El 70 por ciento de las mujeres mexicanas han padecido algún tipo de violencia de género, de acuerdo con el INEGI. Por eso miles salieron a las calles a marchar para exigir un alto a la violencia este 25 de noviembre, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En su Artículo 6, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia establece cinco modalidades de violencia contra las mujeres: física, psicológica, patrimonial, económica y sexual. Las huellas de la primera son difíciles de ocultar, aunque a veces se recurra al maquillaje; pero las demás se esconden hasta ser normalizadas como parte del mito del amor romántico o del control patriarcal sobre el cuerpo social de la mujer.

“Se pueden ocultar ante otros e incluso ante nosotras mismas, cuando no nos detenemos un momento para escucharnos. Y aquí es donde la conciencia corporal adquiere un valor increíble: es un camino para sentirnos y a partir de lo que encontremos —de encontrarnos— fijar límites claros ante los demás y sanar nuestras relaciones.”, dice María Elena Esparza Guevara, Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero y comunicóloga feminista.

Con base en los talleres que ha desarrollado y guiado para empoderar a mujeres de todas las edades y condición social, comparte algunas formas en la que dos tipos de violencia de género poco perceptibles a simple vista dejan su huella en el cuerpo.

Es importante considerar que las somatizaciones son ilustrativas y pueden variar en cada mujer, pues todos los cuerpos son distintos, de acuerdo a su contexto social, cultural y hasta político.

1, Violencia económica. La ausencia de un sistema de cuidados que respalde a las mujeres facilita que se vuelvan responsables de labores no remuneradas relacionadas con el hogar y con la asistencia a hijas, hijos o adultos mayores de la familia — algo que se agravó desde el confinamiento por la Covid-19. Si no puedes trabajar fuera de casa, si lo haces pero tienes que entregar tu sueldo a tu pareja o si dentro del hogar trabajas sin descanso ni remuneración, podrías somatizarlo en migrañas, falta de sueño e incluso problemas para respirar.

2, Violencia psicológica. Si te da miedo decir “no” por caer mal, ser juzgada de enojona o simplemente porque tu pareja ni te lo acepta, podrías sentir bloqueos y dolor en la garganta y el pecho. El no es un derecho… ¡y no es no!

“Mi invitación es a que conmemoremos hoy, y siempre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres honrando nuestro derecho a la conciencia corporal como una herramienta preventiva de la violencia de género”, precisa la también profesora de yoga.

Si alguien necesita ayuda, está disponible el servicio psicológico gratuito y disponible 24/7 en la Línea Mujer y Familia y el Chat de Confianza, ambos en el 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, que da servicio anónimo en todo el país.

También está siempre abierto su buzón en twitter @MaElenaEsparza.