El Estado mexicano está constituido como laico, esto implica que existe una independencia hacia cualquier religión e iglesia, un respeto a la libertad de creencias, incluso un respeto a la libertad de no creer. Este instrumento moderno, como es el Estado Laico, ha tenido beneficios en la organización de la vida pública, ya que posibilita la convivencia de diferentes creencias sin que prevalezca una sobre otra, ni que imponga la creencia alguna al momento de tomar decisiones públicas. Este instrumento es fundamental en sociedades plurales, en donde impera la diversidad de posturas al respecto de temas cruciales para la vida pública.

México tiene una larga historia en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, por supuesto que el movimiento feminista mundial ha sido una pieza clave para esto, pues la injerencia que ha tenido para la firma de convenios internacionales que han velado porque las naciones firmantes apliquen en sus países políticas públicas que apoyen a que principalmente las mujeres puedan tener acceso a métodos anticonceptivos y el acceso a medios que posibiliten una salud reproductiva. Las acciones gubernamentales han sido emblemáticas en materia de “planificación familiar” de la década de los setentas del siglo pasado en México, pues tuvieron efectos concretos en la reducción de la tasa de natalidad, misma que se ha mantenido hasta hoy, debido a diversos factores.

Efectos de la defensa de los derechos sexuales

Estos efectos vistos como positivos desde una agenda de derechos humanos, se espera que en sociedades en vías de democratización vayan en progreso, que cada vez haya más información y acceso a educación sexual y reproductiva, que tenga resultados palpables en la población, generando oportunidades para las mujeres y también para los varones al momento de decidir sobre su sexualidad y reproducción.

En contraposición, hay un sector de la población que encuentra como pernicioso, el avance de estos derechos. En particular, en México se ha manifestado históricamente un sector en oposición a que la educación en materia de derechos sexuales y reproductivos sea transmitida en las escuelas públicas de educación básica, por considerarla “moralmente incorrecta”, aduciendo a que va en contra de las “ideas” que esta oposición tiene acerca de cómo deben de conducirse las personas al respecto de los ámbitos sexuales y reproductivos.

Una manifestación reciente en México, pero que se ha discutido en otros países como España, es el caso del llamado ‘pin parental’. Es una iniciativa que se ha llevado a los congresos de cinco estado de la república que pretende garantizar a los padres y madres de las familias la regulación de los contenidos de educación sexual a los menores de edad escolar.

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El pin parental a divulgar información sobre salud sexual en menores

El pin parental se opone a la información que viene en algunos libros textos de educación pública, contenidos sobre salud sexual y reproductiva, que no sólo se divulgan por los libros de texto gratuitos, sino al ser temas que la Secretaría de Educación Publica (SEP) coloca en los contenidos temáticos, se consideran adecuados para ser trabajados por los menores de edad y algunas escuelas privadas también replican dichos contenidos.

Los temas a los que particularmente se oponen estas sociedades de padres y madres de familia, son aquellos que tienen que ver con la sexualidad humana, en donde cabe la posibilidad de hablar sobre orientación sexual, uso de métodos de anticoncepción para prevención de embarazos no deseados e incluso temas relativos a la anatomía humana y sus funciones sexuales y reproductivas.

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¿De dónde viene esta oposición a que dichos temas sean transmitidos a niños y niñas en edad escolar? Por supuesto que esta oposición viene de sectores sociales identificados con líneas de pensamiento conservadores, en el sentido de tener afinidad con ideas religiosas de cómo los seres humanos se deben de conducir en su sexualidad y reproducción.

Se sabe que desde estas posturas morales de corte religioso, por ejemplo, es incorrecto el uso de métodos de anticoncepción ‘artificiales’, y el ejercicio de una vida sexual fuera de un marco matrimonial, que desde esta perspectiva se entiende como un vínculo entre un hombre y una mujer con fines reproductivos, para así formar “una familia”.

Resulta inconcebible para la agenda de los grupos feministas, y otros que defienden los derechos sexuales y reproductivos que se continúe manifestando una oposición a la educación de temas que tienen que ver con la defensa de derechos fundamentales. Es por esto que es necesario el fortalecimiento del Estado laico, ya que esto permitirá que los márgenes de valoración sobre qué contenidos educativos se consideran importantes y cuáles no, se haga desde una agenda de derechos humanos.

Twitter: @MelendezTania20

Socióloga, Maestra y Candidata a Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: Sociología de la Familia, Sociología de la Religión, Perspectiva de Género, Cambio social y cultura.