La muerte perinatal, gestacional o de edad temprana no es comprendida aún por la sociedad. “Hay falta de empatía”, dice Cinthya, quien perdió a su bebé. “Los amigos nos dejan de hablar y nos ven con morbo porque aún seguimos recordando a nuestros bebés, creen que porque no nació, no existió y por tanto no debe dolernos. Somos incómodos para la sociedad”, comenta la joven.

El vínculo con el bebé nace desde antes -esto aplica para las personas gestantes que desean tener un bebé no para quienes desean interrumpir su embarazo, dice en la conferencia Guadalupe de Majul “Generalidades del Duelo Perinatal”, en el evento de Conmemoración del Día de la Concientización de las Muertes Gestacionales, Perinatales y la Infancia Temprana, convocado por Los colectivos MISS Eca-Red de Apoyo ante la Muerte Gestacional, Perinatal y la Niñez Temprana, La Casa del Corazón, Mi Apoyo y Raíces Acompañamiento Integral.

La muerte gestacional o de edad temprana nada tiene que ver con la interrupción legal del embarazo, aclara Guadalupe de Majul. “Son situaciones diferentes”, explica.

Parejas, mujeres, abuelos, menores se reúnen en grupo en el Parque Alfonso Esparza Oteo, en la colonia Nápoles, para recordar a sus bebés, ya sea con fotos, recuerdos y velas, como una especie de homenaje a su existencia.

La falta de empatía con los otros, lo hace buscar un refugio en el grupo .“Es porque así la naturaleza”, “Dios así lo quiso”, “eres muy joven y podrás tener otro”, son las frases que les llegan a decir a los padres y madres que pierden a un bebé. “Estas frases no ayudan”, explica la especialista.

La falta de empatía orilla a las madres y padres a alejarse, se preguntan así mismas: “Cómo regresó a mi trabajo si sabían que estaba embarazada, me van a preguntar cómo está mi bebé, socialmente está perdida aísla a los padres”. 

Estas muertes no sólo duelen a las madres, también a los padres, abuelos, familiares. “Yo soy una abuela que vivió la muerte de su nieto”, dice Guadalupe de Majul.

Cuando muere un bebé, pareciera que hay un “lagrimometro para medir el dolor”, explica la especialista. No tiene que ver cuánto midió y cuánto pesó, como tiene que ver este camino. La sociedad está muy lejana a entender qué sucede en el corazón de los papás y los abuelos, agrega.

La especialista en duelo perinatal señala que hace falta un acompañamiento para los padres, madres y familiares, sobre todo en el campo institucional, donde es a elección a quién sí les dan acompañamiento y a quien no. Lo que evidencia la ausencia de un protocolo.

“En los hospitales luego sólo preguntan quiere ver a su bebé, sin insistir en la importancia de decir hola y adiós a ese cuerpecito”, señala Guadalupe. 

El duelo de los padres es en solitario, ya que ellos deben hacerse cargo del proceso, explica Guadalupe, las madres siguen hospitalizadas, la institución no facilita el flujo de la información. Sin dejar que se queden con una foto o un mechón del menor, “para evidenciar que no fue parte de la imaginación de papá y mamá, sino que sí existió”, dice.

“¿Qué es lo que necesita una mamá y un papá después de la muerte de su bebé?”

“Martina es mi bebé estrella. Las muertes perinatales son inesperadas, nunca pensé que iba a buscar a mi hija en el cielo. Martina murió a las 19 semanas de gestación, decimos que está en las estrellas y por lo general hay una estrella muy brillante y ahí está Martina”, dice la psicóloga Laura Ruiz.

A través de Instagram, Laura Ruiz preguntó a las padres y madres que necesitaban después de la pérdida de su bebé. Las respuestas fueron: “Empatía, apoyo, compañía, validación de las emociones, libertad para contar la historia”.

Lo que necesitan los padres y madres es contar su historia las veces que se puedan, explica la psicóloga. “Los padres y madres necesitamos darles un lugar en el sistema familiar, decir es mi hijo, el primero o segundo”.

Los grupos de apoyo han servido a las familias para nombrar sus tristezas, acompañarse en el duelo y visibilizar la violencia obstétrica.