Contar con estadísticas con perspectiva de género que permitan analizar a los negocios dirigidos por mujeres es clave para que organismos empresariales y gobiernos implementen acciones efectivas para mantener una competitividad justa en el mercado laboral para las mujeres; debido a la ausencia de estadísticas claras, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en alianza con el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME), levantó una encuesta para conocer mejor las características de su actividad económica, el tiempo que dedican a ella, y las barreras que enfrentan para abrir y hacer crecer sus negocios.

El estudio lanzó que existen tres pilares principales que evitan que las mujeres puedan desarrollar sus negocios de manera más competitiva. Los costos de formalidad, el trabajo no remunerado y la falta de financiamiento por parte del Estado son los principales problemas que atraviesan a las mujeres emprendedoras.

Costos de la formalidad

Aunque los negocios en la formalidad se asocian con mayores ventas también van de la mano con mayores costos de entrada u operación. Estos costos desalientan a las mujeres para formalizar sus negocios o dar de alta a sus colaboradores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirma el estudio.

  • Aunque la mayoría de las mujeres cercanas al CCME operan en la formalidad, no se constituyen como empresas. 93% de las empresarias y 50% de las trabajadoras por cuenta propia que respondieron están registradas ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT). La mayoría de ellas está bajo el régimen de persona física con actividad empresarial.

  • Mayores ingresos para los negocios formales. 33% de los negocios formales tienen ventas mayores a 50 mil pesos mensuales; en el caso de los negocios informales la proporción cae a 4%.

  • La formalidad de un negocio no garantiza que sus colaboradores también lo sean. 69% de los negocios que están registrados ante el SAT no tienen a la totalidad de sus colaboradores dados de alta ante el IMSS.

Trabajo no remunerado

Las mujeres que dedican menos tiempo al trabajo no remunerado tienden a generar mayores ingresos. Mientras 56% de las mujeres que no realizan actividades del hogar y de cuidados reportan ventas de más de 200 mil pesos al mes, la cifra cae a 28% para aquellas que sí las ejecutan.

Estos trabajos no remunerados son principalmente las tareas de cuidado que van desde la crianza hasta el mantenimiento de una casa ya que estas tareas no cuentan con un pago debido a los estereotipos de género donde se piensa que las mujeres son quienes deben dedicarse al hogar.

Falta de financiamiento

Este es el principal reto que perciben las mujeres para abrir, operar y crecer sus negocios. Solo el 5% de las mujeres encuestadas reportaron haber recibido apoyo para obtener financiamiento, la mayoría de ellas (58%) a través de un programa gubernamental.

Apoyar a las mujeres y sus negocios es una vía para que alcancen autonomía económica e incrementen los ingresos de sus hogares. Contar con estadísticas que permitan analizar a los negocios con perspectiva de género son clave para profundizar en las necesidades de las empresarias y diseñar e implementar acciones que las atiendan. Para ello, el IMCO Propone:

  • Generar más y mejores datos sobre los negocios de las mujeres. En las encuestas relacionadas con el emprendimiento, el INEGI podría incluir preguntas sobre el sexo de las personas dueñas de los negocios, el tiempo dedicado al trabajo no remunerado y los desafíos para operar y crecer un negocio, con el fin de permitir los análisis con perspectiva de género.

  • Acompañar a las mujeres que quieren formalizar sus negocios, por ejemplo, a través de capacitaciones, mentorías y estímulos de parte de organismos empresariales y/o gobiernos.  

  • Diseñar programas para las mujeres que no tienen un ingreso propio, pero quisieran abrir un negocio para obtenerlo. Para ello es posible promover la cooperación entre los programas del sector público y privado para guiar a las mujeres en el proceso de abrir un negocio para mujeres. De la mano, analizar los retos específicos de este grupo de mujeres, por ejemplo, si tienen cuenta bancaria, historial crediticio o están dadas de alta ante el SAT para una mejor asesoría.

Con información de IMCO.

APVB