Hace unos días, el cortometraje Reflejo se sumó al catálogo de Disney; este corto está protagonizado por Bianca, una bailarina de ballet que lucha contra su propio reflejo y las inseguridades y miedos que se produce al verse en el espejo, Bianca busca superar las dudas y miedos para así poder explotar su máximo potencial.

El corto de Disney deja muy claro los temas que, de manera sencilla, se muestran a las infancias: la diversidad de cuerpos y la disforia que se produce al no tener un cuerpo socialmente aceptado. En la introducción a Reflejo, su autora, la guionista y artista de animación Hillary Bradfield, explica dónde nació la inspiración para la creación de Bianca:

Surgió de mi propia forma de pensar en mi cuerpo. Aunque soy una persona bastante positiva, cuando piensas en tu propio cuerpo a veces resulta difícil mantener ese enfoque. Contar la historia desde el punto de vista de una bailarina me pareció lógico, ya que guarda relación con el hecho de analizar tu postura y revisarte frente al espejo, Bianca tiene que enfrentarse a sí misma, aunque no quiera, asegura Bradfield.

Supervivientes y personas que sufren actualmente trastorno dismórfico corporal han afirmado que, para ellos, es muy importante encontrar representación e inclusión dentro de las pantallas, y comentan que al visibilizar situaciones como esta, la red de apoyo para quienes lo padecen, crece.

En el corto, Bianca es capaz de superar sus sentimientos negativos y bailar libremente. Pero la positividad corporal y la autoaceptación pueden ser más fáciles de decir que de hacer, dijo Bradfield.

Así mismo, las personas que se dedican a danzas tan estrictas como el ballet, agradecen comenzar a tener distintas corporalidades dentro del escenario, ya que esto rompe con los estereotipos de las bailarinas, debido a que la belleza escénica corporal es uno de los elementos más importante que debe cuidarse en la práctica de este arte, la cual está influenciada por la evaluación cualitativa de la gordura-delgadez, la estatura física, la proporcionalidad ósea, la forma muscular, la belleza facial y las capacidades dinámicas de movimiento de la persona que baila, afirma la fisioterapeuta Cindy Yirley Cuan Cerquera.

En el ballet, se reconoce la belleza estética como sinónimo de delgadez pues usualmente, el concepto canónico de una bailarina es eurocentrista, una mujer sin busto ni caderas, piernas largas y torso delgado que se liga directamente a una técnica impecable en la danza.

Algunas bailarinas, afirman que la extrema delgadez que se ponían como meta era con el fin de mejorar su danza; cuerpos que son continuamente observados y juzgados, señala Bencanzen C, en su texto, Bienestar y desordenes en las bailarinas profesionales de Ballet.

Este nuevo corto de Disney aborda de manera exacta distintas problemáticas que viven las personas cuyos cuerpos no se adaptan a las normas sociales, así mismo, visibiliza las distintas corporalidades y los trastornos que se desarrollan cuando la sociedad busca homogeneizar la belleza y la forma de los cuerpos.

APVB