Los pensamientos intrusivos son ideas o imágenes involuntarias que aparecen espontáneamente en la mente, si bien es cierto que esto les sucede a todas las personas, pueden convertirse en un problema cuando este tipo de pensamientos espontáneos dejan de ser algo puntual para convertirse en obsesivos, dejando a su paso una herida emocional que puede convertirse en algo incapacitante o incluso desembocar en un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Pensamientos sobre causar daño a alguien, recordar una experiencia vergonzosa del pasado o imaginarte una potencial amenaza podría convertirse en un pensamiento recurrente y esto es más probables que suceda si te encuentras bajo mucho estrés, deprimida, ansiosa, enfadada; es decir, si tu estado emocional se encuentra alterado de alguna manera.

Los pensamientos intrusivos también pueden estar relacionados con problemas de salud física. Los pacientes con cáncer, por ejemplo, pueden sufrir pensamientos intrusivos sobre el regreso de su cáncer que pueden afectar su recuperación física. En las personas que desarrollan obsesiones o pensamientos intrusivos más angustiosos, los pensamientos comienzan a ocurrir más regularmente cuando se esfuerzan demasiado por deshacerse de ellos, en lugar de simplemente aceptarlos e ignorarlos.

¿Cómo lidiar con los pensamientos intrusivos?

El portal Nueva Mujer afirma que lo primero es identificar el pensamiento que te está alterando y entender que tú no eres tus pensamientos y que el hecho de que aparezcan en tu cabeza no significa que sean ciertos. No te obsesiones con hacerlo desaparecer, simplemente déjalo estar y, cuando menos lo esperes, habrá desaparecido.

Técnicas como la meditación, el yoga o el mindfulness pueden ayudarte a centrar tus pensamientos y, sobre todo, estar más calmada a la hora de enfrentarte a ellos. Realizar ejercicio físico también podría ayudarte, ya que es mucho más fácil controlar tus pensamientos cuando has eliminado el exceso de energía.

A pesar de que deberías poder hablar de ellos con normalidad para no convertirlo en algo vergonzoso que desees ocultar, no te recrees en ellos. Hablar constantemente del motivo de tu obsesión hace que adquiera una importancia inusitada que no debería tener, puesto que no es algo que forme parte de ti. Algunos estudios consideran que dedicar un tiempo determinado a pensar en este tipo de pensamientos, siempre a la misma hora del día, y escribir sobre ellos para leerlo a continuación (saciación), hará que estos pensamientos pierdan fuerza.

En algunos casos, las personas pasan a realizar acciones físicas para tratar de lidiar con los pensamientos, como tocar, contar o verificar repetidamente que han realizado una tarea en particular.