Al vivir en sociedad, estamos sujetos a que las construcciones derivadas de esta repercutan en cómo actuamos y en cómo somos con los demás. Durante mucho tiempo estas ideas preconcebidas se han transformado en prejuicios, en estereotipos que atribuyen a nuestro sexo a ciertas conductas y a su vez, en roles de género.

Los roles de género son aquellos que determinan el comportamiento debido a su sexo. ¿Por qué asumimos que las mujeres deben tener la responsabilidad del mantenimiento del hogar y del cuidado de la familia? ¿Por qué desde pequeñas se nos inculca el valor de la maternidad mediante juguetes, muñecas, o juegos? Aún no está normalizado que una mujer no quiera tener hijos. Todavía las mujeres padecemos de cierta presión social por ser madres.

Cuando una mujer atraviesa los finales de los veinte y durante los treinta años, es cuando el tema empieza a ser más recurrente y común: en las reuniones familiares, con la pareja, con las amistades, porque es un hecho que, en algún momento de la vida, una mujer siempre tiene que preguntárselo.

Lee: Los mitos y realidades de embarazarse según el reloj biológico

Unas lo viven con normalidad y los comentarios no les afectan porque tienen claro cómo y cuando les gustaría ser madres, pero también existen otras mujeres que dudan sobre si “ya es momento” porque “todos los están haciendo”.

¿Has escuchado estas frases?: “Algún día te llegará el instinto maternal”, “ya estás en edad para ser madre”, “eso dices, ya te veré”, “¿quién te cuidará cuando envejezcas? Son algunas de las frases más repetitivas, como si la maternidad fuera algo esencial en nuestra vida, y tal presión hace que nos podamos limitar al momento de elegir. Incluso la idea de no desear ser madre va de la mano con la idea de que aún no hemos madurado lo suficiente o que estamos incompletas. Nos encontramos sometidas a ese análisis y las opiniones sociales que esa decisión conlleva. Hay mujeres que no pueden ser madres, no por decisión propia, si no por circunstancias de salud y esta presión se puede sufrir más, porque se convierte en deber, y el no poder repercute en sus ideas de sí mismas.

La romantización de ser madre

La maternidad es una decisión en la que se debe realizar un ejercicio de reflexión personal muy íntimo donde se valoren pros y contras y, sobre todo, el deseo y la voluntad de las consecuencias que puede traer, algunas mujeres lo planean y otras no, y lo cierto es que tampoco debería ser un factor determinante sobre cómo somos vistas ante la sociedad.

Para ampliar un poco el panorama sobre las distintas decisiones que una mujer puede tomar en relación con su proyecto de vida y la maternidad, en 2018 se estrenó el documental [m]otherhood donde las directoras Inés Peris Mestre y Laura García Andreu dan voz a decenas de mujeres para romper el tabú y, durante 58 minutos se plantea una discusión sobre la romantización e idealización de la maternidad y la deconstrucción de lo que nos han hecho creer que es y cómo es ser madre.

Lee: “Ser mamá no te anula como mujer”

[M]otherhood (Spanish) from Rise and Shine World Sales on Vimeo.

A lo largo de la historia, las mujeres hemos tomado (muchas veces a la fuerza) otros papeles y otros roles que tradicionalmente no eran nuestros, priorizamos la profesión o el trabajo, buscamos tener un equilibrio entre las necesidades y el deseo de cumplir con las metas.

Está bien querer ser madre, pero también lo está no quererlo. No debería existir un estigma social sobre las mujeres que, por alguna circunstancia no se convierten en madres, o que, en este momento buscan atender otras áreas de su vida.  Ser madre no es completarse como mujer, el reloj biológico o instinto es una construcción cultural, no permitamos que la sociedad decida por nuestros cuerpos.

Lee: 5 hábitos de madres felices

Necesitamos desmontar esos estereotipos de género para vivir más libres. Lo más importante es que como mujeres estemos comprometidas con la decisión de ser o no madres por la responsabilidad de traer una nueva generación al mundo en un ambiente de amor.

*Dalia Morquecho Teniza es licenciada en Política y Gestión Social en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Estudiante de la licenciatura en derecho en la UNAM. Estudiante del Posgrado en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México  

Twitter: @DaliaMMT