OPINIÓN

Cuando más jodido estás

No desprecies la ayuda. Al contrario, tomala y da gracias, es una bendición, pues la noche puede ser muy oscura, pero también tiene estrellas en el firmamento

Twitter: @miguel_aip
Opinión | Antonio Alcaraz, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @miguel_aip
Escrito en HIDALGO el

La historia que hoy comparto forma parte de una de las enseñanzas más personales de vida, pues troquelaron lo que hoy soy y disfruto plenamente. Surgieron en los momentos más difíciles en este camino de reconstrucción, cuando la vida me traía muy jodido, de problema en problema, mermado física, mental, moral, emocional y económicamente.

Ocurrió hace más de una década, cuando la vida me zarandeaba de una forma cruel y constante que resultaba asfixiante. Los problemas llegaban uno tras otro. De manera literal, como dice el refrán: “ya no sentía lo duro, sino lo tupido”.

MI CONFESIÓN

En ese tiempo iba a un grupo de autoayuda, para ser exactos a Alcohólicos Anónimos, no por un problema patológico de adicción, sino porque necesitaba ayuda, y ahí, la vida, me aventó.

Tardes – noches, de lunes a domingo, eran las juntas. Ahí conocí a grandes “padrinos” o mejor dicho “maestros”. Algunos fueron toscos, aberrantes y sangrantes (viejos estadistas); en cambio, otros fueron pacientes, mesurados y prudentes.

Santiago fue uno de ellos. Me refiero a él pues hace apenas unos días me lo encontré en la calle y me dio mucho gusto verlo y, con esa camaradería que una vez nos caracterizó, nos dimos un apretón de manos y un fuerte abrazo.

Verlo me hizo recordar esas lecciones de vida. No solo en las terapias sino fuera de ellas, como cuando me invitaba a cena al terminar las juntas. En verdad andaba muy jodido, pues pese a que necesitaba ayuda, no la pedía y cuando me la daban, rehuía por pena.

También, Santiago, me echaba “raite” en su camioneta, del grupo a mi casa. La verdad, me iba caminando para ahorrarme el taxi… eso me dolía mucho, el no poder disponer de dinero suficiente para una alimentación digna, pues debo de confesar, la profesión del periodismo no es bien pagada (me mintieron en la Universidad, jajaja).

Cuando Santiago me invitaba a cenar, siempre le respondía con pena “no, gracias, así esta bien...". Aun así, siempre me llevaba a comer tacos. Él sabía que no había comido bien en el día, y hoy entiendo por qué lo hacía con regularidad… pese a que me invitaba, yo le poquiteaba, pues solo pedía uno o dos tacos.

LA PERLA

En una ocasión me soltó “la perla”, como se dice en los Grupos de AA: “a veces cuando MÁS JODIDOS ESTAMOS, es cuando DIOS DISPONE DE LOS DEMÁS para ayudarnos… así que CHINGATE OTROS TACOS, aliviánate".

Esto se lo platiqué hace unos días a una de las personas más importante de mi vida; incluso, le dije que el recordar esa escena me causa risa y a la vez me remueve el corazón. Esa sencilla pero contundente lección que me dio Santiago fue de ACEPTACIÓN y AMOR PROPIO.

LA MORALEJA

Fue como esa historia con moraleja del náufrago que, flotando a la deriva, le pide ayuda a Dios para que lo salve. En eso, pasa un helicóptero y le avienta una escalera, la cual ignora y les grita “gracias, Dios me salvará”; luego pasa un barco y le lanza una cuerda y el infeliz sujeto, vuelve a rechazar esa ayuda.

Al final el desgraciado sujeto muere. Al estar en la presencia de Dios, le reclama: “¿por qué no me salvaste?”. Este le responde: “hijo, ¿qué no viste que te mandé un helicóptero y un barco…?, que güey eres (bueno eso último no lo dijo Dios, pero si yo lo fuera, así le diría)”.

Y sí, como me lo dijo mi amigo: “a veces cuando más jodidos estamos, es cuando Dios dispone de los demás para ayudarnos…” No desprecies la ayuda. Al contrario, tomala y da gracias, es una bendición, pues la noche puede ser muy oscura, pero también tiene estrellas en el firmamento.

No sabes cuándo te tocará a ti regresar esa dádiva.

GRACIAS