El ahora secretario de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, solía decir que él iba a donde le dijera "el patrón”. Miguel Ángel Mancera, es el jefe de Gobierno y "El patrón" con quien mantiene una relación de mucha cercanía y confianza.
"El patrón" lo colocó finalmente en una posición estratégica, desde donde se perfila a sustituir a Mancera cuando éste deje el gobierno de la ciudad para contender por una senaduría como parte de la coalición Por México al Frente. Ello podría ocurrir a finales de marzo.
El mandatario capitalino designó a Amieva para sustituir a Patricia Mercado en la Secretaría de Gobierno. Y según establece el artículo 23 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, corresponde a ese funcionario suplir las ausencias del jefe de Gobierno.
Amieva es un abogado con grado de doctor en Procesos Penales por la Universidad Marista. Ha acompañado a Mancera desde que el actual titular del gobierno era procurador capitalino.
La Secretaría de Gobierno es un espacio que al inicio de la administración fue ocupado por Héctor Serrano, quien debió dejarlo luego de los desastrosos resultados electorales de 2015 para el PRD y cuando Mancera sometió a evaluación a su gabinete.
Ya desde entonces Amieva, como consejero jurídico, soñaba con saltar a la Secretaría de Gobierno, pero la carrera se la ganó Mercado, por su estilo de diálogo y mano suave en momentos donde se requería tener buena relación con organizaciones sociales y los actores políticos.
Tras aquella evaluación, Amieva fue designado secretario de Desarrollo Social en lugar de Rosa Icela Rodríguez, quien no dejó el gabinete pero fue designada al frente de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad (Sederec), una de las dependencias con menor presupuesto.
La nueva posición de Amieva tenía lógica: hubo quien acusó a Rosa Icela de apoyar a Morena a través de la secretaría que manejaba programas tan importantes como el de pensiones para adultos mayores, con un padrón de medio millón de personas.
Por eso era mejor dejar la dependencia en manos de alguien de confianza y esas eran las de Amieva, quien debió dejar la comodidad de su oficina en la Consejería y salir a convivir con miles de beneficiarios en distintas zonas de la ciudad. Ahí se le veía incómodo ponerse su chaleco rosa.
En entrevistas recordaba que cuando su jefe era procurador capitalino, él y Manuel Granados, también de confianza y quien lo sustituyó en la Consejería, se la jugaron para apoyar a quien a la postre se convertiría en candidato del PRD a la Jefatura de Gobierno y arrasó en las elecciones de 2012. No dudaba en decir que era parte del proyecto mancerista, que durante cinco años consistió en buscar la candidatura presidencial, lo que finalmente no cuajó.
Hoy Amieva cumple uno de sus sueños. Llega con un estilo más directo que el de Mercado.
Un ejemplo se dio cuando a unos días del terremoto del 19 de septiembre acudió al multifamiliar Tlalpan donde recibió reclamos de los damnificados. Casi a gritos y con gesto duro les dijo que o escuchaba reclamos o los atendía. Entonces lo dejaron hablar. Un estilo diferente al de Mercado, más dada a escuchar y después a dar soluciones.
Ahora, como secretario de gobierno, Amieva deberá atender temas como las manifestaciones, tratar con grupos de personas que a diario acuden a Palacio del Ayuntamiento; resolver el ordenamiento del comercio ambulante en el primer cuadro; el manejo de los penales, que fueron un dolor de cabeza para Mercado, y la interlocución con los jefes delegacionales y partidos políticos, en un año en el que el PRD podría dejar de gobernar la ciudad, luego de 21 años.
ams