SAN AGUSTÍN TLAXIACA.- Una obra que costó 20 millones de pesos y tardó cinco años en concluir no tiene barda perimetral, ni camino de acceso: esta es la planta de tratamiento de agua del Huizache, que para empezar a funcionar pasaron tres presidentes municipales y dos gobernadores.
Desde 2015 los habitantes de San Agustín Tlaxiaca denunciaron que debido a la contaminación del agua la población tuvo padecimientos renales. En ese mismo año, se aprobó la construcción de una planta tratadora de aguas residuales, para mejorar la calidad del líquido residual y reutilizarlo; luego de estar en pausa cinco años, en este 2021 empezó a funcionar.
La construcción de la planta fue anunciada por el presidente municipal en turno, Arturo Hernández Máximo, la inversión se realizaría desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, y le correspondería al municipio la administración y manejo de este complejo.
Un año más tarde comenzó la construcción, en noviembre de ese año la obra tenía un avance, pero se detuvo debido a la falta de recursos, según relataron los vecinos del barrio Huizache, donde se encuentra este complejo de tratamiento.
Andrea Hernández vive en el acceso del camino que lleva a la planta, ella explicó que durante muchos años este terreno fue conocido como “el elefante blanco” debido a que fue una obra que pese a los años no terminaba de construirse y por lo tanto no funcionaba.
El camino es de terracería, está recién marcado, sin pavimento. Luego de caminar una pendiente larga, está la entrada de la planta. No está pintada, tampoco tiene logos o identificación de algún gobierno, una reja delimita el lugar.
La planta tiene a la vista tres bloques grandes donde es tratada el agua. A un lado está una pequeña casa de vigilancia. Dentro hay un policía que desconoce el funcionamiento de la planta, pero explica que actualmente trabajan dos de los tres bloques.
Este complejo estuvo en pausa más de cinco años, recientemente, hace menos de dos meses, empezó a funcionar, confirmó el Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de San Agustín Tlaxiaca (Capassat).
Fotografías: Sonia Rueda
Resalta que el presidente municipal actual, Arturo Hernández Máximo ya había tenido un periodo al frente del ayuntamiento, de 2012 a 2016, cuando comenzó la obra. En su segundo periodo como alcalde acabó la obra.
El costo es de 20 millones de pesos. A pesar de la cantidad, la obra no tiene bardas, ni camino de concreto, tampoco está cercada, y hay tramos que parecen sin concluir. En comparación, la planta de Nicolás Flores, que también recientemente abrió, tuvo un gasto de 13 millones de pesos y se ve totalmente concluida.
Foto: Especial/ Planta de Nicolás Flores
Foto: Especial/ Planta de Nicolás Flores
La entrevistada describió que la planta era necesaria porque de otra manera, el agua no podía llegar a los campos de riego que están alrededor y que son visibles desde lo alto de la construcción.
Apenas tiene poco, vinieron los camiones y limpiaron la entrada, estuvieron las máquinas como unas tres semanas o más, y luego el agua ya entró”.
EL CONFLICTO
En el mismo año que la planta comenzó la construcción el Movimiento Tlaxiaca Hidalgo, integrado por pobladores, presentó un pliego petitorio al gobierno municipal de Arturo Hernández Máximo, que incluía la exigencia de realizar los estudios correspondientes a los pozos y redes de suministro, ya que argumentaron que el agua del lugar pudo causar enfermedades renales.
Andrea recuerda que las quejas eran constantes, el argumento fue que el agua estaba contaminada con sustancias que se filtraban al subsuelo y enfermaba a las personas, incluso recuerda que se hizo una asociación porque en poco tiempo, registraron varios casos.
La Asociación de Dializados y Trasplantados de San Agustín Tlaxiaca surgió en 2012, para ayudar a las personas con una falla renal. En conjunto con el Movimiento Tlaxiaca solicitaron apoyos al gobierno local para los enfermos. Durante el periodo de gobierno de 2012 a 2016, registraron 156 personas con este padecimiento y 38 defunciones atribuidas a esta enfermedad.
En 2015, la agencia de noticias Sin embargo junto con sitio web Xhinhua recopilaron datos de estas quejas, de acuerdo con la publicación del 30 de agosto de ese año, los habitantes atribuyeron las enfermedades a la filtración de asbesto y cemento a los cúmulos de agua. La redacción de ese medio agregó que el saneamiento no era una práctica común en esta localidad.
De acuerdo con la entrevistada, no se realizó ningún estudio sobre la calidad del agua, pero fue durante esos años que se aprobó y comenzó la construcción de la planta.
¿CÓMO FUNCIONA?
Una planta de tratamiento de aguas recibe el líquido residual, lo envía a unos filtros que remueven grandes objetos y partículas como arena y grava, posteriormente pasa por una máquina de pulverización que tritura materia orgánica, como papel, para salga con menos impurezas.
Ahí inicia la fase primaria del tratamiento de aguas residuales, traslada el agua en tanques estacionarios donde los materiales aceitosos flotan a la superficie y son retirados mediante ventiladores purificadores. Algunas agregan una cloración al final para disminuir la presencia de microorganismos nocivos, luego el agua es liberada para diversos usos, el principal es el riego.
Fotografías: Sonia Rueda
EN PERSPECTIVA
Entre 2015 y 2017 las quejas fueron constantes, diferentes registros hemerográficos muestran que los pobladores continuaron las quejas hasta que en 2017 la exregidora, Teresa Olvera Hernández, descartó que el origen de las enfermedades fuera el agua de consumo humano y de usos múltiples.
Lee también en LSR Hidalgo: "Estamos hartas de tener miedo a la policía": feministas
Actualmente la planta está en funcionamiento, las últimas dos semanas tuvo un mantenimiento para estabilizarla, detalló una consulta al personal de la Capassat.
De acuerdo con el estatus de la planta, debido a que apenas empezó a trabajar, está en periodo de transición para que el ayuntamiento la reciba y sea el encargado de su operación.
Con la última actualización del Programa de Ordenamiento Territorial del Estado de Hidalgo 2021, de las 78 plantas que hay en el territorio hidalguense funcionan 51.
sjl