Cada año y de acuerdo con las tendencias, los disfraces para las fiestas de Halloween son muy variados y se adaptan a las series y películas más populares, parece ser que la única constante es ver a “enfermeras sexys” o “policías sexys” e incluso hasta “colegialas sexys”, lo que hace aún más urgente hablar sobre cómo afecta a las mujeres trabajadoras la sexualización de sus profesiones.

Al buscar cualquier disfraz u profesión, si se agrega la palabra “mujer” se podrá ver que la mayoría de las imágenes poseen un contenido altamente erótico y sexualizado.

Esta situación se verá reflejada por medio de vestidos cortos y camisetas que usan las niñas y mujeres en las fotografías, algunos con escotes muy pronunciados y tacones demasiados incómodos para llevar en una fiesta de disfraces, lo que mantiene y difunde  estereotipos sexistas que a los hombres tanto les gusta.

De primer momento, parecería que utilizar un disfraz ‘sexy’ no tiene nada de malo, pero si se toma en cuenta el mundo machista en el que las mujeres son acosadas al salir a la calle, todo comienza a tener un sentido diferente.

Los disfraces de profesiones femeninas que son sexualizados no solo reproducen la idea de que las mujeres son un objeto de consumo y deseo, sin importar el tipo de profesión que ejerzan, sino que la popularidad de este tipo de disfraces es reflejo de una cultura machista que dicta que las mujeres deben estar dispuestas a entrar dentro de los estándares de deseo sexual de los varones, afirma la investigadora feminista, socióloga y maestra en estudios de la mujer, Margarita Mantilla.

La cultura machista es la que dicta que las mujeres son inferiores a los varones y por lo tanto éstas tienen que estar dispuestas a sus deseos y gustos. Esos disfraces reflejan los deseos y gustos de los hombres, nunca considerando los de nosotras, afirmó la socióloga Margarita Mantilla.

Por otra parte, es importante resaltar que esta sexualización no sólo afecta a ciertas profesiones en las que cientos de mujeres se desempeñan, sino que también atraviesa a las niñas y adolescentes ya que es común ver disfraces de “colegialas sexys”, lo que aumenta la sexualización de estudiantes y menores de edad, además de alimentar esa visión sexista sobre las estudiantes que se tiene tan normalizada.

¿Qué es la sexualización?

Desde el feminismo, la sexualización es una herramienta más que viene evolucionando del contrato sexual porque el patriarcado se funda a través de él y es básicamente un contrato entre varones en donde las mujeres no son contratistas, son el objeto, afirmó la psicoterapeuta Daphne Lomelí Sotelo para distintos medios.

De acuerdo con la experta, lo anterior recae en la deshumanización de las mujeres por lo que, en temporadas como el Halloween, las mujeres se convierten en objetos con disfraces sexualizados que sólo existen para el consumo masculino, ya que sin importar las bajas temperaturas o la incomodidad que puedan producir los trajes tan ajustados, siguen siendo una opción “perfecta” para lucir en una fiesta.

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Por su parte, la activista feminista y creadora de contenido, Annieli Rangel, agregó que es importante no confundir la sexualización con la sexualidad, un debate aún muy presente dentro del propio movimiento feminista.

La sexualización es cuando le ponemos una connotación sexual a algo que no tiene esa connotación sexual. Es lo que pasa por ejemplo con los senos, no tienen una connotación sexual, pero nosotros los sexualizamos, les ponemos esa connotación y los ligamos con el sexo, con la actividad sexual, afirmó Annieli Rangel en entrevistas.

De disfraces terroríficos a trajes ‘sexys

De acuerdo a la autora estadounidense Lesley Bannatyne (experta en cultura, folclore y Halloween) en 1970 comenzaron a popularizarse los trajes más sexualizados a través de desfiles extravagantes de Halloween con temática gay. Lo anterior, en medio de una atmósfera de libertad y reivindicación.

Sin embargo, a nivel social el significado y connotación de los disfraces fue variando con el paso del tiempo, volviéndose cada vez más estereotipados. En esa línea hoy es posible ver que se sexualizan y exageran rasgos femeninos en los disfraces característicos de Halloween, afirma la periodista Javiera Moreno Morales para el portal Empoderadas.

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Si bien es cierto que la sexualización y violencias como el acoso y las agresiones sexuales ocurren, lamentablemente, en la vida cotidiana de las mujeres, el continuar replicando un discurso patriarcal y sexualizado en ambientes donde ni siquiera debería existir (como lo son el Halloween), pone en riesgo a las mujeres que día con día ejercen profesiones como la enfermería, ya que se crean estereotipos alrededor de ellas, estereotipos que deben cargar no sólo en Halloween.

Víctimas de la sexualización

Uno de los ejemplos más claros sobre las víctimas de la sexualización se dio en vísperas de Halloween del año 2021 donde el sindicato de enfermería (SATSE), en España, realizó un comunicado escrito para que empresas como Amazon, Ebay, Aliexpress, entre otras, dejen de comercializar disfraces de "enfermera sexy" o "enfermera sangrienta", ya que consideran que sexualiza su profesión y distorsionan la percepción de sus funciones.

En aquel comunicado alzaron la voz para denunciar el sexismo y la sexualización de las mujeres enfermeras con disfraces que, además, involucran a niñas ya que se venden escotes, faldas cortas y vestidos ajustados en tallas pequeñas.

Aunque reconocen que a causa de la pandemia de la Covid-19 se ha dado mayor visibilidad y conocimiento de la labor asistencial y de cuidados que realizan las enfermeras y con esto se han logrado importantes avances, consideran que aún queda camino por recorrer.

De hecho, nueve de cada diez profesionales de la enfermería consideran que aún existen estereotipos sexistas y retrógrados vinculados con su profesión y que afectan especialmente a las mujeres enfermeras. Un 94% considera que los medios y la ficción no representan sus verdaderas funciones y competencias, por lo que un 88,79% cree que estas falsas creencias suponen un obstáculo e, incluso, un retroceso, afirma el portal 20 Minutos.

Si bien, el feminismo no busca adoctrinar ni privar a las mujeres de su libertad de vestimenta, es importante cuestionar las razones por las que se han creado estas tendencias sexualizadas y entender que esto va más allá de un disfraz ya que hay muchas mujeres e incluso niñas, que son vistas como objetos sexuales sólo por usar sus uniformes de enfermera o las faldas para asistir a la escuela.