Hace un mes, el 4 de mayo de 2020, Giovanni López, un albañil de 30 años, salió a cenar con su familia y fue detenido en Ixtlahuacán de Membrillos en Jalisco por no portar cubrebocas en la vía pública. De acuerdo con el relato de su hermano Christian, cuando iban caminando por la calle con su tía, llegaron cerca de diez oficiales municipales quienes agredieron, forcejearon y golpearon a Giovanni. Para tener evidencia de lo sucedido Christian comenzó a grabarlos. Al día siguiente, les entregaron el cuerpo de su hermano, sin vida.

Desde esa fecha, en redes sociales, y en los medios de comunicación, ha circulado la versión de que el Presidente Municipal de Ixtlahuacán Eduardo Cervantes Aguilar, a través de un tercero le ofreció a la tía 200 mil pesos para que no difundieran el video, aunque también los amenazó con matarlos si lo hacían. Cabe destacar que el caso cobró fuerza hasta finales del mes, posterior al también asesinato de George Floyd en Minnesota, Estados Unidos. ¿Qué tienen en común ambos casos? Ni George, ni Giovanni murieron por causas naturales, fueron asesinados por un sistema de justicia policial deficiente. Aun así, las respuestas han tenido tiempos, ecos y resultados distintos.

¿Cuántas han sido la tía de Giovanni?

El día de la detención, los policías instruyeron a la tía de Giovanni para que el 5 de mayo a las 10 de la mañana fuera por él a la comisaría; al llegar, le informaron que estaba grave en el Hospital Civil de Guadalajara. En ese lugar tampoco pudo ver a su sobrino y posteriormente, tuvo que recuperar un cadáver. Cabe señalar que el personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses trató de impedir que abriera la bolsa en la que se encontraba, dado que estaba golpeado y tenía un balazo en la pierna.

El personal de la Fiscalía del Estado de Jalisco le dijo a la tía de Giovani que, si los policías municipales son culpables de haber ejercido un exceso de uso de la fuerza, serán castigados con todo el peso de la ley. Pero… sinceramente ¡No me cabe la expresión en la cabeza! ¿Por qué tendrían que ejercer la fuerza? Giovanni iba caminando por la calle, con su tía y con su hermano. No se supone que los oficiales son quienes deberían cuidar a la ciudadanía y mantener el estado de derecho.

El racismo y la violencia policial

El 25 de mayo de 2020, en Minnesota, Estados Unidos, el oficial Derek Chauvin, sometió a George Floyd por intentar hacer una compra con un supuesto billete falso de 20 dólares en una tienda de víveres, lo esposó apoyando su rodilla contra el cuello de Floyd en el piso durante 8 minutos y 46 segundos, hasta asfixiarlo.

A partir de esa fecha en diferentes partes del mundo incluido México se desataron protestas en contra del racismo y la violencia policial. Así fue como la prensa mexicana y personas usuarias de las redes sociales señalaron: México tiene su propio George Floyd, aunque el asesinato se hubiera llevado acabo el mes anterior. Los reflectores se encendieron bajo el lema: Giovanni no murió, lo mató la policía.  Tal vez el impacto mediático permitirá que este caso no quede impune. Pero… ¿Si la detenida hubiera sido una mujer?, ¿Si hubiera sido una indígena?, ¿Si no compartiera afinidad con Floyd? Esta historia no se estaría escribiendo, es más, nadie la estaría contando.

El doble discurso

Si bien es cierto que se requiere que organizaciones civiles, líderes y activistas, impulsen la agenda hacia el reconocimiento de los derechos de poblaciones vulnerables, he de confesar que me desconcerté al ver participando a algunas las personas en las redes sociales en el Black Lives Matter a quienes conozco y sé que utilizan como ofensa palabras que serían calificadas como racistas.

Pero… Qué complicado, si hasta los mismísimos The Rolling Stones se contradicen, mientras en su cuenta de Instagram señalan: Mick, Keith, Charlie and Ronnie stand whit all who objet to racismo, violence or bigotry en Brown Sugar cantan: Gold coast slave ship bound for cotton fields; Sold in the market down in New Orleans Scarred old slaver knows he''s doing alright; Hear him whip the women just around midnight. ¿O qué? Vamos a decir como con los chistes: sólo es una canción, no pasa nada, no hablaba de esclavos, ni de azotar a las mujeres. Sólo era parte del espectáculo, no seas exagerada. ¿Vamos a seguir normalizando a conveniencia?

*Adriana Diego Hernández es economista (UAM-X), Maestra en Gobierno y Asuntos Públicos (FLACSO) Subdirectora de Innovación y Mejora (IECM)

@Adriana_Diego_H