OPINIÓN

Alquimia: Tu alma necesita llorar

Las lágrimas son la forma en la que el cuerpo habla aquello que, simplemente, no puede expresar en palabras, una forma de desahogar los sentimientos y comunicar emociones | José Antonio Alcaraz

Twitter: @AntonioAlk23
Opinión | Antonio Alcaraz, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @AntonioAlk23
Escrito en HIDALGO el

Crecí cultural y socialmente con la limitante idea, errante, que "llorar es de débiles", que “los hombres no lloran" o que "llorar es de mujeres". Estas frases, cimentadas en el machismo, retrasaron por muchos años el redescubrimiento del verdadero potencial que reside en mi espíritu: las lágrimas son la alquimia que cura, fortalece y despierta la luz del alma, corazón y del cuerpo.

Así lo descubrí, llorando, muchas veces en silencio, en soledad, con un dolor interno en el corazón. A veces me avergonzaba, pues me sentía expuesto, vulnerable y débil… y sí, así estaba, pero es paradójico, pues una fuerza dentro de mí estaba brotando: saludablemente se llora por lo perdido.

SE VALE LLORAR, PERO NO PARA SUFRIR

Las lágrimas son la forma en la que el cuerpo habla aquello que, simplemente, no puede expresar en palabras. Es un detox, una forma de desahogar los sentimientos y comunicar emociones: algo que nos conmueve, una ruptura amorosa, una pérdida (como cuando murió mi hijo), un golpe, la risa o hasta cortar una cebolla.

Además, al llorar se libera oxitocina y endorfinas, hormonas que ayudan a sentir calma, que se producen en la glándula pituitaria y el hipotálamo; de igual forma, son útiles para eliminar toxinas y hasta bacterias.

Hay una inercia social que nos frena este proceso de alquimia en la medida en que vamos haciéndonos adultos, pues ver a otra persona llorar es impactante: el llanto nos une en el dolor, en el miedo, en la debilidad… y nadie quiere verse así, pero es inevitable.

A MOCO TENDIDO

En mi vida he llorado muuuuuucho. En estos últimos meses ‘lloré a moco tendido’ por rupturas (inexplicables), frustraciones, recuerdos y, desde luego, por alegría. Además, ‘hay agua salada pa’ aventar’, ya que, según los científicos, “las glándulas que las producen, lo hacen de manera continua y pueden llegar a generar entre 55 y más de 110 litros de lágrimas al año, que contribuyen a diario a mantener la salud ocular, además de comunicar emociones”.

Hoy no me limito, mi cuerpo es sabio. Claro, no me pongo a llorar en un evento de gobierno o en el Congreso... lo hago en mi intimidad, con un buen amigo o amiga y, desde luego, con mi terapeuta.

Aprendí la alquimia de llorar. Soy un hombre que llora, fuerte y místico, pues no me quedo con el dolor, lo transformo en abono para las flores de mi jardín interno. Si es mucho dolor, lloro, lloro y lloro hasta que se consuma y se transforme, sin llegar al sufrimiento, para continuar con el mejor recuerdo y una ligera sonrisa.

LOS TRES LÍQUIDOS ALQUÍMICOS

Las lágrimas son saladas. Forma parte de los tres líquidos alquímicos que han potencializado mi vida. ¿Sabes cuáles son los otros dos?, pues son el sudor (ejercicio) y el agua del mar (amo sumergirme en él y nadar en aguas profundas).

En algunas ocasiones, he echado mano de canciones (como las de Joaquin Sabina y ya sin conmiseración), una copa de vino y noches de desvelo...

GRACIAS

Opinión | Antonio Alcaraz, columnista LSR Hidalgo. Twitter: @AntonioAlk23