La pedida de mano se ha convertido en una tradición normada; el hombre se hinca frente a su futura esposa con la vista hacia el mar. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando los papeles se invierten?, esto le pasó a Sukhim Garcha quien, decidida, le pidió matrimonio a su pareja y dicha acción se viralizaría.

Através de TikTok, la joven compartió este especial momento donde, hincada frente al mar, le pide matrimonio a su novio Shiraz Brar y aunque su intención era mostrar este emotivo momento, los usuarios señalaron que Sukhim no tenía respeto por ella misma. 

En una entrevista para Caters News Agency, ella comenta que siempre estuvo abierta para pedir matrimonio y jamás pensó que los comentarios fuesen tan negativos.

“Preferiría morir”, señalaron algunos hombres, “él se ve tan incómodo”, “él no se ve nada feliz con lo que ella hizo”, “¿qué no tiene dignidad?”, fueron algunas de las reacciones que se desataron tras el vídeo.

“Es increíble que algunas mujeres parecieran molestas con mi acción y hayan dicho que se avergonzaban. No veo porqué no hacerlo, el hecho de que no mucha gente lo haya hecho significa que está mal. Somos la nueva generación y definitivamente, podemos construir una sociedad donde los roles de género no existan”, explicó la joven. 

Los roles de género: una tradición de siglos 

Los comentarios que señalaban que preferirían morir o que les avergonzaba que la mujer les pidiera matrimonio, apuntan a que existe un miedo a sentirse débiles o poco viriles; ¿pedir la mano es una tradición exclusivamente masculina?

“Hasta en las relaciones más modernas se exige que sea él quien dé el primer paso. La educación, las normas sociales, el rol de cada sexo y los ideales del romanticismo, indican que es él quien tiene que pedir matrimonio a la mujer como demostración de amor y virilidad”, explica la sexóloga  Ana García.

Por otra parte, la terapeuta Eshter Benegas sostiene que todo se trata de nuestro subconsciente, “así es como debe de ser”, las películas, series, publicidad, literatura y programas que conocemos desde que somos niñas indica qué rol es el que la mujer debe ocupar. 

El romanticismo juega una parte fundamental en esto, pues desde la infancia aprendemos qué es lo ideal; un hombre detallista, salvador y protector. Esta figura siempre está presente en todos los medios y en nuestra idea de lo que creemos, es aspiracional. “Cuesta mucho dejar de lado esta parte, todo lo que hemos aprendido. Por esta misma razón cuesta tanto cambiar la sociedad y destruir la idea del romanticismo”, indicó Ana García. 

A.D