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Orgullo y fe: la Pasión de Cristo en Iztapalapa

En la 175 representación de Cristo en Iztapalapa, hasta el clima cumplió su papel

Escrito en METRÓPOLI el

Apenas Jesús -este año caracterizado por Iván Pedro Estrella Mosco- crucificado, sangrante, agonizante, preguntó con mirada al cielo: “padre, ¿por qué me has abandonado?”, y paso seguido, inclinó la cabeza en señal de que había muerto, se soltó un aire que previamente no se había sentido, que hizo volar una que otra cabellera y levantó algunas de las túnicas de los cientos de nazarenos que participaron en esta importante tradición del pueblo de Iztapalapa. El cielo se nubló y hasta unas pequeñas gotas de lluvia cayeron. Así acababa el viacrucis del fundador del cristianismo.

Actores y visitantes en La Pasión de Cristo (Foto: Marco Antonio Martínez)

Previamente Judas –interpretado por Francisco Ledezma Tierradentro- arrepentido, se había colgado de un árbol cercano, y afortunadamente, no corrió ningún riesgo, como ocurrió hace tres años, cuando quien entonces lo interpretó por un mal amarre de la cuerda que usó, puso su vida en riesgo.

La Pasión de Cristo, representada desde hace 175 años en Iztapalapa con ligeras variantes, convocó a cientos de miles de personas, tanto capitalinos como de otros estados e incluso de otros países. Según los organizadores, este año acudieron dos millones, desde el inicio de la conmemoración, con el Domingo de Ramos, luego el jueves con la última cena, el beso de Judas, la aprehensión de Jesús y este viernes el juicio a Jesús, con Poncio Pilato y Herodes, viacrucis incluido.

También este Viernes Santo desde las 9 de la mañana las calles se llenaron de 2 mil nazarenos, hombres que cargaban cruces de 70 u 80 kilogramos, y algunas más pequeñas para los niños que se sumaron. Se trata de iztapalapenses que cargan sus cruces como una manda por algún favor divino que solicitaron y se les concedió, o para pedir ayuda para algún ser querido.

Tres cruces con el retrato de un bebé (Foto: Marco Antonio Martínez)

Un ejemplo es el visto en un cruce de la calle Aztecas, una de las principales del centro de Iztapalapa. Ahí, un hombre descansaba a la sombra y vigilaba tres cruces con el retrato de un bebé. Explicó que se trata de su hijo, de cuatro meses. Lo hizo para pedir que salga bien de una operación de hernia, que será el próximo lunes, compartió con La Silla Rota.

Así como él, otros hombres con túnicas también llevaron sus cruces y subieron al Cerro de la Estrella, para acompañar a Jesús en su crucifixión.

La ''Pasión de Cristo'', una tradición que enseña y es herencia

Otros no cargaron cruces, pero soportaron el sol inclemente de mediodía, primero formados en una fila de dos cuadras, para ver a Jesús en la cárcel, y después en la macroplaza, de pie y sin sombra que los guareciera.

Ahí escucharon cómo Poncio Pilato se escandalizaba ante los fariseos, por la petición de éstos de soltar al temible Barrabás y a cambio crucificar a Jesús, que no había hecho nada. La representación, pese a ser de un acto de hace casi dos mil años, contó con lo más moderno para ser transmitida, con drones que sobrevolaban el llamado teatro de masas, cámaras y equipo de audio para que nadie se quedara sin escuchar el “¡crucifícale, crucifícale!”.

Representan las tres caídas en el viacrucis (Foto: Marco Antonio Martínez)

Pero el verdadero evento colectivo se dio en el viacrucis de Jesús, en sus tres caídas, con miles de testigos y romanos a caballo que cabalgaban sobre calles estrechas, y después tomaron el camino al Cerro de la Estrella, convertido para esta ocasión en el monte Gólgota.

Ahí los miles de visitantes, algunos con curiosidad, otros con fervor, querían ver la crucifixión escenificada en lo más alto de la colina.

La cantidad de gente hacia pensar en una foto del concierto de rock en Woodstock, pero no todos tenían acceso a la cima, al pie de las cruces, a donde solo pasaban los actores, algunos familiares y amigos tanto de la delegación como del comité organizador y representantes de medios de comunicación, así como una banda de música.

La Virgen María fue interpretada por Zaira Virginia Vargas Zamora (Foto: Marco Antonio Martínez)

Ahí, la Virgen María, interpretada este año por Zaira Virginia Vargas Zamora, esperaba la llegada de su hijo Jesús; con la cabeza cubierta con un manto negro y las manos entrelazadas, lucía el dolor de una madre al saber que perderá a su hijo.

Le tocó ver la crucifixión de su hijo, los reclamos del ladrón Gestas a Jesús por no salvarse si en verdad era el hijo de Dios, y la petición que Dimas, otro ladrón crucificado, le hizo al nazareno para que se acordara de él en el cielo.

María sufrió con la muerte de Jesús, y así se escuchó a través de las bocinas instaladas. Coincidió con el soplar del aire y el cambio de clima que acompaña a distintas representaciones de la Pasión.

Entonces comenzaron a descender los visitantes y los nazarenos comenzaron a llevar sus pesadas cruces de regreso.

La Silla Rota entrevistó al final del viacrucis a Ana Janet, quien participó en la pasión como Virgen de pueblo. Originaria del barrio de Santa Bárbara, dijo que le parecía “muy bonito” participar. Agregó que el vestuario que lleva lo usa desde hace cuatro años y su ilusión es pedir el papel de Dama, que son las que acompañan a la Virgen María.

Jueves y viernes se registraron 9 mil 711 atenciones médicas (Foto: Marco Antonio Martínez)

Posteriormente la jefa delegacional de Iztapalapa, Dione Anguiano informó que entre jueves y viernes hubo 9 mil 711 atenciones médicas, principalmente por lavado y curación de pies, luxación y esguinces, golpe de calor, malestar por hipertensión y diabetes e infección gastrointestinal.

Además, remitieron a 13 personas al juzgado cívico por tomar bebidas en la vía pública, uno por vejaciones, otro por orinar en la vía pública, tres por inhalar o fumar sustancias tóxicas, uno por grafitear, uno más por defecar y uno por lesiones por tránsito de vehículo en agravio de un policía.

El Sábado de Gloria se realizará la quema de Judas y por la tarde se llevará a cabo la representación de la ascensión de Jesús, en la explanada delegacional, con lo que concluye la conmemoración de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.

mlmt