y tener los mejores resultados, pero, sin tener en cuenta el factor humano pueden causar también conflictos que desemboquen finalmente en acoso laboral. Cuando una persona realiza siempre las mismas tareas, la monotonía y la repetición constante puede provocar malestar y conflictos entre los miembros del equipo, pero ¿qué caracteriza al mobbing?

  • Gritar, intimidar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas.

  • Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo.

  • Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo.

  • Amenazar de manera continuada a la víctima.

  • Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que realizar “hasta que se aburra y se vaya”.

  • Modificar sin decir nada al trabajador las atribuciones o responsabilidades de su puesto de trabajo.

  • Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes (excluirle o discriminarle).

  • Ignorarle o excluirle, hablando sólo a una tercera persona presente, simulando su no existencia o su no presencia física en la oficina, o en las reuniones a las que asiste.

  • Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales.

  • Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa rumores falsos que afecten su reputación o profesionalidad.

  • Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a evaluar periódicamente su trabajo.

  • Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando, retrasando o entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación.

  • Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos a otras personas ajenas a él.

  • Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc.

  • Monitorizar o controlar su trabajo con el propósito de atacarle o acusarle de algo.

  • Castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el marco de sus responsabilidades.

  • Bloquear administrativamente a la persona extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos que le afectan.

  • Ridiculizar su trabajo, ideas o los resultados obtenidos ante los demás trabajadores, caricaturizándolo o parodiándolo.

  • Invadir la privacidad del empleado interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus documentos, armarios, cajones, etc.

  • Robar o destruir elementos clave para su trabajo.

  • Atacar sus creencias personales, ideología o religión.

  • Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.

¿Cuáles son las consecuencias del mobbing?

  • Lento deterioro de la confianza en sí misma y en sus capacidades profesionales por parte de la víctima.

  • Proceso de desvaloración personal.

  • Desarrollo de la culpabilidad en la víctima.

  • Creencia de haber cometido verdaderamente errores, fallos o incumplimientos.

  • Somatización del conflicto: enfermedades físicas.

  • Insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, problemas de relación con la pareja, depresión.

  • Inseguridad, torpeza, indecisión, conflictos con otras personas e incluso familiares.

  • Bajas laborales que el acosador suele aprovechar contra el trabajador.

Las personas que ejercen este acoso laboral tienden a ser jefes con puestos altos y, normalmente, ejercen presión para que la víctima renuncie. Cualquier tipo de violencia debe ser visibilizada y es urgente hablar de la violencia laboral que se confunde con “ponerse la camiseta”.

APVB