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En Juchitán, el terremoto no apagó el Xandú

Pese al daño ocasionado por el sismo los habitantes de Juchitán no dejaron que la tradición se apagara

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Oaxaca (La Silla Rota).- En Juchitán de Zaragoza, el desastre natural que enfrentan no apagó la celebración de Xandú o Todos Santos este 30 y 31 de octubre en esa localidad. Entre escombros, lonas y pequeños espacios recibieron a quienes recientemente se adelantaron en el camino de la muerte y los que regresan cada año en estas fechas.

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El olor a copal, incienso, cempasúchitl y comida invaden las calles de este municipio que en varias de sus secciones parece un pueblo fantasma ante la destrucción que se vivió el pasado 7 de septiembre con el terremoto.

El panorama contrasta con la celebración de hace un año, donde cada sección imponía un altar casi monumental para reunirse con sus vecinos y familiares a recibir a sus muertos. Hoy entre lo más austero, en la medida de sus posibilidades y en los lugares que pudieron colocaron pequeños altares para no abandonar la tradición.

Desde el lunes, decenas de familias juchitecas acudieron al mercado para comprar las flores, fruta y adornos a fin de colocar sus ofrendas.

El Parque 20 de Noviembre, donde ahora están instalados los comerciantes del Mercado 5 de septiembre lució abarrotado de puestos de productos de la temporada, aunque la venta no se comparó ni medianamente con otros años.

"Hay bajas ventas de flores, ahorita la gente está comprando lo mínimo para llevar a su casa y adornar su mesa del santo, ahora si hay poca gente que hizo altar a sus difuntos", explicaron.

Fidel Flores, mantiene la mirada fija tratando de evocar el tiempo y no puede contener el llanto. Su casa se cayó con el terremoto, solo cuenta con una carpa para vivir con su familia, no tiene empleo y este año no pudo colocar su altar.

Es vecino de la Octava Sección Cheguigo explica que hasta antes del terremoto, el Xandú se hacía de acuerdo a la tradición, aunque reconoció que este año al igual que él varias familias que no pudieron realizar los altares para sus muertos.

"Regularmente desde el 29 se anuncia las casas donde se va a celebrar el Xandú, sin embargo este año son contadas las casas donde se está celebrando.

Asegura, que nunca en la historia de este municipio cuya característica principal es su ambiente fiestero habían pasado unas fiestas tan apagadas, "la razón principal fue el terremoto, hay gente que se quedó sin casa y que tendrá o ya tiene gastos de otro tipo, por eso este año solo hicieron pequeños altares, sin rezos ni invitación", apuntó. 

Este 2017, los juchitecos, dice, enfrentan el reto mas grande: no rendirse y  mantener sus tradiciones milenarias.

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Los muertos llegan dos veces 

En Juchitán, la etnia zapoteca, la ciudad donde la leyenda de la Llorona se palpa en una melodía icono del municipio, tiene la firme creencia que sus muertos llegan estos dos días a convivir con los vivos.

Por eso, los adornados con flores y alimentos típicos como tamales, bebidas, cocos, frutas, hojas de plátano y veladoras, mientras que en la Semana Santa.

Pero estas fechas no son las únicas donde los muertos se mezclan entre los vivos, aquí tienen la fortuna de recibirlos dos veces en el año, la próxima será en Semana Santa, donde van al panteón festejarlos.

Con esta tradición se rinde culto a los muertos, en un encuentro con la eternidad, inclusive dijo que en la canción "La última palabra", se habla de que hay otra mansión y eso es lo que se conmemora, ese rencuentro con los muertos.

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