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Impuestos transparentes

Recaudar de forma transparente también es parte de la planeación de políticas que lleven a un México justo y sin desigualdad. | Joel Salas Suárez

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Escrito en OPINIÓN el

Las promesas de la próxima administración federal sobre no aumentar los impuestos y reducir la desigualdad, otorgar pensiones, expandir la educación terciaria, llevar a cabo ambiciosos proyectos de infraestructura, pueden no ir de la mano. El próximo gobierno federal está al tanto de la situación. Gerardo Esquivel, futuro subsecretario de egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ha declarado que, si tras las medidas de austeridad no se obtienen los ingresos suficientes, tendrá que reducir los programas sociales.

En este contexto, es fundamental una política fiscal responsable, pues es la principal vía por la que el Estado mexicano se allega de recursos. Este año el 54% del presupuesto de egresos de la federación corresponde a la recaudación. Por esta razón, no aumentar los impuestos hace necesario justificar y mejorar la efectividad de la política fiscal no solo para materializar las promesas de campaña, sino para garantizar los derechos de los ciudadanos y proveer servicios públicos básicos, la razón de ser de todo gobierno. De lo contrario, deberá endeudarse o incumplir con sus obligaciones.

Áreas de oportunidad

En materia fiscal, nuestro país tiene áreas de oportunidad importantes. Primero, aunque el gobierno ha aumentado la cantidad de impuestos que recauda, la proporción del Producto Interno Bruto (PIB) que corresponde a lo recaudado es baja en comparación a otros países latinoamericanos y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Segundo, los niveles de evasión fiscal en el país privan al Estado de ingresos significativos. Ha mejorado la capacidad recaudatoria, pero la tasa de evasión fiscal en 2016 fue de 16% y costó al país 510 mil millones de pesos.

Tercero, el Estado pierde recursos sustanciales en las condonaciones y cancelaciones de impuestos. Fundar estima que entre 2008 y 2016 el monto por la cancelación de créditos fiscales ascendió a 593 mil 348 millones 034 mil pesos. También reporta que en 2013 el Servicio de Administración Tributaria (SAT) condonó a solo 36 empresas el monto equivalente al presupuesto para la Secretaría de Gobernación en 2015. Finalmente, la política fiscal mexicana no es redistributiva y favorece a quienes ya concentran la riqueza. Oxfam publicó que en 2002 la riqueza de solo cuatro mexicanos representaba el 2% del PIB; en 2014 ese porcentaje subió al 9%. Esto es equivalente a un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos.

Cada peso de impuestos que es evadido, condonado, cancelado o devuelto es un peso que el Estado no utiliza para construir escuelas, hospitales, caminos, o financiar programas sociales. Un peso que no servirá, por ejemplo, para financiar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, uno de los programas más ambiciosos que implementará el nuevo gobierno federal. Por lo anterior, cada decisión en la materia deberá ser cuidadosamente justificada y transparente. La información pública permitirá demostrar que se lleva a cabo una recaudación responsable y eficiente para cumplir con las obligaciones del Estado y las promesas del gobierno. Con esta convicción, el INAI ha resuelto recursos de revisión privilegiando la publicidad de información pública sobre devoluciones y condonaciones fiscales. Por ejemplo, el pasado 5 de septiembre instruyó al SAT dar a conocer información sobre las devoluciones de impuesto sobre la renta que otorgó a estados y municipios en los últimos tres años.

Recaudar de forma transparente también es parte de la planeación de políticas que lleven a un México justo y sin desigualdad. Las urnas dieron al nuevo gobierno confianza y legitimidad, un sistema fiscal transparente y eficiente será la base para que pueda conservar ambas.

La corrupción afecta a los más pobres

@joelsas | @OpinionLSR | @lasillarota