El detective de la Ciudad de México, Héctor Belascorán Shayne, un personaje ficticio creado por Paco Ignacio Taibo II que ahora se lleva a la pantalla streaming de Netflix evidencia la impunidad en los casos de feminidicios, dede los años 70’s, donde está situada la serie que dirige Rodrigo Santos.

Al menos en el primer capítulo, Héctor Belascoarán, un detective privado que renta una oficina en el centro de la ciudad de México junto con un plomero, resuelve el caso de un femenicida que solía estrangular a mujeres. La historia nos hace repensar en los casos de feminicidios en la Ciudad Juárez que comenzaron a escucharse desde el año de 1993 hasta 2009, fecha en el que contabilizaron 2 mil 332 feminicidios, de acuerdo con un registro de la Universidad de Kansas.

También, podemos remontarlo al agresor de Atizapán a quien los medios llegó a nombrar “caníbal de Atizapán”, sobre nombre que fue criticad por reducir la violencia que vive las mujeres, tras señalar que las mujeres son asesinadas por monstruos y no por feminicidas. El sujeto cometió al menos 19 feminicidios, fue capturado en mayo de 2021 porque la pareja de una des las víctimas lo denunció.

“Llamar ‘monstruo’ a un hombre es mucho más fácil que aceptar, reconocer y nombrar la violencia feminicida que se vive en México. Es mucho más fácil nombrar a un individuo como enfermo que reconocer que la sociedad y la cultura en la que ha crecido es profundamente misoginia, patriarcal y feminicida”, explicó la antropóloga y feminista Elvia Ramirez Olvera, en entrevista para La Cadera de Eva.

Héctor Belascoarán, el detective que atrapó al feminicida

En este primer episodio, se observa que el denominado estrangulador solía asesinar a las mujeres que hacían labores de cuidado o tenían ciertos oficios, como el ser obreras. El agresor solía coleccionar ciertos objetos y decía que buscaba visibilizar la historias de las mujeres que eran invisibles para el sistema.

El hecho de que cada semana -según en la serie- una mujer se asesinada fue un hecho que preocupó a Belascoarán, un detective, que se formó a partir de manuales y lecturas, logró encontrar al feminicida.

En cada uno de los asesinatos a los que va Belascoarán a investigar, se encuentra con el comandante Federico Paniagua quien se supone que debe hacer las investigaciones, las cuales no hace, ve al detective privado como una amenaza para su trabajo, algo que refleja el sistema impunidad que persiste en México.

En la serie, también se cuestiona la ciudad, la falta de espacios seguros para las mujeres: “Todos los crímenes habían sido cometidos a las orillas de la ciudad, en terrenos baldíos, cerca de canales de desagüe, picadores y rellenos sanitarios”, dice Belascoarán.

Algunos de los casos que podemos recordar es el de Mariana Lima Buendía (quien fue asesinada en marzo de 2015) o el de Lesby Berín Osorio (quien fue asesinada el 3 de mayo de 2017) , de quienes se acusó que se habían suicidado como primera línea de investigación en lugar de ejercer una perspectiva de género para investigar los casos.

La miniserie si bien es un homenaje a la Ciudad de México, como dijo su productor Rodrigo Santos, en una entrevista para El País, y el personaje creado por Paco Ignacio Taibo II, Héctor Belascoarán ayuda con esta narrativa, también evidencia la violencia de género que viven las mujeres en la ciudad, la cual está dentro del listado de las cinco ciudades más peligrosas para las mujeres.