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Huitzuco, tierra del huizache, de la violencia y de los Figueroa

La familia Figueroa siempre ha estado ligada al poder y al municipio pues al menos cuatro Figueroa, nacidos en Huitzuco, han gobernado Guerrero

Escrito en ESTADOS el

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- Las espinas de sus arbustos de huizache le dieron el nombre, la familia Figueroa le dio la herencia y el apellido, pero la violencia desmedida y el crimen organizado lo han ubicado en el mapa como tierra de criminales: Huitzuco de los Figueroa, municipio guerrerense en el que, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, podría ser el lugar al que fueron trasladados los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

 

Se localiza en la región Norte del Guerrero, a 130 kilómetros de Chilpancingo, colindante con el municipio de Buenavista de Cuéllar y Morelos, al sur con Mártir de Cuilapan, al este con Puebla, Morelos, Atenango del Río y Copalillo, y al oeste con Tepecoacuilco e Iguala.

 

Fue uno de los 38 municipios que se constituyeron al erigirse la entidad. Hoy por hoy es conformado por 53 poblados y cuenta con una población de poco más de 12 mil habitantes.

 

La familia Figueroa siempre ha estado ligada al poder y al municipio pues al menos cuatro Figueroa, nacidos en Huitzuco, han gobernado Guerrero, y otros cuatro más han sido alcaldes, entre otras figuras públicas que cuentan con el mismo apellido.

 

Figueroa, familia de poder

 

A pesar de que la historia de los Figueroa se remonta a la época de la Revolución, y se les vinculó históricamente con el maderismo, en tiempos más recientes, se trata de la cuna del ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa Figueroa (1905-1967) y de Rubén Figueroa Alcocer (1993-1996).           

 

Por cuatro generaciones, la familia Figueroa ha gobernado la región, han mantenido vínculos con el ejército y han combatido los grupos guerrilleros en la entidad.

 

En al menos dos generaciones de Figueroa han sido acusados por tener vínculos con el crimen organizado.

 

Rubén Figueroa Figueroa, padre del segundo, priísta de cepa, líder transportista diputado federal y senador.

 

En plena campaña política, fue secuestrado por el Partido de los Pobres, grupo guerrillero encabezado por Lucio Cabañas.

 

Figueroa, mantuvo estrechos vínculos con Miguel Nazar Haro, acusado de combatir la guerrilla a través de detenciones, torturas, desapariciones y ejecuciones. Según la CNDH, es responsable de la desaparición de al menos mil 200 personas en Guerrero.

 

Rubén Figueroa Alcocer ‘el tigre de Huitzuco’, también priísta, es señalado de mandar matar a campesinos en el vado de Aguas Blancas, Coyuca de Benítez, hecho por el cual se vio obligado a renunciar a la gubernatura el 12 de marzo de 1996. El Congreso de Guerrero designó a Ángel Aguirre Rivero como Gobernador Sustituto para completar el período, quien más tarde, siendo gobernador ya electo, habría renunciado a su encargo tras haber sido señalado como responsable por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

 

Finalmente, Rubén Figueroa Smutny, hijo del anterior, es diputado local en Guerrero por el partido tricolor, es también sobrino del cantante Joan Sebastian y de Federico Figueroa, señalado como uno de los altos mandos de Guerreros Unidos.

 

Otro personaje, quien también cuenta con el apellido, es Norberto Figueroa Almazo, quien siendo alcalde de Huitzuco fue reportado como “desaparecido”, luego de que fuera acusado con ‘narcomantas’ de proteger al crimen organizado.

 

De acuerdo con reportes periodísticos, el ex alcalde de Acapulco, Manuel Añorve, acusó a Rubén Figueroa Alcocer, junto con el ahora preso José Luis Abarca, de mandar asesinar a un político opositor,  Justino Carvajal Salgado.

 

 

Tierra de ‘El Chucky’

En Huitzuco operó el sicario más sanguinario de Guerreros Unidos, Eduardo Joaquín Jaimes, “El Chucky”, quien hasta la fecha sigue prófugo, pero que sus cómplices lo han señalado como el más despiadado “descuartizador” y “ejecutor”.

 

De acuerdo con datos difundidos en la columna de Héctor de Mauleón, en El Universal, el 30 de marzo pasado, un mes después de la desaparición de los estudiantes, representantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), acompañados por 50 elementos de la Gendarmería Nacional, fueron a Huitzuco, “toda vez que tuvieron información respecto a que ahí podrían encontrar a los 43 normalistas desaparecidos”.

 

Según el columnista, una mujer informó que los alumnos se hallaban secuestrados en una iglesia abandonada y que desde los caminos de terracería cercanos “podían escucharse sus lamentos y gritos de auxilio”. Un líder comunitario aseguraría más tarde que en la capilla abandonada se oían “gritos de gente” y que “luego se escuchaba cómo estaban cortando huesos”.

 

La PGR acudió al lugar, pero no encontró nada.

 

 

Hechos relevantes

 

En 2015, un grupo de sujetos armados asesinó al director de Seguridad Pública del municipio de Leonardo Evangelista Moreno, quien llevaba en el cargo poco más de un mes.

 

De acuerdo con reportes policiacos, la víctima fue sorprendida por los criminales momentos antes de ingresar a las instalaciones del ayuntamiento que encabeza el priísta Ignacio Figueroa Almazo, vinculado reiteradamente con el narcotráfico.

 

En 2013, el presidente municipal de Huitzuco de los Figueroa, Norberto Figueroa Almazo, su tesorero Mayorico López Estrada y su chofer fueron víctimas de un secuestro.

 

En 2012, sujetos desconocidos a bordo de varios vehículos compactos, comenzaron a disparar contra el edificio de la presidencia municipal, lo que generó pánico y temor entre las personas que se encontraban en la plaza central.

 

Ese mismo año, en el municipio Huitzuco elementos de la Policía Federal localizaron ‘Los Bachas’, grupo criminal relacionados con una decena de secuestros en Guerrero y Morelos.

 

Años atrás, en enero de 2009, el Ejército detuvo a seis policías municipales de Huitzuco por sus presuntos nexos con Timoteo Mata Cruz ‘El Fibras’, ex militar y ex director de la Policía Auxiliar municipal, acusado de narcotráfico y brindar protección a operadores del cártel de los hermanos Beltrán Leyva en la región de Costa Grande.

 

 

nm