Las mujeres dedican parte de tu tiempo en actividades no remuneradas y han encontrado en el emprendedurismo, algunas ventajas y flexibilidad para obtener ingresos extras.  Sin embargo, la pandemia ha endurecido el techo de cristal y además, la crisis económica vulnera la brecha de género.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad en octubre de 2021 las mujeres emprendedoras representaban 27% del total de la población ocupada. En comparación con los hombres, las emprendedoras en la formalidad perciben en promedio menores ingresos y esta diferencia es mayor en la informalidad.

Es importante comentar que hay una carencia de información sobre el tema, por lo que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME) realizaron un sondeo a 646 mujeres en 28 estados para identificar las características de las emprendedoras cercanas al CCME, así como los desafíos para iniciar y hacer crecer sus negocios.

El IMCO analizó las características de las mujeres que tienen un negocio propio, quienes representan 56% de la muestra: 

-52% de aquellas que no realizan tareas de cuidado tienen ventas mensuales por más de 50 mil pesos, contra un 33% para quienes sí lo hacen. 

-Las empresas de la muestra que tienen a todos sus empleados registrados ante el IMSS reportan un mayor nivel de ventas. 

-82% de la muestra son negocios con menos de 50 empleados, en su mayoría tienen más de cinco años de operación y el sector donde más emprenden es el de servicios. 

No resulta raro ver publicaciones en Facebook de mujeres que han decidido emprender, pero tampoco lo ha sido percibir comentarios que denigran o se expresan de forma peyorativa a esta forma de emprender: las nenis, un fenómeno que, de acuerdo con El Financiero, visibiliza las desventajas de las mujeres en la economía.

Pero por otro lado, de acuerdo con el INEGI, en la pandemia cerca de un millón 629 mil personas perdieron su empleo como consecuencia de la pandemia. Del total de desempleados un millón 363 mil fueron mujeres. Es decir, el 84% de los empleos perdidos pertenecían a mujeres.  De ahí que todas estas mujeres vieran en el microemprendimiento la oportunidad de continuar generando ingresos, siendo proactivas y logrando salir adelante.

Otros resultados del estudio del IMCO indicaron que:

-85% de las mujeres de la muestra están registradas ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), una tasa de formalidad superior a la que muestra la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para emprendedoras hasta el primer trimestre de 2021 (18%).

-La mayoría de las mujeres analizadas (62%) paga sus impuestos como persona física.

-La principal motivación de las emprendedoras para abrir un negocio es la independencia económica.

-Los obstáculos más frecuentes para hacer crecer su negocio son la falta de financiamiento y las ventas insuficientes. 

El acompañamiento del gobierno y las organizaciones empresariales contribuye a que más mujeres consoliden empresas más grandes y productivas. Sin embargo, 77% de las mujeres encuestadas no ven en el gobierno una potencial fuente de apoyo.

Ante los resultados, los organismos proponen: 

-Las organizaciones empresariales pueden aprovechar la cercanía con sus agremiadas para medir e identificar los desafíos que enfrentan las emprendedoras a nivel estatal y nacional.

-Impulsar que las iniciativas de las organizaciones empresariales se ejecuten con perspectiva de género a fin de atender las necesidades específicas de las mujeres.

-Fortalecer la red de apoyo entre emprendedoras para generar espacios de mentoría y aprendizaje.

Hay que  apuntar a la necesidad de efectuar una adecuada comunicación gubernamental. Si bien es cierto que tenemos al Presidente todos los días en las conferencias de prensa matutinas y más allá de un informe de violencia de género que ofrece, debería implementar canales o vías de comunicación en el que las mujeres tengan espacio con información de los programas de gobierno en los que pueden participar para obtener apoyos para emprender sus negocios.

De igual manera, se requiere seguir visibilizando al género como una demanda que debe estar presente en la agenda pública y que las autoridades gubernamentales logren detectarla para diseñar mecanismos y políticas públicas con impacto.

La ciudadanía debe tener alcance la información necesaria para poder emprender un negocio y para acercarlo a la formalidad y a su vez, el gobierno debe ofrecer alternativas y opciones atractivas para esas “pequeñas” inversiones que sostienen, en gran medida, a la economía nacional.

En el caso de las mujeres, el reto continúa. Primero para encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal considerando el trabajo no remunerado y segundo, la brecha salarial y los diferentes obstáculos que permean el éxito tanto económico como profesional y personal frente a la desigualdad de género.

*Dalia Morquecho Teniza es licenciada en Política y Gestión Social en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Estudiante de la licenciatura en derecho en la UNAM. Estudiante del Posgrado en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México  

Twitter: @DaliaMMT