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Indígenas, los habitantes invisibles en Nuevo León

La entidad tiene más de 400 mil indígenas que sufren de discriminación, principalmente en los planteles educativos

Escrito en ESTADOS el

Monterrey, N. L- En Nuevo León pareciera que no hay indígenas, que se esconden, pero en realidad más de 400 mil se asientan en este territorio y enfrentan problemas de vivienda, empleo, educación y discriminación.

José, de tan sólo 8 años, llegó a la capital de Nuevo León, proveniente de San Luis junto con su familia.

Arribaron a esta ciudad con la ilusión de un mejor nivel de vida y terminaron vendiendo dulces, cacahuates y semillas en la calle.

No solo eso, sino que a diario se tienen que enfrentar a la discriminación en su propio país.

"La gente es mala porque uno no es de aquí. Hasta en la escuela”, dice José.

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El menor tiene razón porque según los resultados de una encuesta realizada por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SPINNA) cinco de cada 10 niños mexicanos sufren discriminación en los propios planteles educativos. Las principales causas son el color moreno de la piel, una discapacidad o el ser indígena.

Los menores son amenazados con violencia física o palabras ofensivas. El 40 por ciento por el color de su piel, el 24 por ciento por sufrir de alguna discapacidad y el 16 por ciento por pertenecer a un grupo indígena.

Para Juan Antonio Doncel de la Colina, director del Centro de Estudios Interculturales del Noreste, la invisibilización es freno para la integración de grupos indígenas.

Es precisamente esta divergencia de criterios la que lleva al ocultamiento de los indígenas en Nuevo León, a una crisis de identidad que, si bien, no es única en los indígenas sino en los mexicanos, y afecta a la hora de planear políticas públicas.

“No solo la población indígena se esconde, también las autoridades educativas los invisibilizan, pues piensan que es un problema minoritario. Esto pasa por el supuesto discurso de igualdad, este concepto homogeneizador donde no se hacen diferencias, algo que se da por el temor de parecer racistas”, destaca el investigador.

“Con la preservación de los usos y costumbres de las etnias que habitan en esta entidad, se ha impulsado el comercio de sus artesanías que son bien aceptadas por mexicanos y extranjeros”, dice Olga Torres, asesora de grupos indígenas y creadora de la primera secretaría de Asuntos Indígenas en el PRI.

En esta entidad se asientan más de 100 mil indígenas, de las cuales unas 2,000 son asesoradas por Torres y habitan en los municipios de Juárez, García, Escobedo y Monterrey, de la zona metropolitana regiomontana.

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Destacan asentamientos de Mixtecos, Otomís, Huastecos, Mazahuas y Náhuatls que en su mayoría cuentan con vivienda y acceso a la educación y los servicios de salud, enfrentan todavía situaciones discriminatorias, pese a que desde el 2012 se aprobó la Ley Indígena.

Actualmente las etnias ofrecen mercancías como bolsas, servilleteros, ropa, alimentos y artesanías diversas en mercados, puntos de venta de algunos municipios, exposiciones y en las afueras de las preparatorias de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que ha colaborado en el apoyo a los grupos indígenas, comentó Torres.

Sin embargo, es clara la discriminación a la que están expuestas las etnias en Monterrey y su zona metropolitana en donde todavía existen grupos que los ven como ciudadanos de segundo o tercer nivel, explica.

El investigador Doncel de la Colina señala en sus estudios que la falta de apertura contribuye a la invisibilización, un proceso que afecta a los indígenas de forma pasiva.

“La invisibilización no les afecta en su cotidianidad, pero sí a nivel político, pues no están en la agenda, lo que repercute en las políticas públicas donde entra la infraestructura, la educación, la salud”.

Según las cifras recabadas por el INEGI en 2015, las últimas sobre población indígena, en Nuevo León hay unas 412 mil personas que habitan en municipios como Monterrey, Apodaca, Pesquería, García, Juárez, Escobedo, Salinas y otros periféricos.

“Aunque hay poco los que aún cocinan con leña o tienen piso de tierra, enfrentan los indígenas la segregación, las ofensas, los abusos de la autoridad y la indefensión”, dice el dirigente de Tribuna Libre por México, Herminio Gómez.

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Desde hace años, asumió la defensa de grupos indígenas que habían sufrido la embestida de inspectores municipales que les quitaban su mercancía y retiraban de la calle.

Aquí están los indígenas, pareciera que no, que están escondidos, pero son una realidad del Monterrey moderno que es todavía indiferente a nuestras etnias, resume Gómez.

bl

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