La muerte de Ruth Bader Ginsburg el 18 de septiembre de este año dejó un hueco en la Suprema Corte de los Estados Unidos. La jueza, cuyo trabajo es reconocido principalmente por su lucha por la equidad de género, será sustituida en los próximos meses. Se desconoce si esto sucederá antes o después de las elecciones presidenciales que ocurrirán en noviembre de este año.

El presidente Donald Trump nominó la semana pasada a la jueza Amy Coney Barrett para tomar el puesto disponible en la Suprema  Corte. Si bien Barrett sería solamente la quinta mujer en la historia en formar parte de la Corte, su posible acenso es causa de preocupación para las mujeres en Estados Unidos.

Desde su campaña para las elecciones del 2016, Donald Trump prometió nominar a jueces “pro-vida” a la Suprema Corte, lo cual cumplió con la nominación de Brett Kavanaugh en el 2018.  Al igual que Kavanaugh, Amy Coney Barrett se considera conservadora y religiosa, lo cual alza preocupación acerca del futuro del derecho de las mujeres a elegir en Estados Unidos.

Además, Barrett está en contra del Affordable Care Act, también conocido como Obamacare, que tiene las metas de aumentar el número de americanos cubiertos por el seguro, agilizar la prestación de servicios y reducir los costos generales de la atención médica.

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En peligro el acceso al aborto

La abogada y bioeticista Katie Watson opina que la elección de Amy Coney Barrett pone en peligro el derecho al aborto en Estados Unidos. "Esperaría que ella anulara a Roe, y parece que tiene otros cuatro jueces en funciones que están dispuestos a unirse a ella,” dijo en una entrevista con National Public Radio. “Creo que la mejor prueba de su posición en el caso Roe contra Wade es que el Presidente Trump ha dicho que sólo nombrará a jueces que estén comprometidos con la revocación de Roe, y no hay razón para no creerle.”

Roe contra Wade (1973) fue una decisión histórica de la Suprema Corte en la que se estableció que la Constitución de los Estados Unidos protege la libertad de una mujer embarazada de elegir tener un aborto sin tener restricción gubernamental excesiva. Organizaciones como Planned Parenthood y National Women’s Law Center, entre otras, consideran que este derecho está más en peligro que nunca antes.

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Se considera que la mayoría de las personas en Estados Unidos están a favor Roe contra Wade, incluso los que apoyan algunas limitaciones en cuanto al aborto, explica National Public Radio. Si Barrett es confirmada en la Corte y se revoca el prescedente, la cuestión recaería en cada estado. Esto provocaría largas peleas en las legislaturas y podría dar lugar a un sistemas más desigual en el cual el derecho a abortar sea limitado dependiendo del estado en el que se viva.

En peligro la labor de Ruth Bader Ginsburg

La Presidenta de Planned Parenthood, Alexis McGill Johnson, manifestó que el acenso de Barrett a la Suprema Corte sería un insulto al trabajo que hizo Ruth Bader Ginsburg a lo largo de su carrera. "La historia de hostilidad de Barrett hacia la salud y los derechos reproductivos, la expansión del acceso a la atención médica y otras más demuestran que pondrá en riesgo el largo historial de la Jueza Ginsburg de asegurar que todos reciban la misma justicia bajo la ley”.

A su vez, Fatima Goss Graves, presidenta de National Women’s Law Center, explica que  "cuando se combina su historial con el contexto en el que se presenta esta cuestión, se dibuja este extraordinario cuadro de que, aunque estamos en una situación en la que la gran mayoría de la gente de este país apoya el acceso al aborto, vamos a tener que hacer algo para que el Tribunal Supremo nos deje sin ese derecho”.

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