Stephen Wood fue sentenciado por delitos sexuales en Reino Unido luego de realizar una conducta obscena contra una menor, así como por tres violaciones.
Antes de ser sentenciado, Sthepen se declaró transgénero y se identificó como Karen White.
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Antes Stephen, ahora Karen, se comenzó a vestir como a mujer y a maquillarse, pero sin someterse a la operación de cambio de sexo, ni a un tratamiento hormonal.
Así y tras 18 meses de condena, Karen White fue transferida a una cárcel de mujeres en West Yorkshire para que cumpla el resto de su pena.
A los pocos días de su traslado al penal femenino, White abusó sexualmente de al menos cuatro de las reclusas.
De estas acusaciones, Karen ya admitió dos ocurridas entre septiembre y octubre del año pasado.
En ellas, aceptó culpas por acoso sexual, toque indebido, exhibición de sus genitales y comentarios inapropiados sobre sexo oral.
Sin embargo, en un principio Karen había negado los señalamientos asegurando que no le atraían las mujeres y que sufría disfunción eréctil.
El caso de Karen ha abierto un debate sobre dónde encarcelar a los transgéneros que han sido acusados de delitos sexuales.
La principal pregunta en el debate es si la declaración personal de género es suficiente para que una persona transgénero sea recluida en una cárcel de mujeres.
De un lado se encuentran opositores a la dicha autodefinición, quienes argumentan que varios hombres podrían hacerse pasar por transgénero para ser trasladados a penales femeninos y estar al alcance de mujeres vulnerables.
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Por su parte, activistas defensores de los derechos de las personas tránsgenero señalan que los presos de esa comunidad ya se encuentran entre los reclusos más vulnerables y que “el sistema los ha defraudado”.
"Encerrar a violadores en cárceles de mujeres, entre reclusas vulnerables que incluyen víctimas de violación es como poner al zorro en el gallinero", dijo al respecto Janice Turner, columnista de The Times y The Guardian.
"Es un debate muy tóxico, pero pienso que el sistema penitenciario ha sido influenciado por conversaciones extremas y se ha visto forzado a tomar decisiones que le han hecho daño a mujeres y puesto al personal en una situación extremadamente difícil”, escribió por su parte Frances Crook, la gerente ejecutiva de la organización Howard League para la Reforma Penal, en The Guardian.
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Para Crook, la trasferencia de un transgénero de un penal de hombres a uno de mujeres debe ser cuando el recluso en cuestión haya completado el cambio de sexo.
Sin embargo, esta transición completa no asegura que un agresor sexual comenta el delito de nuevo cuando se encuentre dentro de una prisión femenil.
Por su parte, el Ministerio de Justicia británico se disculpó por no tomar en cuenta los antecedentes de Karen White.
"Aunque velamos por manejar con tacto y de acuerdo a la ley a todos los prisioneros, incluyendo los transgénero, tenemos claro que la seguridad de todos los presos debe ser nuestra absoluta prioridad", declaró al respecto el portavoz del Servicio Carcelario de Reino Unido.
De acuerdo con la BBC, en Reino Unido hay al menos 125 presos transgéneros, de los cuales casi la mitad, 60 reos, están recluidos por crímenes sexuales.
Mientras que 25 de estos presos transgéneros ya se encuentran en penales para mujeres. Otros 34 reos están en cárceles especiales para crímenes sexuales.
Con información de la BBC
rgg