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“Que nunca las limiten, sean aguerridas”: superheroínas arriba y abajo del ring

Historias como madres, estudiantes y emprendedoras, ocultan debajo de sus mascaras y guantes Jans, Dayra, Pumara y Zuzu Divine, deportistas del boxeo y lucha libre

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Escrito en HIDALGO el

PACHUCA. – Jans, Dayra, Pumara y Zuzu Divine, son deportistas del boxeo y la lucha libre que, debajo de sus máscaras y guantes, ocultan sus historias de vida, así como largas jornadas de entrenamiento para ganar batallas en el ring y también para combatir al machismo, el primer rival al que desafiaron antes de subir a un cuadrilátero. 

Arriba del ring son boxeadoras y luchadoras, pero cuando bajan de la zona de pelea se convierten en madres de familia, emprendedoras, trabajadoras o estudiantes, en resumen: son unas superheroínas, como les dicen sus hijas, familiares, amigas y espectadoras.

Conoce la historia de estas cuatro hidalguenses que persiguen el mismo objetivo: ser reconocidas en el deporte y convertirse en la inspiración de otras mujeres.

CUANDO ESTOY EN EL RING ME SIENTO CON PODERES: PUMARA 

Hace casi una década, Pumara debutó como luchadora en el deportivo de la 11 de Julio y desde ese entonces, se dedicó a mezclar los entrenamientos con su vida como madre de familia y proveedora principal de sus dos hijas que actualmente tienen 18 y 11 años de edad.

Yo siempre digo que cuando me pongo el equipo me transformo, no soy yo. Arriba del ring me siento con poderes, me siento poderosa, diferente, me siento otra, no soy la misma persona”.

Para la deportista lograr un espacio en el cuadrilátero no ha sido sencillo por los constantes comentarios de que el ring, no es un lugar para mujeres.

Pumara nunca escuchó esos dichos y continúo con su preparación, aunque reconoce que la fase más crítica de su carrera ocurrió hace dos años cuando se fracturó el codo. 

Al principio creyó que no regresaría a luchar, pues sus terapeutas le advirtieron que no recuperaría al 100 por ciento la movilidad del brazo izquierdo, pero sucedió todo lo contrario.

Pumara volvió al ring y esta vez para hacer de la lucha libre su nuevo trabajo, ya que al iniciar el año 2022, decidió renunciar a su antiguo empleo de reparación de celulares para dedicarse por completo al deporte, como lo soñó desde niña.

Otro de sus anhelos era compartir cuadrilátero con el luchador Pantro, su padre, quien fue su inspiración, entrenador y también la primera persona que intentó convencerla de no incursionar en la lucha libre por ser mujer.

A pesar de que la buscó persuadir, Pumara comenzó su primer entrenamiento que recuerda a la perfección: tres horas abajo del ring, corriendo, subiendo y bajando gradas, haciendo lagartijas y abdominales.

La mayoría del tiempo estuvo alejada del cuadrilátero y solo los últimos 45 minutos de la clase los pasó arriba del ring, saltando de las cuerdas y con puro azotón en la lona.  Su padre creyó que el agotamiento físico la haría desertar. 

Mi papá iba con las ganas de quitarme las ganas, me azotaba y me azotaba y cuando de plano vio que no me daría por vencida, fue cuando me dijo: pues ya, hay que seguirle practicando”.

Pumara insistió y esperó por cuatro años para recibir aquella clase de lucha libre, lo que no pasó con su hermano menor, quien desde niño trepaba al cuadrilátero con Pantro. 

"Yo recuerdo que mi hermano desde muy chiquitito se subía con mi papá como su mascotita (…) Siempre le preguntaba a mi papá que por qué yo no podía hacer lo mismo y él me respondía: hija, es que él es hombre, él aguanta más; pero yo le decía que yo sí podía, que era fuerte y que aguantaba”.

Después de unos meses de su primera clase, la luchadora debutó y a partir de aquel momento, logró cumplir su sueño de pelear a un lado de su papá, también de ofrecer funciones en distintos municipios de Hidalgo y el Estado de México, así como formar una tercia con los luchadores Rayito Mexicano y Rey Tormenta Jr.

Por ahora, su aspiración es ser una luchadora reconocida y pelear a lado de Faby Apache, gladiadora de Lucha Libre AAA.

