Los números no mienten.
Desde 1994 a la fecha, es decir, durante 28 años, la Selección Nacional Mexicana se clasifica entre las 16 mejores de las Copas del Mundo.
Siete ediciones. Únicamente Brasil presume el mismo logro que la escuadra azteca: siempre clasificó a octavos de final.
Llegar al quinto partido, por esta razón, se ha convertido en una obsesión que nadie ha logrado.
Ni Miguel Mejía Barón (1994), ni Manuel Lapuente (1998), ni Javier Aguirre (2002 y 2010), ni Ricardo LaVolpe (2006), ni Miguel Herrera (2014), ni Juan Carlos Osorio (2018) dieron ese salto de calidad.
La FeMexFut contrató a Gerardo “Tata” Martino para conseguir ese paso. El proceso con el argentino lucía bien hasta hace un par de años, cuando tres derrotas con Estados Unidos derrumbaron la confianza en su trabajo.
A unas semanas de la cita en Qatar 2022, otras decisiones del rosarino hicieron aún más tenso el entorno tricolor.
No convocar a Javier “Chicharito” Hernández, tampoco convencer a Carlos Vela y elegir a un disminuido Raúl Jiménez en lugar del novel Santiago Giménez, alimentaron la desconfianza de “conocedores” sobre las expectativas de México.
Este martes, la Selección debuta frente a Polonia.
Después vienen los encuentros con Argentina y Arabia Saudita.
Muchos apuestan por la debacle del cuadro que conduce Martino en la primera ronda porque, según su juicio, el equipo no trasmite buenas sensaciones.
Pasan por alto la historia desde hace 28 años y el esfuerzo que se realiza en el futbol mexicano para formar mejores jugadores. Pachuca, por ejemplo, debutó a siete de los integrantes que tiene la Selección.
Otros igual olvidan que se exportan más y mejores jugadores a Europa. Una docena, en total.
México pertenece, en realidad, al sector de las 16 mejores escuadras del Mundial.
¿Se puede estar entre las mejores ocho? La respuesta es: sí.
Ya alguna vez lo hicieron Estados Unidos y Costa Rica.
El papel de los escépticos es dudar en los juegos contra Polonia o Arabia Saudita.
En cambio, el “Tata” Martino y sus futbolistas deben entrar a la cancha convencidos de sus capacidades. Una misma idea: “somos más que los polacos y los árabes; no somos menos que los argentinos”.
Ya lo decía Nemesio Diez, un inmigrante español que le tuvo más fe al futbol mexicano que nosotros mismos: “Que el balón ruede a nuestro favor”.
REMATE
El único antecedente mundialista entre México y Polonia data de la Copa Argentina 78’. Los polacos ganaron 3-1 en el Gigante de Arroyito, estadio de Rosario. Cerca de ese campo, Gerardo Martino era un pibe de 16 años que comenzaba su carrera. Hoy, intenta cambiar historia del futbol mexicano.
Opinión | Omar Pérez Díaz, columnista LSR Hidalgo.Twitter: @omarpdiaz