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Jalisco y NL: Los papás mandan

Por: Roberto Rock L.

Escrito en NACIÓN el

Leonel.Sandoval.y.Humberto.Medina.Ainslie

El gobierno Peña Nieto y la dirigencia nacional del PRI, a cargo de César Camacho, desarrollan desde hace meses una estrategia política para evitar que dos estados electoralmente claves, Jalisco y Nuevo León, representen una debacle para el partido en el gobierno durante los comicios del próximo año.

En 2015 habrá elecciones locales en la mitad del país, y se renovará la Cámara de Diputados federal. Entre otros estados, se votará en Nuevo León por gobernador, alcaldes y diputados locales, mientras que en Jalisco se renovarán las alcaldías y el Congreso local.

Los focos de alerta del Institucional se han encendido porque, además de otros problemas, en Nuevo León y Jalisco se registra un protagonismo en la persona del padre de los respectivos mandatarios, ambos priístas, el neoleonés Rodrigo Medina, y el jalisciense Aristóteles Sandoval. Se trata de los señores Humberto Medina Ainslie y Leonel Sandoval, quienes hacen política y lucran a la sombra de sus hijos con negocios que, en algunos casos, parecen haber rozado al crimen organizado.

El pasado 22 de este mes el diario “Reforma” dio cuenta de un diagnóstico interno del PRI que advierte sobre esta situación y describe como “poco sana” la influencia de los referidos “papás incómodos” en la vida de dichas entidades.

Por lo que toca  Nuevo León, este espacio fue informado de que Rodrigo Medina ha recibido extrañamientos directos por parte de enviados formales de Los Pinos por el patrón de conducta de su padre, quien ha sido ligado con la exigencia de comisiones en negocios privados –“papá ten-percent”, le llaman algunos en Monterrey, en alusión a presuntos cobros  exigidos-; privilegios para una compañía constructora cuya propiedad se le atribuye, y uso de notarías locales –una de las cuales le fue asignada por el ex gobernador priísta Natividad González Parás- para regularización de operaciones con bienes raíces no del todo claras.

Otro efecto indeseable –quizá el políticamente más grave- de la injerencia de “papá Medina” es estar alentando a múltiples grupos ligados con aspirantes a la sucesión de su hijo Rodrigo. Forman la fila al menos las dos senadoras priístas, Cristina Díaz e Ivonne Álvarez; un secretario de Estado, de Economía, Ildefonso Guajardo; tres diputados federales, Javier Treviño, Pedro Pablo Treviño y Jorge Mendoza, además de una poblada corte cercana al mandatario estatal, la que encabeza su jefe de oficina, Jorge Domene.

El reporte del PRI citado por “Reforma” alude a una docena de precandidatos, ninguno de los cuales se acerca en las encuesta hasta ahora a la carta más fuerte del PAN, la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, personaje cercano al líder nacional blanquiazul Gustavo Madero, si bien confrontada con varios notables del panismo en la entidad, como los ex gobernadores Fernando Elizondo y Fernando Canales Clariond.

Durante los meses recientes se ha especulado que el primer círculo del presidente Enrique Peña Nieto, y en particular el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, buscaría imponer la candidatura del secretario Guajardo, quien califica muy abajo en las encuestas. En las actuales circunstancias de debilidad priísta en el estado y con el fardo del gobernador Medina a cuestas, la apuesta de Guajardo sería desastrosa si la elección fuera hoy.

En Jalisco las cosas parecen ir mejor, pero en realidad están peor, a juzgar por los reportes a los que tuvo acceso este espacio.

En junio de 2012, el diario “El Universal” difundió en los días previos a la elección local, que funcionarios del municipio de Zapopan, entre ellos el alcalde saliente, Héctor Vielma, se hallaban implicados con un grupo de narcotraficantes para rescatar un cargamento de droga de un domicilio asegurado por autoridades, y que para lograr su cometido habían pedido la ayuda de un magistrado del Tribunal Superior de Justicia estatal.  La evidencia estaba expresada en una grabación telefónica (http://www.youtube.com/watch?v=eLv853EtULc). 

Este “Informe Confidencial” dispone de datos precisos en el sentido de que la Procuraduría General de República consideró entonces que ese magistrado no era otro que Leonel Sandoval, padre del entonces candidato a la gubernatura Aristóteles Sandoval, hoy gobernador. Incluso la PGR ordenó interceptar conversaciones adicionales de todos los implicados, con un nivel positivo de comprobación.

El citado reporte del PRI asegura que “papá Sandoval” opera un aparato  político paralelo al del gobernador Sandoval, y que incluso pretende obtener el registro por parte del Instituto Nacional Electoral, que encabeza Lorenzo Córdova, para una Asociación Política Nacional que él controla.

Una derrota para el PRI en Jalisco que incluya a la capital Guadalajara, así como a otros municipios metropolitanos, tendría efectos multiplicadores nocivos para el partido oficial en todo el occidente del país.

Se tiene registro de una pugna abierta entre el gobernador Sandoval y el alcalde tapatío, el también priísta Ramiro Hernández. Ello eleva notablemente las posibilidades para el principal candidato opositor a próximo alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano. De ganar, Alfaro –derrotado hace dos años por Sandoval- se proyectaría desde el primer momento en busca de la gubernatura. 

Bien hace el PRI en mostrar su alerta ante lo que ocurre en Jalisco y Nuevo León.  Pero no son las únicas entidades en donde el tricolor se siente vulnerable. Ya se verá que tiene razón en preocuparse (robertorock@lasillarota.com).