Estoy con todas las ganas de superarme, la lucha es una preparación diaria, constante, quiero seguir, ganar oportunidades, que grandes empresas en algún momento volteen a verme”.

Al principio de su carrera para Pumara no fue sencillo derribar los estigmas, combinar su trabajo como madre de familia y superar la lesión de su brazo; sin embargo, hoy tiene el apoyo de su familia, de su padre, de sus hijas y de una de sus sobrinas que seguramente seguirá sus pasos en el cuadrilátero.

A raíz de la experiencia que adquirió arriba y abajo del ring, Pumara envió un mensaje para las niñas, adolescentes y mujeres interesadas en practicar algún deporte. 

Nunca permitan que las limiten en algo, siempre hay que ser aguerridas, ir por todo, el hecho de ser mujer no te limita a nada, todo lo que tú quieras lo puedes lograr con decisión, preparación y determinación”.
 

NUNCA ES TARDE, NUNCA DIGAN: YA SOY GRANDE O TENGO HIJOS

Arriba del cuadrilátero Zuzu Divine es una luchadora con 10 años de experiencia y actual campeona de la competencia Furia de Titanes; pero abajo del ring, es madre de una niña de tres años, a quien procura con el dinero que gana durante sus presentaciones de lucha libre y con un negocio que emprendió.

El trabajo es doble, porque muchas luchadoras somos cabeza de familia, además, un deporte conlleva mucha disciplina, creo que el mérito es doble para todas las deportistas”.

Al igual que Pumara, Zuzu Divine ha enfrentado diversos retos en su carrera, desde un golpe en la cabeza que la dejó inconsciente en una lucha de San Luis Potosí, hasta apostar y perder su máscara frente a otra gladiadora.

La luchadora llegó al cuadrilátero casi por azares del destino, nunca imaginó que llevar a su hermano menor a entrenamientos la impulsaría para subir al ring. Hoy, luchan en pareja y tienen el Campeonato DTU Nexu de la empresa hidalguense Lucha Profesional Mexicana.

Zuzu empezó a entrenar antes de cumplir la mayoría de edad, ingresó a clases para principiantes y al mismo tiempo a las de avanzados, así logró en nueve meses pelear por primera vez en el cuadrilátero, pero su lucha comenzó con aquellos compañeros a quienes no les gusta entrenar con mujeres. 

"Creo que siempre ha sido un problema el machismo, dentro de los entrenamientos siempre entrené con hombres y era acomodarme a ellos. Era complicado, a veces te hacían menos. A varios compañeros no les gusta luchar con mujeres o te catalogan que, por el simple hecho de ser mujer, nada más vas a enseñar o a verte bonita”.

Y es verdad que para la luchadora es importante mantener su imagen, pues así surgió su nombre artístico Divine; sin embargo, lo que más le interesa es mostrar su trabajo en el ring.

Mientras que el apelativo de Zuzu, lo eligió porque significa ''gran madre'', pero lo que la luchadora no está dispuesta a revelar es su edad, pues es un dato que tiene más guardado que su identidad, ya que actualmente no usa máscara, la perdió hace cuatro años en la Arena Afición de Pachuca cuando luchó contra Diosa Atenea. 

Comencé a usar máscara porque era una persona muy penosa, no me convencía el hecho de que alguien viera mi rostro, sentía que no iba a poder, por eso decidí usar la incógnita".

Zuzu asegura que después de que su rostro fue revelado tomó mayor confianza en sí misma y actualmente una de sus aspiraciones es exhibir su trabajo en “el lejano oriente” y continuar acumulando cabelleras, como la que le quitó al luchador hidalguense Ángel Suicida.

Mientras tanto, seguirá en el cuadrilátero, apoyándose de su madre, quien ha sido una pieza clave para seguir en el deporte y en el trabajo como emprendedora que realiza cuando está abajo del cuadrilátero.

Actualmente creo que la economía está bastante difícil, complemento mis eventos de lucha con mi negocio, aparte soy mamá, de por sí eso ya es muy complejo y a eso hay que sumarle las ocupaciones, entrenamientos, creo que es el doble de complicado”.

Zuzu Divine también dejó un mensaje para las mujeres que buscan incursionar en el deporte.

“Cumplan sus sueños, no se limiten, nunca es tarde, nunca digan: ya soy grande o tengo hijos. Claro que no, siempre pueden hacerlo en cualquier momento, que recuerden que todas tenemos la misma capacidad".

