La celebración de una boda es todo aquello que creemos, es lo ideal. Una tradición generacional que aún se mantiene vigente y que nos bombardea en las telenovelas, en las series, en los libros y en general, nos acompaña desde la infancia, sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado sobre los tintes que tienen las bodas?

La socióloga Mariana Plascencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica que las tradiciones en las bodas aún se apegan al contexto religioso y a las costumbres familiares.

“Las tradiciones que se perpetuaron desde tiempos antiguos tienen un sentido de autoridad dentro de las familias mexicanas, con machismo por tendencia”, explica Plascencia para la Reporte Índigo. 

Tradiciones que incomodan

Recordando algunas de las tradiciones de las bodas, aparece lo que conocemos como “La Marcha Fúnebre” del novio, aquella donde los acompañantes, cargan al hombre y éste finge estar muerto, demostrando que su vida de soltero ha llegado a su fin, no podrá estar con más mujeres ni tampoco con sus amigos; el termino de una etapa y el inicio de otra donde, ahora, debe estar con su esposa. 

La socióloga retoma otra tradición relacionada a los regalos, pues usualmente, a la mujer se le regalan electrodomésticos o utensilios de cocina, es claro, la nueva esposa será el ama de casa y qué mejor opción que regalarle unos sartenes el día de su boda.

Esta celebración corre mayoritariamente por parte de la familia del novio como símbolo de la solvencia económica y el rol de género que debe desempeñar. Otro de los puntos a señalar más interesantes es cuando se habla del lanzamiento del ramo a las mujeres solteras con la esperanza de que “con suerte” contraigan matrimonio pronto. 

Los estereotipos que avergüenzan a las mujeres solteras son perpetuados con tradiciones como esta, donde son señaladas por no tener pareja, un hogar e hijos, como si se tratase de una receta a seguir para alcanzar la felicidad y en caso de no poseerlo, te convierte en una mujer que no es feliz o bien, que no se ha realizado aún. 

“La palabra “solterona” adquiere connotaciones negativas y se utiliza para menospreciar a las mujeres solteras, mientras tanto, los "solteros" a menudo se representan como divertidos, potencialmente afables, viviendo sus mejores vidas y sin preocupaciones.”, explica la BBC. 

El vestido blanco, la pureza, los anillos y el ligero

Para la socióloga Mariana Plascencia todo esto que envuelve la tradicional vestimenta, se trata de un machismo generalizado sin importar en qué cultura lo analices. 

“El machismo es una actitud y lo encuentras desde los hebreos hasta los ingleses. Por ello, es que el vestido blanco se originó como el matrimonio de la reina Victoria, quien eligió ese color que más tarde, sería interpretado como símbolo de virginidad.”

No es secreto que el color blanco está relacionado a nuestra pureza antes de contraer nupcias y esto queda aún más presente cuando se habla de la tradición del ligero, que era entregado a la familia una vez que el hombre comprobara que su mujer era virgen

“Esta idea también viene acompañada del velo, que representaba la pureza con la que se entrega la novia al novio. Toda cubierta para simbolizar la protección de su virginidad”, explica Rosa López, trabajadora de Juan Foronda, reconocida marca de velos. 

Con todo esto, la socióloga señala que todo este fenómeno se trata de tradiciones machistas que están fuertemente arraigadas hasta nuestros días, por lo que es un fenómeno difícil de eliminar, sin embargo, las nuevas generaciones han comenzado a optar por otro tipo de celebraciones e incitan al cambio.

Mujeres que toman la iniciativa de proponer matrimonio, parejas que deciden alejarse de las celebraciones religiosas, novias que portan vestidos negros o rojos y que prefieren que este día se convierta en una una celebración propia, impulsan los cambios de paradigma detrás del sexismo en las bodas

A.D