En México para las científicas del  contra Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) fue un reto profesional luchar contra la covid pero un infierno lidiar con el abuso sexual dentro de la institución, se acuerdo con una investigación publicada por Beatriz Guillén para el diario El País.

En el artículo se entrevistan a tres investigadoras G. G., D. A. y V. A. que fueron contratadas para combatir la pandemia en agosto del 2020. Quienes tuvieron que enfrentar una carga laboral de 16 horas, más tocamientos y comentarios incómodos de Alejandro N, esposo de la jefa técnica del laboratorio de ese momento, Natividad.

Las denuncias de las tres investigadoras quienes rondan entre los 30 a 40 años de edad, entraron al instituto a trabaja junto con una treintena de compañeros más, a quienes dividieron en distintas áreas: inactivación del virus, extracción de RNA o diagnóstico.

Trabajar con el virus más que ser una amenaza se convirtió en un desafío para ellas, sólo tenían 40 minutos para comer, debían procesar mil 200 pruebas entre 12 compañeros, pese al agotamiento ellas estaban emocionadas de trabajar ahí, cuentan para el diario español. Hasta que la ola de abusos por parte de Alejandro “N”, se hicieron insoportables.

El hombre solía pegárseles demasiado, tocarlas y constantemente hacer comentarios como “¿te gustaría que te toquen?”, “te pediría que te desvistieras”, “tienes esposo o amante”.

Ante la emergencia sanitaria, la escasez de pruebas y al ser México el tercer país con el mayor número de contagios, las afectadas decidían aguardar. V.A. se decía a sí misma que debía aguantar por el país, cuando salió del lugar, sentía que “ya no valía nada”, se dio cuenta que no era la única que estaba enfrentando esa situación.

El momento de la denuncia

La situación explotó cuando otra de las investigadoras, ya contratadas, decidió exponer la situación, D.A. quien entró al instituto por un contrato por la Organización Panamericana de la Salud. Ella estaba cambiándose los zapatos en su locker, pasó detrás de ella, la tomó por la cintura y restregó todo su cuerpo. Este acto tan incómodo la hizo actuar, lo denunció con la directora de Diagnóstico y Referencia del InDRE, la doctora Irma López, quien le prometió que Alejandro ya no estaría, pero era esposo de la mano derecha de la directora.

El 30 de septiembre cuatro de las agraviadas decidieron denunciar su caso frente a varias responsables y la psicóloga del InDRE, les prometieron solución. “Irma López y Gisela Barrera se echaron a llorar diciendo que Natividad era como su hija, que cómo iban a decírselo”, recuerda G.G.

Alejandro fue sacado del InDRE por la Guardia Nacional, que vigila el centro. No fue el único que ya no regresó, también las afectadas, a quienes ya no les renovaron los contratos. Una de ellas, G.G. está e tratamiento psicológico y psiquiátrico afrontado la depresión en intento de suicidio tras esta situación, la cual aún no ha sido resulta por la Fiscalía.