DAYRA, LA ESTUDIANTE, BOXEADORA Y GANADORA DE BRONCE

Una pelea de box en la televisión despertó el interés de Dayra, una boxeadora de 16 años de edad que ahora cuelga en su cuello una medalla de bronce que ganó a finales de abril en el Festival Olímpico que organizó la Federación Mexicana de Boxeo A.C.

Vi el boxeo en la tele y me llamó la atención, más que nada porque observé a una chavita de mi edad de Estados Unidos que competía y dije: si ella puede, por qué yo no, y lo quise intentar”.

El nombre completo de la joven es Dayra Gómez Díaz, oriunda de Mineral de la Reforma, deportista y estudiante del segundo semestre de preparatoria.

Combinar las actividades estudiantiles y deportivas no ha sido sencillo debido al tiempo que invierte en sus entrenamientos, ya que comenzó a practicar el boxeo cuando tenía 14 años.

Me dio miedo, pero me subí al ring, me di unos buenos golpes en las costillitas y me gustó, me gustaron los trancazos”.

Sin embargo, cuando llegó la pandemia cerraron el gimnasio municipal al que acudía, pero el tiempo que pasó confinada, nunca le quitó las ganas de volver al ring.

Fue hasta enero de 2022 cuando retomó los guantes y se preparó durante cuatro meses para llegar al Festival Olímpico de Boxeo, donde representó a Hidalgo. Del 20 al 25 de abril pasó tres eliminatorias que se llevaron a cabo en la Ciudad de México y así fue como ganó su primera medalla.

Sentí felicidad porque me traje el bronce, a mí me gustaría haber llegado al oro, pero ya veremos si hay más oportunidades le voy a echar ganas (…) Quiero ser conocida, ser una campeona y salir en la tele, como en los sábados de box”.

Aunque Dayra descartó ser víctima de violencia en el deporte que práctica, reconoce que a su alrededor hay historias de mujeres a quienes sus padres desaniman para que nunca suban al ring.

“A mí no me ha tocado, pero yo sé que hay discriminación a mujeres porque dicen que este deporte es para hombres y muchas lo dejan o los papás no apoyan que porque eres mujer”.

El consejo de Dayra para jóvenes de su edad es luchar por su sueño, ya sea en el boxeo o en cualquier otro ámbito.

Que le echen ganas y que su sueño no lo dejen así de fácil, porque muchos empiezan y por alguna cosa se agüitan, pero échenle, háganlo por ustedes”.
 

JANS, LA BOXEADORA AMATEUR QUE PERSIGUE UNA MEDALLA DE ORO

En el mundo del boxeo la conocen como Jans, pero su nombre es Janneth Aracely Islas Santos, una deportista de 28 años de edad oriunda de Mineral de la Reforma que durante el día trabaja, por las tardes, se dedica a entrenar dos horas diarias y en sus tiempos libres, enseña clase de defensa.

Los primeros entrenamientos no fueron sencillos para Jans, pues al igual que a Pumara, Zuzu Divine y Dayra, le tocó escuchar comentarios negativos y el primero fue de su entrenador, quien le sugirió cambiarse a clases de bordados y tejidos.   

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“Cuando yo llegué pesaba 105 kilos, llegué a un lugar con deportistas de alto rendimiento, que corrían mucho, con físico diferente al mío y era difícil encajar, escuchaba cometarios como: es que estás gordita, es que tú no puedes, es que eres mujer, tu peso no te va a ayudar”.

Pero fue su constancia para entrenar la que la llevó por primera vez a un ring a participar en un torneo de novatos que se organizó en el gimnasio Benjamín Mora de Pachuca, aquella noche ganó su primer cinturón y una medalla.

La primera vez que competí tenía miedo, nervios. Te tiembla el cuerpo, las manos, sientes que el corazón se te va a salir, pero cuando recibes los primeros golpes, ya se te pasa”.

Jans lleva cuatro años como boxeadora amateur y actualmente busca representar a Hidalgo en el torneo nacional Primera Fuerza que se desarrollará en el último trimestre del año.

Soy la deportista que quiere medallas y las medallas se ganan en el gimnasio, entrenando, siendo disciplinada. En las peleas, nada más vas a recogerlas”.

Hace un par de días, Jans comenzó a ofrecer clases gratuitas de defensa personal en parques o jardines de la zona metropolitana, la idea surgió ante los casos de desapariciones y violencia contra las mujeres.


jgp