Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son afectaciones psicológicas de carácter grave que conllevan comportamientos anómalos en cuanto a la conducta de comer, como las dietas restrictivas, saltear comidas, los atracones, provocarse el vómito o ejercicio en exceso entre otras conductas. Estos trastornos son capaces de desencadenar enfermedades físicas graves y, en último término, la muerte.

La anorexia, bulimia o el trastorno por atracón son algunas de las múltiples caras de los TCA. En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud, la anorexia y la bulimia en niñas, niños y adolescentes aumentó un 300% en los últimos 20 años; estos trastornos tienen la mayor tasa de mortalidad que cualquier enfermedad mental ya que se calcula que el 10% de los jóvenes con anorexia y el 17% con bulimia han intentado suicidarse.

En 2020, a causa de la pandemia de Covid-19, el tener que permanecer mucho tiempo en casa o escuchar las noticias suele potencializar la sensación de estrés y ansiedad tanto en personas con TCA como aquellas que no lo tienen; el estrés se asocia con un cambio hacia hábitos alimentarios no saludables y sensaciones obsesivas poniendo en duda todos los alimentos que se ingieren, lo que ha traído consecuencias como el empeoramiento del TCA.

Los TCA y sus señales

Las psicólogas especializadas en el tratamiento de conductas alimentarias y fundadoras de Tándem Psicoterapia Clara Roqué y Carola Pechon, afirman que el desarrollo de un TCA se da de manera paulatina y en silencio, por lo que es importante identificar las señales para lograr un tratamiento adecuado:

  • Nadie desarrolla un trastorno de la nada: Los TCA no aparecen de repente. Son trastornos que provienen de la interacción de múltiples factores: genéticos, sociales, psicológicos, familiares o personales. Por lo general, existe malestar con la propia imagen corporal que desencadena las conductas anómalas de alimentación, aseguraron las psicólogas.

  • No solo existen la anorexia y la bulimia: Aunque estos sean los trastornos más conocidos en la sociedad, existen muchos más que merecen la misma atención como: el trastorno por atracón, el trastorno no especificado (TANE), trastorno por rumiación, trastorno por evitación/restricción de alimentos, Ortorexia, Vigorexia y adicción a la comida.

  • La edad de aparición está retrocediendo, no solo aparecen en la adolescencia: Hasta hace pocos años, se había establecido el rango de aparición de estos trastornos entre los 13 y los 19 años. Sin embargo, cada vez aparecen más casos desde una edad más temprana, entre los 10/11 años. Más allá de la edad de inicio podemos encontrarnos con esta problemática si no fue tratada a cualquier edad.

  • Los TCA se pueden dejar atrás: La idea extendida es que las personas que sufren estos trastornos los arrastran para toda la vida. Sin embargo, con la intervención adecuada y el apoyo de las personas cercanas al paciente, alrededor del 50-60 % de los casos llega a recuperarse. Por otro lado, un 20 o 30% lo hace parcialmente, y solo entre un 10 y el 20 % cronifica la enfermedad.

  • Los TCA dejan secuelas: Para muchas personas, los TCA son sinónimos de una reducción significativa del índice de masa corporal. Según las psicólogas antes mencionadas, son muchas las consecuencias que puede tener una afectación de este tipo:

Consecuencias Psicológicas: depresión, aislamiento social, fallas en la memoria, dificultad en la concentración, pérdida de interés en áreas previamente importantes, disminución del deseo sexual, apatía, irritabilidad, extremo interés por temas relacionados con la nutrición y la alimentación, pensamientos permanentes en relación al cuerpo y a la comida que interfieren en el funcionamiento del día a día generando un malestar constante.

Consecuencias Físicas: enfermedades derivadas del TCA, como hernia de hiato, problemas dentales, desnutrición, diabetes, fracción del esófago o hipertensión.

  • No son fáciles de diagnosticar: Las consecuencias psicológicas recién descritas suelen llevar a la consulta a un profesional. El problema está en que si no se indaga en relación a las conductas con la comida puede que el diagnóstico de TCA quede encubierto y no reciba el tratamiento que requiere. Y es indispensable la detección temprana para el buen pronóstico. Por esta razón es fundamental que cada vez existan más profesionales capacitados en esta área.

Los TCA y los estereotipos de belleza

Hablar de TCA únicamente desde la perspectiva médica, incluso solo desde la psicología clínica, es demasiado reduccionista. El contexto social, compartido en estos tiempos también de forma digital, juega un importante papel en la incidencia de los trastornos alimenticios. Cuestiones como la gordofobia, la promoción de dietas restrictivas o la sexualización de los cuerpos actúan como debilitadores de nuestro sistema mental frente a los TCA. La empatía, además de ponerse en el lugar del otro, debe convertirse en lucha contra estos estereotipos instalados en la sociedad, afirma el portal Filo.News.

Los estándares de belleza patriarcales, en donde se dice que la mujer debe ser delgada, ocasiona que los TCA sean cada vez más frecuentes y, contrario a lo que se piensa, el tratamiento para esto debe ser multidisciplinario ya que se involucra la salud clínica, mental y nutricional para así sanar en todas las secuelas de este trastorno.