A principios de la segunda década del siglo XXI se volvió popular inundar desde muy temprano las redes sociales con felicitaciones por el ‘día de la mujer’, calificándolas como: la divina creación del Señor, lo más bello de la tierra, símbolo de amor y ternura, las que perdonan todo, los seres dadores de vida, la esposa de, … Para quienes no lo saben, el 8 de marzo no es un día de CELEBRACIÓN, sino de CONMEMORACIÓN que no es lo mismo-. Fue en 1977 que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó de manera oficial el 8 marzo como el "Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional". Las versiones sobre el origen de la conmemoración, coinciden en que una de las causas fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist, pero esta tragedia no fue el único motivo, detrás de la fecha está una férrea lucha, la cual se describe a continuación.

La British Broadcasting Corporation (BBC), señala que en 1848, Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, conscientes de que vivían en un entorno de limitaciones, en el que no podían votar, ni manejar sus cuentas bancarias, ni su información, congregaron a cientos de personas en la Primera Convención Nacional por los Derechos de las Mujeres, en Estados Unidos, recalcando que todos los hombres y las mujeres eran creados iguales, por lo que debían contar con los mismos derechos civiles, sociales, políticos y religiosos.

Por otro lado, el 8 de marzo de 1857, un grupo de 15 mil mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York salieron a protestar por las desigualdades existentes entre el salario que recibían respecto al que ganaban los hombres por realizar las mismas tareas. Para dispersar la marcha la policía recurrió a la violencia, dejando un saldo de 120 mujeres muertas.

A nivel mundial, entre 1870 y 1900, se dio una aceleración del movimiento feminista, provocado por claros cambios sociales en los países más desarrollados, cuyos principales objetivos eran: el derecho de voto, la mejora de la educación, la capacitación profesional, la apertura de nuevos horizontes laborales, así como la equiparación de sexos en la familia como medio para evitar que se les viera como subordinadas.

Buscando elevar la posición de la mujer en la sociedad, el 28 de febrero de 1909, las Mujeres Socialistas de Estados Unidos de América organizaron la proclamación del Día Nacional de la Mujer. En noviembre de ese mismo año, comenzó la huelga de las camiseras (New York shirtwaist strike of 1909), también conocido como el Levantamiento de las 20’000 (Uprising of the 20’000), la cual fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres en ese país, quienes demandaron que cambiaran las terribles condiciones laborales en las que las jornadas eran de hasta 75 horas por semana; la seguridad y la salubridad eran nulas; los sueldos eran miserables (la mitad de lo que ganaban los hombres); además padecían de acoso y violencia laboral.

Posteriormente, en 1910, en el marco de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague con el objetivo de promover la igualdad de derechos, y reiterar la demanda de sufragio universal para ellas, la política alemana de origen judío e ideología comunista, Clara Zetkin, propuso que se proclamara el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, la moción fue respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de 100 mujeres procedentes de 17 países.

Uno de los sucesos que siempre se menciona cuando se relatan los antecedentes de la conmemoración, es el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist, del 25 de marzo de 1911 en la Ciudad de Nueva York, en el que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, murieron 146 empleadas, la mayoría jóvenes inmigrantes. La tragedia originó que el sindicato Women''s Trade Union League y el International Ladies'' Garment Workers Union organizaran una serie de protestas, entre las que destacó el desfile funerario silencioso, mismo que reunió a una multitud de unas 100’000 personas. Derivado de las manifestaciones, se dieron cambios legislativos en las normas de seguridad y salud laborales e industriales.

Por otro lado, en 1917 -el 23 de febrero del calendario juliano utilizado en Rusia o el 8 de marzo del gregoriano utilizado en otros países-, como reacción ante los 2 millones de soldados muertos en la guerra, las mujeres se declararon en huelga en demanda de "pan y paz"; cuatro días después el Zar abdicó y el gobierno provisional le concedió a este sector la población el derecho de voto.

Así mismo, en España, se reconoció el derecho al sufragio en la Constitución de 1931, después de un intenso debate parlamentario en el que destacó la intervención de Clara Campoamor, quien, además, creó la Unión Republicana Femenina, para luchar por la no discriminación por cuestión de sexo y la igualdad jurídica entre hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio.

En materia institucional, en 1946 se fundó la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer con el objetivo de promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, documentando la realidad, elaborando normas internacionales, identificando brechas y formulando recomendaciones para la implementación de políticas públicas.

Por otro lado, entre las décadas de los sesenta y ochenta, del sigo XX se sucitó el denominado Movimoento de Liberación de las Mujeres en Estados Unidos, con la que se buscaba el reconocimiento de la igualdad femenina en términos sexuales, familiares y laborales. Bajo ese contexto, en 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó de manera oficial el 8 marzo, como el "Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional", invitando a todos los países a conmemorarlo.

Como se puede observar, con el paso del tiempo, en múltiples organizaciones femeninas se ha buscado que se logren condiciones de igualdad para las mujeres, a pesar de ello, el camino que falta por recorrer es largo si se toma en cuenta la violencia física, sexual o psicológica que padecen en la actualidad, o si se estudian las diferencias en cuanto al salario que perciben por realizar las mismas labores que los hombres.

Para este año, la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, pidió que todo el mundo colabore para derribar las barreras contra la igualdad de género y que en las movilizaciones globales se exija justicia económica y derechos para todas las personas; autonomía sobre los propios cuerpos, derecho a la salud sexual y reproductiva; y acciones feministas por la justicia climática, que exista tecnología e innovación para la igualdad de género; y liderazgo feminista.

La brecha aún es muy amplia ya que como se menciona en el portal de Naciones Unidas: aún existen restricciones legales que impiden a 2700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Perciben un 23% menos que los hombres a nivel mundial. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual y 200 millones de niñas y/o mujeres han sufrido mutilación genital.

Me considero afortunada por no ser parte de la estadística que pone a las mujeres en el extremo negativo de la balanza, por este motivo me pareció pertinente compartir con ustedes esta breve información. Con el ánimo de que, desde nuestras trincheras, hagamos lo posible por crear espacios más justos y seguros; que dejemos de replicar patrones sin sentido y quienes aún lo hagan, dejen de felicitar en una fecha que se instauró por la muerte de mujeres trabajadoras. La petición es a título personal, ya que, si lo pienso crudamente, una de ellas pude haber sido yo.